Córdoba, la Docta

¿Qué piensan las y los estudiantes sobre la ESI recibida en el colegio?

A raíz de una investigación llevada a cabo desde 2014 en la UNC, se supo que si bien la iniciativa es valorada, se la considera insuficiente y predominantemente biologicista.

Por Redacción El Resaltador • 16/08/2021 08:00 • Tiempo estimado de lectura: 9 minutos

Un espacio apreciado, que por derecho desde hace casi 15 años debe ser garantizado, pero que muchas y muchos no consideran significativo. Así describen las y los estudiantes secundarios abordados en un estudio de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) a la ESI recibida en el colegio. El enfoque biologista predomina, y está centrado en la genitalidad y la reproducción más que en los interrogantes que atraviesan a la adolescencia actualmente.

La Ley de Educación Sexual Integral (26.150) se sancionó en octubre de 2006, hace casi 15 años. A ocho años de este hecho, en 2014, un equipo de investigación de la UNC comenzó a profundizar sobre género y sexualidad. Los resultados fueron publicados en un libro académico recientemente. En este informe, se prioriza la percepción sobre la Educación Sexual Integral (ESI) recibida en secundarios públicos y privados. También se da lugar a las demandas e intereses del estudiantado.

¿Quiénes se encargaron de este estudio? Especialistas del Área Feminismos, Género y Sexualidades del Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía de la Facultad y Humanidades (CIFFyH) de la UNC. Para obtener el informe, se realizaron entrevistas y talleres grupales, profundizando en qué entienden las y los adolescentes por ESI, qué actividades les resultaron más significativas, y las principales necesidades que plantean.

No todo es biologicismo y reproducción

Si bien las y los estudiantes valoran el espacio de ESI en las escuelas, sostienen que las modalidades de enseñanza deberían renovarse, trayendo consigo mayor apertura, menos tabúes y también ser menos repetitivas y rutinarias. No todo es biologicismo y reproducción, existen otras inquietudes sobre el género y la sexualidad en la adolescencia. Siguiendo el artículo 1 de la Ley 26.510, el mismo abarca aspectos más allá de la biología: «A los efectos de esta ley, entiéndase como educación sexual integral la que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos».

Respecto a las conclusiones del informe, Marina Tomasini, investigadora de la UNC y el Conicet, y directora del equipo de investigación indicó: “trabajamos desde una perspectiva cualitativa. Es decir, no buscamos representatividad de la muestra ni pretendemos generalizar los resultados a la totalidad de estudiantes secundarios de Córdoba. Sino reconstruir sus experiencias sobre ESi desde sus propias miradas”.

¿Qué dicen las y los estudiantes?

Sobre este tema, charlamos con 5 estudiantes de nivel secundario, de los cuales cuatro recuerdan no haber recibido Educación Sexual Integral como tal en su etapa escolar. Incluso, si tenemos en cuenta que la respuesta de la quinta entrevistada -que dijo haber recibido «educación para el amor»- podríamos hasta decir que la totalidad de las personas entrevistadas no recibió ESI.

En ciertos casos, los entrevistados no consideran que en sus colegios se haya impartido ESI de manera rutinaria o mecánica, dado que directamente no se enseñó. «Mi colegio no tiene un proyecto de ESI, al menos, en este momento. Se que el centro de estudiantes lo pidió, pero el colegio todavía no hizo nada», subrayó una de las entrevistadas.

Respecto a la sexualidad y la educación sobre la misma, una de las barreras a derrivar siguien siendo los tabúes al respecto. «No hubo tabú ya que era un colegio de solo hombres, entonces no había problema al hablar de esos temas», dijo uno de los entrevistados. Mientras tanto, otra de las personas a las que acudimos agregó: «diría que mitad y mitad. En algunos aspectos se nota que los profes son más abiertos, por ejemplo cuando se habla de vínculos (ahora no solo hablan de relaciones heterosexuales). Creo que esto pasa sobretodo con los profes más jóvenes».

Si recibieras ESI: ¿qué temáticas no dejarías afuera?

Si recibieras ESI: ¿qué temáticas no dejarías afuera? Esta fue una de las preguntas que le hicimos llegar a las y los estudiantes, quienes coincidieron en que ampliarían la mirada y diversificiarían los contenidos al respecto. «Los procesos hormonales de ambos géneros, relaciones sexuales y también vínculos afectivos», agregaría una de ellos.

«Esto no estoy segura si entra dentro de la ESI, pero me parece super importante que se enseñe sobre la diversidad de cuerpos, la diversidad de gustos, las diferentes orientaciones que se han visibilizar mucho más ahora y perspectiva de género. Creo que esto no sólo ayudaría a conocer más y conocernos más, sino también a respetar al otro», apuntó otra de ellas.

¿Qué es la ESI para vos?

«Lo tomo como un espacio de aprendizaje donde se debería aprender a conocer el propio cuerpo y el ajeno (no sólo en sentido biologíco y físico). También responsabilidad al momento de tomar decisiones en estos aspectos y diversidad para aceptar al otro y a nosotros mismos».

«Para mi es el derecho que tienen los niños y adolescentes a aprender a conocer la mayor parte de su cuerpo, a aprender los valores y actitudes responsables relacionadas con la sexualidad».

Superar el enfoque biologicista es necesario

Algunas entrevistadas y entrevistados aseguran que el enfoque de la educación sexual recibida en el colegio fue mayormente biologicista. Al respecto, acudimos a Candela Lihué Molina, docente del área se ciencias sociales en una escuela secundaria. También es integrante del Equipo de investigación titulado: «Afectividad y prácticas de educación sexual. Construcción de sexualidades en escuelas radicado en el Área Feminismos, Género y Sexualidades del Centro de Investigaciones», de la Facultad de Filosofía de la Facultad y Humanidades (CIFFyH) de la Universidad Nacional de Córdoba. De esta investigción surgió el estudio de UNCiencia citado anteriormente.

¿Crees que actualmente predomina el enfoque biologicista en el dictado de ESI? ¿Por qué?

CLM: «Hay varias cuestiones a considerar por un lado, que la sexualidad requiere de una mirada compleja, multidimensional, diversa, e igualitaria en un sentido político. Que es el poder decir que todas las identidades sexo-genéricas tienen derechos. Sin embargo, desde los orígenes de la ESI como política educativa se constituyó un campo de disputas de sentidos vinculados a qué enseñar en la escuela. El Estado comienza a reconocer el problema de la enseñanza de la sexualidad en la esfera de las políticas educativas. La sexualidad ya no es un asunto doméstico ni privado sino que es del orden de lo público y de lo político.

A partir de lo prescripto por el marco normativo, es decir la Ley Nacional N° 26.150 de Educación Sexual Integral (2006) que estableció el derecho de estudiantes a recibir educación sexual en todos los niveles y modalidades del sistema educativo y los Lineamientos Curriculares para la Educación Sexual Integral (2008) son las/os docentes, el principal actor legitimado para la enseñanza de la educación sexual con perspectiva de derechos y género; desplazando enfoques que eran los predominantes provenientes del campo médico y religioso.

Con la ESI, podemos superar un concepto de sexualidad centrado en la genitalidad y en la relación sexual. Para comprender que la misma es una dimensión de la subjetividad entramada con los modos particulares de habitar los
cuerpos sexuados y generificados a lo largo de las biografías personales, situadas en un contexto histórico, económico-social y cultural».

¿Qué dice la Ley 26.150?


Ley 26.150 – ARTICULO 2º — Créase el Programa Nacional de Educación Sexual Integral en el ámbito del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. Con la finalidad de cumplir en los establecimientos educativos referidos en el artículo 1º las disposiciones específicas de la Ley 25.673, de creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable. Ley 23.849, de Ratificación de la Convención de los Derechos del Niño; Ley 23.179, de Ratificación de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, que cuentan con rango constitucional. Y Ley 26.061, de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes y las leyes generales de educación de la Nación.


A casi 15 años de la ley, ¿es posible avanzar hacia una propuesta más integral que comprenda perspectivas de género por ejemplo?

CLM: «Si, por supuesto se está avanzando. Hace un tiempo que la ESI está en la agenda pública, cada vez más estudiantes de secundarios y en la formación docente demandan ESI. Y no sólo como materia sino como un enfoque de derechos porque persisten lógicas escolares que siguen reproduciendo el sexismo y la discriminación. Existen dispositivos de control sobre los cuerpos por ejemplo con la regulación de la vestimenta; la división binaria de los géneros en la formación de las filas y los baños; hay expectativas de comportamientos de acuerdo a los modos sociales de concebir el ser mujer o varón y los contactos afectivos que se permiten o prohíben en la escuela.

Son guiones invisibles que van dejando marcas en quienes pasan por la escuela. Por ello, también debemos preguntarnos si la escuela como institución va a reproducir o a cuestionar la desigualdad de género. En este
sentido, quedan algunos pendientes, uno la transversalidad de la perspectiva de género en el curriculum, es decir que sea transversal a todos los espacios curriculares y otro es profundizar la institucionalizacion de la perspectiva de género y derechos ya sea para abordar situaciones conflictivas como para transformar las lógicas escolares que reproducen el sexismo».

El reclamo se trasladó a las calles

Desde 2015, las jóvenes que han participado de las movilizaciones convocadas por el colectivo «Ni Una Menos» demandan recibir ESI en las escuelas. Incluso, cuando en 2018 se comenzó a impulsar la legalización de la Interrupción Voluntaria de Embarazo este debate se profundizó. Estas adolescentes entienden que la ESI no es solo aprender a poner un preservativo, hay mucho más por saber y aprender.

“Reclaman una educación sexual vinculada a sus experiencias vitales, que les dé herramientas para enfrentar las violencias de género en el noviazgo, el acoso y abuso. Hasta formas más sutiles vinculadas a comentarios sobre el cuerpo, la gordura y el cuidado personal”, indica Tomasini. Anticoncepción, aborto, sexismo, diversidad sexual y estereotipos de género son algunas de las líneas por las que va el reclamo de las jóvenes.

No todo es falencia en estos espacios

Pese a cuestionarse críticmente sobre la ESI recibida, las y los estudiantes han manifestado que valoran la escuela como un espacio de contención y aprendizaje y de acompañamiento entre pares. Asimismo, aprecian la figura docente como una persona mayor en la que se puede confiar o consultar, sobre todo cuando dentro del núcleo familiar no se tratan estos temas ni se dan estos debates.

Fuente: El Resaltador. Por Carmela Laucirica – UNCiencia