Sociedad

Brutal golpiza y cuatro rugbiers denunciados

El hecho sucedió en el barrio privado Los Carolinos. La joven víctima, Lautaro Insúa, dijo que les pidió que se retiraran de una fiesta a la que «no estaban invitados». El Tala Rugby Club condenó la violenta agresión.

Lautaro Insúa sufrió en la madrugada del domingo una violenta agresión que le desfiguró el rostro.

Cuatro jóvenes rugbiers a quienes en principio se les impidió ingresar a una fiesta privada -y a la que no estaban invitados- están acusados de propinarle una feroz golpiza al joven de 18 años Lautaro Insúa, durante la madrugada del pasado domingo en un barrio privado de la ciudad de Córdoba, informó el abogado de la víctima.

El abogado Carlos Nayi dijo a Télam que está solicitando la «inmediata detención» de los cuatro rugbiers que, «aprovechándose de la superioridad numérica y física, pretendieron invadir una vivienda privada con fines furtivos», y sostuvo que con ese objetivo «golpearon brutalmente» a Lautaro Insúa.

Por su parte, Insúa relató a Canal 12 de Córdoba que la agresión ocurrió alrededor de las 3.30 del domingo cuando, junto a unas 30 personas, participaba de un festejo de egreso secundario en una vivienda del barrio privado Los Carolinos, y señaló que los cuatro rugbiers «pretendieron ingresar a la fiesta en donde no estaban invitados».

También dijo que les pidió que se retiraran y que como respuesta lo «empezaron a golpear». El denunciante aclaró que «sólo dos de ellos me golpearon. Son Mateo Soler y Tadeo Torasso», del Tala Rugby Club de Córdoba, y agregó que también le pegaron «patadas» cuando cayó al piso. «Les pedí que se fueran del lugar. Les expliqué que se trataba de una fiesta privada de egresados, y fue en ese momento que empezaron a golpearme», insistió Insúa.

Verónica, la madre de Lautaro, se manifestó sorprendida por el nivel de «violencia que no se puede explicar», relató que la agresión ocurrió cuando los intrusos a la celebración ya se retiraban del lugar y fue en ese momento que uno de ellos «se da vuelta y le da una trompada». «Lautaro está vivo porque Dios es grande y porque sus amigos lo ayudaron, si hubiera estado solo, hubiese sido como el chiquito de Gesell», dijo al referirse al crimen de Fernando Baéz Sosa, ocurrido el 18 de enero en Villa Gesell, y que tiene a ocho acusados a la espera del proceso de enjuiciamiento.

Para Nayi, sin embargo, los agresores son cuatro al entender que «dos golpearon y dos apoyaron la golpiza de manera pasiva, pero corresponde también que respondan penalmente», y afirmó que a su asistido «le quebraron el tabique y le ocasionaron graves lesiones nasales».

La defensa de los acusados

Facundo Soler, exjugador de Los Pumas y papá de Mateo, uno de los sindicados como agresor, relató una situación distinta, al sostener que «Lautaro comenzó la pelea al empujar y pegarle» a su hijo.

«Fue una pelea que la inició Lautaro Insúa», dijo a los medios el exrugbier y afirmó que el denunciante «estaba bajo los efectos del alcohol. Le pegó a mi hijo, se levantó y le pegó tres trompadas», afirmó el padre del Mateo.

Por el mismo canal de televisión Mateo dio su versión, en la misma línea que ya había adelantado su padre, al afirmar que Lautaro lo tiró «contra unos alambrados y cuando voy al piso con él, le metí dos trompadas en la cara».

Agregó que las madres que estaban en el evento le dieron permiso para ingresar a la vivienda y que no lo hicieron de manera agresiva. «La reacción que yo tuve la puede haber tenido cualquier otro, sea del rugby o de cualquier otro ámbito», remarcó y justificó que «si a una persona la agreden y la tiran al piso, se defiende de esa forma».

La Comisión Directiva del Tala Rugby Club, donde juegan los cuatro rugbiers, emitió un comunicado de «repudio y condena», y anunció que pusieron en marcha una investigación administrativa interna para adoptar las medidas disciplinarias correspondientes.

El Club Tala, al que pertenecen los supuestos agresores, salió a repudiar el hecho.