Córdoba obrera

Día de les Trabajadores de Prensa: ¿Cómo ser periodista y no morir en el intento?

En el Día de lxs Trabajadores y Trabajadoras de Prensa se debatió y reflexionó en torno a las condiciones actuales de periodistas y comunicadores en los medios. Se puso en foco los condicionamientos económicos ante la libertad de expresión, la necesidad de luchar contra la precariedad laboral, la defensa de los medios públicos y la urgencia de incorporar voces de lxs colectivos de la diversidad.

Por Myriam Mohaded, CISPREN • 15/06/2022 00:05 • Tiempo estimado de lectura: 12 minutos

En el auditorio del Cispren, en una sala colmada por la presencia de trabajadorxs de prensa, representantes de otros gremios y amigos de la casa, se realizó la actividad organizada por la Secretaria de Cultura del Cispren. El panel estuvo integrado por Fabiana Bringas (Radio Nacional Córdoba), Andrés Funduklian (secretario Gremial del Cispren,  La Voz del Interior), Casandra Sandoval ( Radio VillaNos, Comisión de Género de Cispren), Raúl Carta (Telefé Córdoba) y Luis Zegarra (SRT- UNC).

En la apertura de la jornada, dieron las palabras de bienvenida la secretaria General del Cispren, María Ana Mandakovic, y el secretario Adjunto, Miguel Apontes. Luego, la charla se inició con las reflexiones de la periodista Fabiana Bringas.

«La costumbre de trabajar con libertad, no la podemos resignar»

Fabiana Bringas tiene casi treinta años de oficio en el que se reconoce estar por prepotencia de trabajo. Para ella, uno de los temas que más afectan hoy al periodismo es el de la precarización laboral. “Hay muchos periodistas que son increíbles, de la hostia, y están sin laburo”, acotó.

Bringas remarcó la necesidad de defender los medios públicos. “Tenemos que trabajar para la gente, no para un gobierno. Muchas veces sucede que se arma un mecanismo -entre los mismos compañeros y compañeras- de preguntar, pedir permiso a un jefe, que genera una práctica que no debe ser así. Claro que puede haber una línea editorial, pero a la  costumbre de trabajar con libertad, no la podemos resignar nunca,  ante todo en los medios públicos que tienen que ser la salvaguarda de la democracia.”

La periodista destacó que es necesario «entrevistar, ser la voz de a quienes no les llega un micrófono, de aquella parte de la población desprotegida. Si nosotros no le hacemos una entrevista ¿quién se la hace? Tenemos que destapar la olla de esas informaciones que no están publicadas, de noticias que no convienen que se conozcan, y esto está tanto en el poder público como privado. Seguramente, nos va a costar aprietes, censuras, pero lo que no puede suceder es que nos autocensuremos.”

Bringas abraza al periodismo como un oficio. “Me encanta preguntar, mostrar cosas que otros medios no lo muestran por diferentes razones. En cierta forma, hago el trabajo de comunicar y en el recorrido, por momentos, como a muchos nos pasa una quiere dejar. Y nos deprimimos y queremos largar todo, abandonar pero, a fin de cuentas, una se vuelve a enamorar de este oficio”.

«La posibilidad de acercarse a la verdad, se desvanece»

Seguidamente, Raúl Carta, continúo con la lectura de un fragmento escrito por Mariano Moreno, el creador de la Gazeta de Buenos Ayres, motivo por el que se conmemora la fecha: «El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir sus delitos. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal”.

El periodista destacó que si bien este podría ser una editorial actual, lo escribió una junta revolucionaria en un órgano de prensa de 1810: “Ya en ese texto se ponía un contrapoder, decía pongamos el ojo a los representantes. No nos conformemos que obren bien, asegurémonos que no puedan obrar mal. Y, ese legado me lleva a interpelarme en mi actividad y proceder individual como un ejercicio de libertad que  creo es el modo de sobrevivir”.

Carta afirmó que hoy, en estos tiempos, se libra una batalla diaria con publicaciones impuestas por los “me gusta”, que, en definitiva, es una medida de rating por la que se justifican muchas noticias que se informan, y a la que es necesario sobreponerse. “A veces, en los medios públicos, se habla de una bajada editorial, pero hace años que lo que se baja son los recursos, las disponibilidades. Con esto, ya no hace que bajen una determinada línea. Estamos privados de recursos y medios para ponerle cabeza a un tema, y la posibilidad de aproximarse a la verdad se va desvaneciendo”.

“Las libertades desaparecen por las necesidades económicas acuciantes, por los contextos que nos llevan a perderla o autocondicionamientos porque nos incomoda en nuestras convicciones. Entonces, el periodismo cede y gana la propaganda. Y ahí sí podemos decretar la muerte del periodismo como un ejercicio profesional enriquecedor de la sociedad”, agregó.

«No queremos regalos, queremos trabajos dignos»

Por su parte, Andrés Funduklian valoró y celebró la posibilidad de compartir reflexiones sobre el oficio y las condiciones salariales en una época crítica. “Tenemos que estar negociando, discutiendo nuestros salarios de manera permanente y, también,  es necesario revisar y debatir nuestro convenio, en donde muchos trabajadores y trabajadoras no están incluidos”.

Funduklian hizo hincapié sobre la precarización del trabajo de prensa, y como muchas veces hay periodistas muy valiosos/sas que tienen que tomar otro rumbo para poder lograr un mejor salario.

Las disputas de las agendas son otro desafío: “La realidad es que en medios como La Voz y, seguramente, en otros, quienes hacemos cultura y espectáculos tenemos que cubrir, en gran medida, noticias de la farándula y/ o chimentos. No critico eso en sí, pero detrás de esto se descuidan otros temas centrales para la cultura y los espectáculos de Córdoba. Poner en agenda temas que tienen que ver con la cultura de Córdoba, por ejemplo, hacer una nota sobre un director de teatro o a una banda de música, hay que justificar, muchas veces, con argumentos increíbles».

Hacia el cierre de su intervención, el secretario gremial de Cispren, remarcó: “No queremos regalos, queremos salarios dignos.  Hoy nos sacamos una foto entre todos en la redacción, pero hay compañeros/as que después tienen que ir a otro trabajo y a fin de mes, su recibo de sueldo dice que el salario básico es de $68000. Son trabajos que demandan muchísima energía, cabeza y cuero. Esas y esos compañeros no están bien remunerados de ninguna manera. Es necesario que muchos más trabajadoras/res asuman que están precarizados al mil por ciento. Celebro que nos podamos reunir y venir tratando de generar organización, en un medio, por ejemplo, como es La Voz, donde casi que hay que pedir permiso para hacer una asamblea.  Pero también pienso en que es necesario luchar para que no haya casos que se tengan que ir. Eso es por lo que todos los días debemos cuestionarnos, ¿qué hacemos cuando hacemos periodismo?”

«Volver a los rudimentos del oficio»

Al tiempo de la participación del periodista Luis Zegarra, trabajador de los SRT, señaló que uno de los principales temas que preocupan es que las y los periodistas “no nos hemos sentido trabajadores. Por ejemplo, somos implacables para señalar que la inflación es del tanto por ciento, pero después, si nos quejamos y nos sacan un minuto de aire, ¡qué problema! ¿Qué hago con el ego? Nos hemos sentido ajenos a la problemática de tener que salir a vender nuestra fuerza de trabajo en el mercado y parte de la pauperización del ejercicio deviene de eso”.

Otro aspecto gravitante en el oficio, para Zegarra, es el armado de corporaciones supranacionales. “Se pasan por las orejas las regulaciones de los países que operan, porque tienen una sede acá, otra allá. Sucede que los percibimos como fiables pero no saben qué hacer con la guita. En algún momento, ese modelo dejará de ser redituable. Ya vendieron lo que querían. Saben y conocen de uno, más que nosotros mismos. Nos dicen ´tomá, esto es lo que necesitás´. Creo que eso, en algún momento, va a explotar. Hay mucha bronca, mucho odio. Mal haríamos en atribuir las fake news a las redes sociales, éstas son tan viejas como la humanidad. Las grandes guerras fueron en gran parte fake news, que excusaban las matanzas en nombre de la religión. Pero hay tanto odio, que si no nos matamos entre nosotros, nos vamos a empezar a reír y verlo como una parodia. Creo que de una u otra manera quiero, espero, que esa burbuja explote, y  volver a los rudimentos de nuestra profesión.

El periodista comentó también que, a esta altura, no se sabe si los trabajadores de prensa están convencidos de volver a los rudimentos del oficio, “porque eso implicaría percibirse laburantes, llamar por teléfono, chequear datos, buscar, cotejar, opinar, saber que te van a putear. Y en el mejor de los casos, llegará un editor que te diga… Che loco cambia los datos”.

Para Zegarra, otro placebo que existe es que la opinión reemplaza los datos y estamos enfermos de editoriales, “de gente que nos dice qué hacer, pero no nos dan datos.  En algún momento, esto se va a romper y tendremos que volver a saber contar. ¿Para qué leemos si después no queremos contar? ¿Para qué buscamos si después no damos la opinión? o será que, en el fondo, no queremos contar y estamos más cómodos con la fotito”.

Por último, remarcó que es necesario salir de la posición expresada en la consigna, “Que no te paguen con fama”. “Por eso, celebro que nos estemos revinculando con referentes sindicales, no olvidarnos que somos laburantes.  Esa es la única esperanza que podemos albergar y el mejor legado a dejar. Nuestro principal sentido es sentirnos trabajadores, revincularnos, resignificarnos nosotros y a nuestra profesión”.

«Nuestra voz ha sido pegar un grito, un grito desgarrador»

La comunicadora y miltante trans, Casandra Sandoval (Red PAR y Radio “VillaNos), hizo énfasis en su pertenencia a este medio que le abrió las puertas sin “nada más que valorar su experiencia”. Es allí donde lleva adelante su programa “Territorio Diversidad”, que trabaja una agenda periodística regulada, “por todo el territorio argentino donde travestis, lesbianas, maricas, tortas, putos, no binaries, como nos auto identifiquemos podamos hablar sin ningún inconveniente. Es fundamental para el colectivo LGTBIQ+ de Córdoba, Punilla y todo el país que podamos hablar en nuestros propios medios, porque todavía me sigo preguntando ¿dónde estamos? ¿Dónde estamos en los SRT, en La Voz del Interior, por ejemplo? Celebro la presencia de nuestra compañera Celeste Giacchetta en Radio Nacional, pero… ¿quien más se puede sumar allí?” ¿Cuántas somos del colectivo LGTBIQ+ que interactuamos con los medios o que, al menos, tengamos cierta proximidad para aprender el oficio o la profesión?, interpeló al auditorio.

Casandra Sandoval afirmó que son escasas las personas vinculadas a un medio de comunicación que son del colectivo, al punto que se pueden identificar con nombre y apellido a quienes trabajan en los medios. “Para el colectivo travesti, trans, es un hecho trascendental. No ha sido fácil animarnos a hablar frente a un público principalmente heterosexual que se autoperciben hombres y mujeres”, resaltó la comunicadora remarcando la necesidad de trabajar la pluralidad de voces y tener en cuenta todas las presencias que hay en una sociedad.

«A mí me parece interesante lo que dicen mis compañerxs en este panel, pero tengo que decir que formamos parte de esa realidad absoluta todavía marginal, pero que, por la lucha histórica que sostuvieron los feminismos en el país hoy podemos contar, decir. Pienso en las redes de compañeras comunicadoras periodistas en las que me apoyé durante mucho tiempo que aparecen en medios estratégicos. Me gustaría escuchar que pasa allí adentro de esos medios, entrar para entender más de cerca la realidad».

En este contexto, afirma Sandoval,  hay muchos condimentos que impactan sobre todo en la vida de las mujeres y del colectivo de diversidad. «Pero las travestis y las trans, fundamentalmente, nos apoyamos de las mujeres que han sabido luchar, con cuerpo y espíritu sororo, en la alianza que tejimos históricamente con el movimiento feminista  donde pudimos avanzar para hacernos escuchar. Por supuesto, que nuestra voz ha sido pegar un grito. Un grito desgarrador, un grito que se abrazó a las Abuelas de Plaza de Mayo que marcharon y que abrieron un camino juntas para podernos, no sé si empoderar, pero al menos hablar con tranquilidad».

“Tenemos que incluir a maricas, tortas, gay, lesbianas, travestis, trans. Empecemos por ahí, generemos espacios alternativos de formación y educación. Es necesario crear primero esa proximidad, que parece que aún no sucede. Por ejemplo, algo tan básico como acercarse a saludar, presentarse, preguntar por el nombre auto percibido o elegido y generar ese primer dialogo de unión, comunión, conexión es fundamental para las travas. Les aseguro que si ustedes se animan a formarlas va a ser otra la historia y van a tener un montón de cosas que contar. Podemos pensar mil formas de abrazarnos y nutrir esa agenda que cada vez más parece alejarse de nuestra realidad.”.

Casandra Sandoval comentó que cursa la Diplomatura en Locución en la FCC (Facultad de Ciencias de la Comunicación): “Lo que estoy aprendiendo ahí es tremendamente valorable para mí y quienes vienen detrás porque hay muchxs compañeros/as que quieren hacer radio, sentarse a escribir, hacer un documental. Yo no tengo la voz y no soy referente de nada ni de nadie. Soy parte de. Hay muchas compañeras maricas, lesbianas, tortas en las universidades, que  pueden aportar tremendamente la palabra y la voz a esto que hoy se puso en cuestionamiento como la libertad de expresión. Palabras que, por lo menos a mí, me hace demasiado ruido o me quedan demasiado grande».