Regionales
Inauguran el único monumento en el país que honra a los Veteranos del conflicto del Canal de Beagle
El 20 de noviembre se realizó un acto en la plaza Rubén Márquez de Bell Ville, donde se se conmemoró el centésimo septuagésimo sexto aniversario de la Batalla de Obligado.
Por Redacción Tribuna Bell Ville • 04/12/2021 08:00 • Tiempo estimado de lectura: 6 minutos
El sábado 20 de noviembre, en horas de la mañana y en la plaza Rubén Márquez, se desarrolló el acto conmemorativo del centésimo septuagésimo sexto aniversario de la Batalla de Obligado, motivo por el cual se recuerda en ésa fecha el Día de la Soberanía, y en la ocasión quedó habilitado el único monumento en el país que honra a los Veteranos del conflicto del Canal de Beagle, donde quedó plasmado el eterno re-conocimiento a los protagonistas de esa parte casi olvidada de nuestra historia.
El monumento rinde homenaje al soldado conscripto de nuestra ciudad, Sergio Ponce, fallecido en un accidente mientras se encontraba bajo bandera en el Regimiento de Infantería de Montaña 21 en Las Lajas, provincia del Neuquén.
El acto contó además con la presencia del Centro de Veteranos de Guerra «Islas Malvinas» de nuestra ciudad y de Marisa Villarroel, esposa del suboficial primero Luis Marcelo Leiva, uno de los 44 tripulantes del desaparecido submarino ARA San Juan.
En la ocasión, el presidente del Concejo Deliberante, Ernesto Gavier, sostuvo que la inauguración de este monumento se trata de «un verdadero acto de justicia», mientras que el veterano del Beagle, Fernando Abraham, muy emocionado, agradeció el gesto de la Municipalidad y la comunidad bellvillense hacia esos jóvenes que fueron alistados para una guerra a la que felizmente no se llegó por un acuerdo propiciado por el Vaticano.
Luego del minuto de silencio y el tradicional «presente» al mencionar a los héroes fallecidos se descubrió el monumento, obra de la Municipalidad con intervención de la arquitecta JorgelinaGiraudo, del Área de Planificación y Gestión de Obras. Estuvieron presentes, aparte de autoridades municipales y veteranos, la familia del soldado Ponce.
Ante gran cantidad de público, el sacerdote Héctor Calligaris, de la Parroquia de Cristo Rey, bendijo el monumento y la bandera de ceremonias que posteriormente los secretarios de Gobierno, Agustín López; Economía, Juan Manuel Moroni, y de Desarrollo Social, Horacio Pelletti, entregaron a los veteranos del Beagle para que puedan participar de próximos actos.
En el final se entonó la Marcha de las Malvinas, presente en todos los actos oficiales en los que se reivindique la soberanía argentina y con el marco musical de la Banda Municipal «Ernesto A. Bianchi», con la dirección de Juan Ferreyra. Los veteranos, por su parte, depositaron ofrendas florales en la Plazoleta Héroes de Malvinas y en la tumba en el cementerio San Gerónimo, donde descansan los restos del soldado Ponce.
Durante el acto el presidente del Concejo Deliberante, Ernesto Gavier, recordó que el emplazamiento del Monumento forma parte de una ordenanza sancionada por una-nimidad mediante la cual también se instituyó en Bell Ville la conmemoración, cada 22 de diciembre, del Día del Veterano del Conflicto del Canal de Beagle, en reconocimiento a todos los soldados que participaron de ésas tensas jornadas.
En tal sentido, memoró que «Argentina y Chile, dos países hermanos unidos en sus luchas por la independencia, es-tuvieron a punto ingresar en un conflicto bélico en 1978 como consecuencia de las diferencias sobre la soberanía de las islas al sur del Canal de Beagle. Ambos países debieron negociar para concluir con las diferencias de interpretación del tratado celebrado en 1.881 que surgieron respecto de las islas Picton, Lennox y Nueva».
«Ante la discrepancia sobre su pertenencia, el 4 de mayo de 1938 se suscribió un protocolo de arbitraje que daba competencia al procurador general de Estados Unidos, el cual fue objetado por Argentina. El 11 de diciembre de 1967 el presidente chileno Eduardo Frei entendió que era necesario recurrir al arbitraje del gobierno británico, lo cual fue aceptado por el gobierno militar argentino en 1971, pe-ro condicionado a la intervención previa de un tribunal creado para la ocasión».
Así fue que «el Laudo Arbitral de la Reina Isabel II de Inglaterra del 2 de mayo de 1977 confirmó la tesis chilena, determinando que las referidas islas le pertenecían. Mientras el gobierno de Pinochet se apresuró a reconocer el fallo, no ocurrió lo mismo del lado argentino, pues el fallo le permitía a Chile la proyección en el Atlántico, no aceptada por la Argentina. La tensión comenzaba a hacerse presente en la región del Beagle».
«El gobierno chileno instaló puestos de vigilancia y señales al frente de los mismos a oficiales de la Armada. Por su parte, el gobierno argentino ordenó la movilización de parte de la flota naval y de tropas hacia el sur. Posibles negociaciones quedaron truncadas cuando el gobierno argentino decidió declarar nulo el laudo arbitral el 25 de enero de 1978».
«A pesar de ello, los presidentes militares de facto de ambos países, Videla y Pinochet, se reunieron el 20 de febrero en la localidad chilena de Puerto Montt, donde firmaron un Acta en la que se comprometieron a continuar con las negociaciones bilaterales, se detuvieron las actividades militares y se aseguró la libertad de navegación en el área en disputa».
«La distensión duró poco. Pronto se escucharon declaraciones belicistas a ambos lados de la cordillera. En junio de 1978 efectivos del Ejército y la Fuerza Aérea Argentina co-menzaron maniobras de práctica de guerra en el sur. Asimismo, las embajadas argentinas en el exterior denunciaron una serie de incursiones aéreas y tareas de movilización terrestre de efectivos de las Fuerzas Armadas chilenas».
«El 22 de diciembre de 1978 el presidente de facto Teniente General Jorge Rafael Videla ordenó el inicio de la Operación Soberanía, destinada a ocupar las islas militarmente. Solo la intervención papal en último momento obligó a desistir a la junta militar de comenzar la guerra».
«A todo esto y desde el comienzo de los aprestos bélicos, miles de soldados conscriptos habían sido movilizados, algunos ya en el sur en lo que sería eventualmente teatro de operaciones, y otros en distintos regimientos, bases aéreas y navales, fábricas de pólvora y armas del país. Desde nuestra ciudad muchos jóvenes se encontraban bajo bandera, cumpliendo con la conscripción militar obligatoria. Muchos de ellos fueron movilizados al Regimiento de Infantería de Montaña 21 con sede en Las Lajas, Neuquén».
«Entre ellos, el soldado Sergio Ponce quien, desgraciadamente, encontrándose bajo bandera, falleció en un trágico accidente. Finalmente, ambos países aceptaron la mediación del Papa Juan Pablo Segundo, quien designó al Cardenal Antonio Samoré para realizar las gestiones de mediación ante los dos gobiernos. El 12 de diciembre de 1980 el Vaticano entregó la propuesta, pero fue nuevamente rechazada por el gobierno militar argentino».
«Recién en 1984, el gobierno constitucional y democrático del presidente Raúl Alfonsín llamó a una consulta popular no vinculante para que el pueblo decidiera si aceptaba o no el tratado de paz y amistad con Chile. El triunfo del Sí fue abrumador y se suscribió el tratado poniendo fin al conflicto», describió Gavier.