Sociedad

«Los periodistas somos supervivientes»

Por Redacción ACN • 14/06/2021 19:00 • Tiempo estimado de lectura: 8 minutos

Marta Maezo es la secretaria General del Círculo Sindical de Prensa y la Comunicación (Cispren) Seccional Río Cuarto. Desde hace 35 años trabaja en la redacción del diario Puntal. En esta entrevista del portal otropunto.com.ar, la periodista habla de la apasionante profesión y de su ejercicio en el actual contexto.

Marta Maezo, al frente de la Seccional Río Cuarto del Cispren. Imagen: PrensaRed

A pocos días del 7 de junio, cuando los periodistas celebraron su día, resultó oportuno conversar con Marta Maezo, con más de tres décadas ejerciendo la profesión en Río Cuarto. «En primer lugar soy curiosa, me gusta preguntar, por eso creo que soy periodista», dijo en esta entrevista al portal otropunto.com.ar.

-¿Por qué eligió ser periodista?

-Creo que soy periodista porque en primer lugar soy curiosa y me gusta preguntar. Y cuando uno pregunta se entera de cosas interesantes y novedosas que intenta transmitir al resto de las personas. Ese servicio de retransmitir lo que uno va sabiendo, o informándose para que el resto lo conozca, creo que es un poco el rol del periodista: poder diversificar todos esos conocimientos en las demás personas.

Por ejemplo, hoy en día con el tema de la salud parece que todos fuéramos especialistas o infectólogos: manejamos nombres de laboratorios o sabemos cómo se hace una vacuna, e intentamos que todo eso pueda ser explicado a la gente de forma que se entienda. Poder tener información y datos sobre el tema, calma mucho la incertidumbre y el estrés de saber que estamos en un mundo convulsionado sanitaria, social y económicamente.

-¿Cómo cree que ha cambiado la forma de hacer periodismo en sus 35 años de experiencia?

-Cambió muchísimo, desde el trato interpersonal con el entrevistado, el uso de la birome, el papel, hasta hacerlo de forma virtual. Igual, creo que realmente el fuerte del periodismo está en la entrevista interpersonal, en la pregunta al entrevistado, sin importar el medio que sea. En estos días, en que hubo muchas charlas por el día del periodista, se habla de que hay voceros, el vocero de la Policía, de la Provincia, etc., y el periodista quiere hablar con el jefe de la Policía, con el jefe de algún ministerio, porque en ese intercambio a uno se le ocurren más preguntas, o se da cuenta que lo que está respondiendo no tiene relación, e inmediatamente podés corregir eso. Pero cuando te mandan a un vocero, y se baja una línea en la que no se corre de ahí, realmente no te sirve.

Después está el tema de los medios en lo que vos lo reproducís, sea gráfico, radial o redes sociales. Y en estas últimas se ven mensajes más cortos y confusos; si realmente querés saber más, tenés que ir a los medios tradicionales, para ver de dónde salió, contextualizar; si es una entrevista, intentar escuchar qué lo que dijo, y no la interpretación de lo que dijo el entrevistado. Por ahí la gente que lee solo las redes, le queda la interpretación de alguien de un hecho, y de ahí se desprenden las fake news, o el sentido que le quiso dar alguien a eso que pasó, y andá a saber el origen de ese dato.

Y el tema de los medios hegemónicos de comunicación, que dan vuelta el dato o la noticia y eso confunde mucho, crea ejércitos de personas que reproducen lo mismo equivocadamente, con una intención en la que uno no sabe que está siendo usado. Eso es muy doloroso.

También, como periodista que trabajo en un medio de comunicación formal, puedo ver que cada vez son menos los periodistas que están como empleados, se ven más monotributistas, cooperativistas, emprendimientos autogestionados. Más allá de que puedan ser chicos y su audiencia más limitada, me parecen más auténticos, con mayor libertad para decir y escribir lo que ellos ven. Lo que estamos viendo en los medios grandes, es que la agenda de los temas no la imponen los periodistas, sino que la impone el gerente de publicidad, el CEO o el director, de acuerdo a sus intereses económicos, políticos y hasta judiciales. Y digo judiciales, porque a veces cuando están implicados en alguna causa, utilizan el medio de comunicación para pegarle a algún juez, a alguna empresa o a un abogado. Y esto sucede a nivel internacional, no es que solamente seamos nosotros. Muchas veces los medios de comunicación funcionan como un apéndice de una carrera que puede ser política, económica o judicial.

-¿Qué recomendación le daría al lector que quiere estar informado? ¿Dónde y cómo puede informarse?

-Realmente es trabajoso y hay que dedicarle un tiempo, pero siempre, como audiencia, debemos ser cuestionadores, que se diga “ché, ¿puede ser esto así?”, y tratar de buscar varias fuentes, no importa si pasa de un extremo a otro. Escuchar y tener distintas visiones sobre un mismo tema. Entiendo que hay temas que tienen mucha información, y se pasa de un tema político a un tema sanitario, o a hablar de los remedios y ver qué pasa dentro de la atención en las clínicas; y qué dice el personal de limpieza o qué pasa con la atención, y así tenemos muchas cosas para escuchar y ver sobre un mismo tema.

Recomiendo ser amplios, abrir la cabeza, no encerrarse en una sola voz, y aprender a cuestionarse y a estar atento a las distintas facetas que nos puede presentar un mismo tema.

-Periodista, ¿se nace o se hace?

-Creo que se hace. Uno nace con cierta curiosidad y con ganas de preguntar o de saber más, pero después hay que formarse e ir capacitándose, aprender de otros, estudiar, leer, abrir la mente, y ver cuáles son las estrategias. Lo que era el periodismo en 1998 cuando yo entré, es totalmente distinto a lo que fue sucediendo en el 2000, y más ahora con las redes sociales, en donde tenés que tratar de hacer todo más corto y conciso.

-¿Y cómo viven los periodistas de su generación las transformaciones culturales y sociales de la sociedad?

-Por ejemplo en lo que es policiales ha cambiado mucho el léxico, antes se hablaba de “crimen pasional”, y hoy decimos “¿qué pasión? ¡la mató!”, y lo consideramos un femicidio. O lo que antes se consideraba “ajustes de cuentas” cuando había un homicidio, hoy se considera un asesinato como cualquier otro. Las palabras y el léxico han ido cambiando y mutando; el periodismo se tiene que ir aggiornando, y con las nuevas generaciones se va compatibilizando todo, para que pueda llegar mejor la información al público actual.

-¿Río Cuarto tiene buen periodismo?

-Si, los periodistas de nuestra ciudad son muy buenos, y buenos colegas también; son capaces de compartir un dato y una información. Lo que pasa por ahí es que en los medios de comunicación no lo saben aprovechar, porque prima ese interés u objetivo de empresa, de no perder el cliente o la pauta, sin entender que lo que se publica o se dice, es lo que realmente a la gente le interesa. A la publicidad, el lector la lee como algo secundario, y eso es parte de un establishment, que quiere mantener un status quo, en el que figuran y aparecen, y no le importa realmente el contenido del medio de comunicación.

-El periodista que sale hoy a la calles ¿está en riesgo?

-En este año que hemos vivido de pandemia, muchísimos periodistas han salido a las calles a trabajar y por supuesto han corrido riesgo o se han enfermado, pero la gran mayoría se enfermó más en reuniones sociales o familiares, que trabajando adentro de un medio de comunicación o yendo a cubrir la cola de los testeos. Yo creo que el trabajo del periodista es arriesgado de por sí, y lo sabemos de tiempos de antaño con los corresponsales de guerra, de enfrentamientos, manifestaciones, de contaminación ecológica, y siempre van al frente y les gusta saber y tener de primera fuente la información.

Nosotros desde el gremio tratamos de cuidarlos: vemos al periodista de una forma integral, como un ser humano que se enferma, que tiene familia, y que su trabajo tiene consecuencias en su forma de vida. Por eso los cuidamos, les pedimos el uso del barbijo, que en los medios de comunicación se respeten los protocolos, que se controlen, que si ven algún compañero congestionado o engripado sugerirle que se quede en su casa.

No es una profesión que vaya a desaparecer, así que en eso nos tenemos que quedar tranquilos. Vamos a sobrevivir más allá de todo. Somos supervivientes, tratando siempre de ir en contra de la corriente, pero ahí estamos, nadando constantemente.

Fuente: otropunto.com.ar