Derechos Humanos
Nada que festejar… mucho que conquistar
Por Aurelia Ramallo * • 08/03/2021 08:00 • Tiempo estimado de lectura: 5 minutos
La frase salta de las pantallas hacia mí una y otra vez.
A contramano de la consigna, algunas instituciones municipales de nuestro Valle extenso, hacen esmeradas celebraciones donde se “premia” la condición de mujer con sorteos que tienen cifras de hasta cuatro (4 ) ceros, acá en el Valle es notable, lo cual me lleva a la obvia conclusión que… se dan cuenta!
¡Se dan cuenta que la condición de las mujeres en el Valle -esas mujeres celebradas y convocadas- requiere atenciones y resarcimientos, al menos, económicos, urgentes! Pero cuando acompañamos a las víctimas de las violencias machistas, domésticas, familiares, económicas, etc etc… empieza nuestro derrotero.
Lxs invito a recorrerlo conmigo…
-Llegamos con S hasta la comisaría X, donde no le toman la denuncia porque no está algún fulanx o falta algún papel o se tildó la computadora o venga más tarde… y ya saben Uds que cuando unx va a la oficina a hacer un trámite, ese “vuelva mas tarde” es una tomada de pelo. Imagínense si de lo que se trata es, de denunciar una situación de violencia contra una persona con la que muchas veces, se convive, con la que se comparte una “economía” o la crianza de hijxs; “no le podemos tomar la denuncia”, ¿da para denunciarlos no? ¿Pero a quién?
Ahora entrando a Fiscalía (de segunda nominación, vale decir). Fuimos porque M recibió esa semana una notificación, por una denuncia que había iniciado (contra su agresor y padre de su niña de 2 años) y una orden de restricción que él mismo estaba incumpliendo (… en el medio el agresor “le puso una denuncia”, a la víctima si, a él se la tomaron). Veníamos del Polo de la Mujer a donde aprovechamos a preguntar si podían darnos el teléfono o alguna referencia de abogadxs “con perspectiva de género” en la zona. La funcionaria revoleó la mirada mientras salíamos “volando” de la escueta entrevista porque ella tenía otro compromiso, y concluyó diciendo – mmm no, por acá no podría decirte… – Seguimos cada cual su camino, nosotras, a Tribunales.
Aquí, después de esperar nuestro turno frente a un pasillo vacío, sin saber si insistir mucho –porque viste vos que esta gente siempre está muy ocupada atrás de 3 puertas haciendo cosas importantes– sale un hombre trajeado a informarnos que la audiencia se pasó, que no sabe por qué, que no sabe para cuándo, y que la van a notificar. De más está decir que el acompañamiento consiste en hacer preguntas; ¿porque no se le notificó a la víctima de esta instancia? dado que; viene de su casa que está a 40km, tomando colectivos de precios exorbitantes, para cumplir con lo requerido por la Justicia, para acceder al derecho, en condiciones económicas de desempleo absoluto, es decir, gastando lo que no se tiene… El Sr. de traje dice que ellos notificaron a la policía y que eso ya queda en manos de ellos. – Pero ¿cuándo notificaron? ¿Anoche? ¿No lo sabían a la mañana antes de que la víctima saliera hasta allí? Muchas preguntas retóricas porque el Sr. de traje no sabía más nada “y que la policía…”
Vamos a la Municipalidad, al Área de la Mujer a solicitar que se otorgue a D la famosa “beca” asignada por decretos provinciales, para solventar mínimamente, la urgencia económica que de manera indefectible padecen las mujeres víctimas (de violencia institucional, también). Hay que llenar formularios; se llenan, – la beca está difícil, bueno la Trabajadora Social hoy no viene y después tiene COVID y no hay nadie mas que la pueda realizar, pero igual demora, de 15 días a un mes, con mucha suerte, pero no están llegando… así que la Municipalidad va a “ayudar” por este mes y después vemos.
Otra vez en Tribunales; ella espera que el Juez Estigarribia resuelva retirar al agresor que está instalado en su casa. El juez decide que, como el agresor dice que está enfermo, (dice, no acredita) debe quedarse allí, o si no que ella debe pagarle el alquiler para que se vaya. ¡Vaya, vaya! Esta vez tuvimos que hacer tallar a la opinión pública, porque si no, se concretaba el desatino. Mientras, comprobábamos que el 0800 designado por la Provincia para activar las denuncias, no funcionaba.
“Para muestra basta un botón”, estos relatos salvajes son reales.
Obviamente que “no hay nada que festejar y mucho por conquistar” pero una quiere celebrar y entonces la plaza se va a llenar de mujeres que van al llamado del halago y con la esperanza de quedarse con la cifra de 4 (cuatro) ceros… porque; recorrer oficinas con funcionarixs de discursos anodinos, esperar becas que no llegan, llamar a teléfonos que no funcionan, y exponerse a que te traten de tarada, es mucho menos gratificante que ir a celebrar con las amigas, un día al menos. Hay otros recorridos que se pueden hacer en Traslasierra, pero éste es el que nos toca ahora, antes de cualquier festejo, que también sabremos gestionar.
*Lic. Aurelia Ramallo, psicóloga. Integrante de la Mesa de DDHH y Mujeres de Traslasierra.