Política y Economía

Una derrota de fin de ciclo

Por Redacción ACN • 15/11/2021 10:38 • Tiempo estimado de lectura: 3 minutos

Hacemos por Córdoba perdió una de las bancas que puso en juego en Diputados. La elección no despejó los caminos hacia 2023 y la disputa de la gobernación en el centro. Para la proyección nacional del gobernador Juan Schiaretti que se insinuó desde el Centro Cívico, los comicios de medio término en la provincia sepultaron por ahora el proyecto.

(Prensa Hacemos por Córdoba)

Finalmente, los números de ayer definieron el escenario de la representación cordobesa en el Congreso de la Nación. Juntos por el Cambio ganó un lugar más en Diputados y sostuvo su presencia en el Senado, el Frente de Todos mantiene la banca ganada en 2017 y Hacemos por Córdoba perdió una de las tres bancas que puso en juego en Diputados y ganó un lugar en el Senado.

El gobernador Juan Schiaretti interpretó de antemano la importancia que tenía el resultado de estas elecciones, al punto que decidió ponerse al hombro la campaña y se convirtió en el sostén de «Ellas». Esa decisión lo puso en el centro de la disputa y por eso mismo los 30 puntos que le sacaron Juez y De Loredo lo afectan de manera profunda.

El escenario político de cara a la renovación ejecutiva del 2023 comienza a delinear sus perfiles en la provincia. El gobernador no podrá aspirar a una nueva renovación y su legado tiene muchos aspirantes a herederos.

Por el lado del Juntos por el Cambio, el triunfo contundente de una alianza tan heterogénea como la de Juez-De Loredo, no aleja las especulaciones sobre cómo se ordenarán las candidaturas dentro de dos años.

Las lecturas que se hicieron anoche, ni bien el Ministerio del Interior comenzó a difundir los números del escrutinio provisorio, fueron variadas según el búnker y las tertulias políticas que como siempre se producen. En Juntos por el Cambio, todos se mostraron exultantes, aunque, por lo bajo, y en particular de parte de dirigentes y militantes radicales, se percibió cierta cautela. Los radicales no depositan toda su confianza en Luis Juez y el temor de que los «absorba» el exintendente daba vueltas en algunas charlas de pasillo y reuniones espontáneas para evaluar los comicios. En el centenario partido no son pocos quienen critican el «seguidismo» al PRO (que quedó expuesto durante los cuatro años de gobierno de Mauricio Macri) y no quieren aparecer otra vez -menos en Córdoba- como «furgón de cola».

En el Frente de Todos, si bien no hubo plena satisfacción por los resultados, a la luz de los sondeos previos y las dificultades que presenta el electorado cordobés tan refractario al Gpbierno nacional (y en particuar al kirchnerismo), el haber logrado mantener la banca en Diputados que hoy ostenta Pablo Carro y que se puso en juego, produjo una suerte de alivio. El piso con que cuenta el espacio, es considerado eso y no un techo. Deberá trabajarse para reafirmar la identidad de la fuerza y ampliar su desarrollo territorial. Pero ese piso importa un caudal de votos cautivo no desdeñable. E importante a la hora de cualquier negociación de cara a lo que se viene: la segunda parte del mandato de Alberto Fernández y la disputa de la provincia en 2023. Si desde el juecismo anoche daban por sentado que la gobernación está más cerca que nunca, el hecho de que como clima de época todos apelen de una u otra forma a la «polarización» o «la grieta», podría deparar impensados bloques o alianzas en dos años. Porque de un lado se colocaría «la derecha» de Juntos por el Cambio; y del otro un eventual frente para frenar su avance.