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Censo 2022: invisibilizar a las lenguas indígenas también es racismo

Por Redacción El Resaltador • 18/06/2021 08:00 • Tiempo estimado de lectura: 4 minutos

La inclusión y promoción de lenguas originarias en procesos como el Censo Nacional son una deuda en Argentina. En dialogo con Veronica Azpiroz Cleñan de la Comunidad Epu Lafken, los Toldos e integrante del Tejido de Profesionales Indígenas, reflexionamos al respecto.

Camino al decenio de las lenguas indígenas, designado por la ONU desde el año 2022 hasta el 2032, nos encontramos con una forma de racismo que quizás no es la usual, pero que existe. Esta situación la pone sobre la mesa Verónica Azpiroz, integrante del Tejido de Profesionales Indígenas. En este caso, estamos hablando de cómo la invisibilización de las lenguas indígenas en instancias como el Censo Nacional de Población son formas de racismo.

El Tejido de Profesionales Indígenas es una organización que se formó en 2018 en Argentina. Tiene la particularidad de estar conformado por personas de distintos pueblos originarios, pero lo que tienen en común es que todos sus miembros han pasado por una experiencia universitaria. Es allí donde se han dado cuenta que existe un racismo epistémico en la educación superior, el cual dificulta el diálogo con las políticas públicas.

Es por eso que decidieron constituirse como una organización, cuyo primer objetivo fue y sigue siendo la visibilización estadística, no solo a través del Censo Nacional de Población, sino también en el resto de los sistemas de información provinciales y nacionales. Su interés es construir la posibilidad de diálogo entre el conocimiento ancestral y el científico, lo cual se da fácilmente en ciertas áreas y avanza lentamente en otras.

Desde Indec se niegan ante el pedido de los pueblos originarios

A partir de la negativa del Indec sobre incorporar la pregunta sobre diversidad lingüística en el próximo censo (qué lenguas hablan las y los habitantes), así como la negativa de mencionar a los 39 pueblos originarios en la pregunta de reconocimiento étnico, el colectivo ya mencionado decidió iniciar la Campaña por un millón de firmas para la Inclusión de la pregunta lingüística en el Censo 2022, el pasado 21 de febrero. La fecha coincide con el Día Internacional de la Lengua Materna.

De este modo, desde el 2018 el tejido trabaja por mayores derechos lingüísticos en el censo de población, apelando a que la sociedad argentina firme esta campaña por su empatía con los pueblos originarios. Hablar estas lenguas indígenas profundiza la diversidad como un valor y un aporte a la convivencia democrática.

La lengua materna como derecho fundamental

“Todos y todas tenemos derecho a hablar en nuestras propias lenguas. Las personas, desde su infancia y sus interacciones familiares, muchas veces no hablan castellano. Sin embargo, cuando las y los niños ingresan al jardín de infantes o a la primaria, sus lenguas comienzan a ser silenciadas. La predominante es el castellano. No hay educación intercultural bilingüe en la mayoría de los casos, por ende las lenguas indígenas se desvalorizan en los espacios de aprendizaje. Eso tiene un efecto negativo sobre la formación de la personalidad, el autoestima y la identidad de la persona. Es por eso que desde el tejido instan al gobierno nacional a reconocer a las lenguas como portadoras de conocimiento de otras culturas y sociedades”, indicó Veronica Azpiroz a este medio.

En este sentido, añadió que “las experiencias autogestivas en cuanto a la recuperación de las lenguas originarias tienen un límite concreto. Y esto tiene que ver con los recursos económicos disponibles para posibilitar estos procesos de revitalización y aprendizaje”. Por lo tanto, así como el Estado niega la posibilidad de hablar la lengua indígena, lo que se solicita en este momento es que repare esa situación con aportes económicos. Para que tanto quienes hablan como quienes enseñan lenguas originarias puedan teorizar y preparar las clases y los materiales pertinentes. Esto es para que la labor docente indígena se reivindique.

Esto también aplica al sistema de Justicia, dado que existe una necesidad de contar con peritos o traductores bilingües o trilingües. La Justicia está estructurada en castellano, y muchas veces las víctimas o acusados solo hablan lenguas indígenas. Es necesario tener un correcto proceso de traducción en estas instancias para hacer valer los derechos de todas las partes.

Finalmente, Verónica nos remarca que “las lenguas tienen el prestigio de sus hablantes, por ende invisibilizar a las lenguas indígenas es un modo de desvalorizarlas”. Así, esto tiene efectos negativos sobre las y los hablantes, porque esta invisibilización es un modo de racismo. De esta manera, directa o indirectamente se puede “atentar contra la transmisión intergeneracional de las lenguas, perdiéndose así un patrimonio cultural invaluable”, apunta la entrevistada. “Es fundamental llevar a cabo acciones que prestigien a estas lenguas y las pongan en igualdad de condiciones”, finaliza Veronica.

El Resaltador