Ambiente y sustentabilidad
Se hace camino al desmontar
Luego de un 2020 azotado por los incendios forestales y de una Ley de Expropiación aprobada a las apuradas, la Autovía de Paravachasca avanza a contramano del pueblo. Desde la asamblea de vecinxs autoconvocadxs denunciaron una serie de irregularidades en el estudio de impacto ambiental y cuestionaron que la audiencia pública sea virtual en una zona con escasa conectividad.
Sin agua corriente y potable en algunos barrios, sin un servicio de salud de calidad y sin viviendas dignas para muchas familias, pero…con Autovía. El proyecto de la Variante Ruta 5 fue aprobado un día previo a la Navidad – junto con la expropiación de los terrenos para la Autovía Punilla – luego de un 2020 en donde el fuego arrasó con más de 16 mil hectáreas en el Valle de Paravachasca.
La obra que impulsa el gobierno de Córdoba junto a la empresa Caminos de las Sierras avanza a contramano del pueblo. “Cuestionamos el estudio de impacto ambiental, los planes de gestión y la audiencia pública porque simulan la participación ciudadana. Son dinámicas que no permiten reciprocidad y no son vinculantes”, explicó Lucía Movsesian, integrante de la Asamblea Paravachasca.
Para lxs vecinxs autoconvocadxs, hubo una serie de irregularidades en la forma en que se fue comunicando la traza y cómo fue avanzando el proceso administrativo. “Finalmente, al acceder al Estudio del Impacto Ambiental, confirmamos que la traza sufrió cambios de acuerdo a lo que se había aprobado en la Ley 10733 en diciembre pasado, entendemos que producto de un pedido del jefe comunal de La Rancherita”, detalla.
“Una modificación a lápiz alzado y un proceso no prolijo de cambio”, remarca. “No se debería poder pasar por la Legislatura aprobando una Ley de Expropiación con una traza específica sin antes someter a la participación pública todo el estudio de impacto ambiental”, agrega. Otro de los puntos que critican tiene que ver con una futura audiencia pública que tendrá una modalidad virtual. “Casi todo el Valle de Paravachasca tiene una conectividad muy débil y vulnerable”, precisó Lucía.
Por otro lado, la integrante del colectivo de organizaciones y vecinxs reveló que los objetivos que se esgrimen para la llevar adelante la ruta no tienen nada que ver con la realidad. “La obra no es ni para facilitar el tránsito ni para favorecer el turismo”, indicó. “Si uno entiende la logística del transporte en nuestro país, te das cuenta que muchas obras a nivel local tiene una lógica más global/regional”, estimó.
Tanto el financiamiento para la Autovía Punilla como la de Paravachasca se aprobaron juntos y aparece el Estado Nacional como garante. En el caso de la Variante Ruta 5, la obra implicaría unos 4 mil millones de pesos para 27 kilómetros.