Turismo y recreación
La Candelaria, parte del legado jesuítico
Por Redacción ACN • 08/01/2021 19:01 • Tiempo estimado de lectura: 3 minutos
Las estancias jesuíticas son un patrimonio arquitectónico esencial dentro de la oferta turística de Córdoba. La Estancia La Candelaria, de estructura sencilla pero imponente, es una de las mejores conservadas.
El turista que llega a la provincia, puede visitar cinco estancias jesuíticas: Colonia Caroya (1616), Jesús María (1618), Santa Catalina (1622), Alta Gracia (1643), La Candelaria (1678) y San Ignacio (1725). A lo que se suma la Manzana Jesuítica de la Capital.
La Candelaria es la más extensa de las estancias jesuíticas y está ubicada en las Sierras Grandes, al noroeste de la capital cordobesa, en el departamento Cruz del Eje, a 200 kilómetros de Córdoba Capital. Su nombre es un homenaje a la Virgen de las Candelas.
La antigua merced de tierras que en un principio perteneció al capitán García de Vera y Mujica fue donada por sus descendientes, en 1673, a la Compañía de Jesús con el objetivo de contribuir al sostenimiento del Colegio Máximo de Córdoba. Los religiosos transformaron rápidamente el lugar en un foco de producción agropecuaria y adquirieron tierras lindantes hasta constituir una propiedad de 300 mil hectáreas.
En aquellos tiempos, los jesuitas no sólo debieron afrontar el rigor del clima y la geografía, sino también la presencia de los pueblos originarios que resistían la colonización. Es por eso que, arquitectónicamente, la construcción combina elementos de una residencia con un fortín.
Los esclavos negros proveyeron la mano de obra para erigir el lugar y todavía se pueden encontrar las ruinas de sus ranchos, cerca de los corrales, molinos y acequias, algo más distantes de la residencia de los sacerdotes y la capilla destinada al culto religioso.
Después de la expulsión de los jesuitas, la Junta de Temporalidades ordenó su fraccionamiento. En 1941, la Estancia fue declarada Monumento Histórico Nacional y el gobierno provincial la adquirió en 1982.
El conjunto arquitectónico posee en general un aspecto cerrado, organizado en torno a un patio central rectangular, uno de cuyos lados es la capilla; se accede al mismo por un portón lateral ubicado sobre el atrio. La capilla se destaca por su altura y fachada encalada; posee una planta rectangular y un retablo de mampostería. Dos sacristías se ubican a su costado. La fachada se compone de una puerta central contenida en un arco rehundido, coronado por un frontis triangular. En él se apoya una elegante espadaña de tres aberturas dispuestas en dos niveles que contienen las campanas. Un perfil de líneas curvas define la composición y da identidad al lugar. Los muros son de piedra, y las cubiertas se realizan con tirantes de maderas de algarrobo, cañas atadas con tientos de cuero crudos, tejuelas y tejas españolas.
La UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.
El “Camino de las Estancias Jesuíticas” es un itinerario turístico cultural que permite descubrir y conocer los valores patrimoniales de esta provincia, asociados con paisajes, tradiciones y costumbres que marcan la identidad de Córdoba.
Cómo llegar
Se puede llegar, desde Córdoba Capital, tomando la Ruta Nacional 38 hasta Villa de Soto; luego por la Ruta Provincial 15 hasta la localidad de La Higuera y desde allí, 54 kilómetros por camino de tierra.
Para tener en cuenta
El ingreso a la Capilla tiene una escalera de cuatro peldaños. Existe una entrada alternativa por el costado derecho con dos peldaños. No posee rampas. El recorrido por la estancia no posee sendas demarcadas ya que se encuentra en una zona de campo. Está prohibido tomar fotos dentro de la Capilla. No está permitido ingresar con alimentos ni bebidas, y tampoco ingresar con animales.
Fuentes: https://www.cba.gov.ar/ – Agencia Córdoba Turismo