Maradona, cuando era El Pelusa

«Fue lo más grande que vi»

Boca y Diego, un amor incondicional y sin traiciones. Sólo bastó un año para sellarlo y un testigo para contarlo, José María Suárez, su compañero en el campeón del 81.

Por Diego Barrionuevo • 04/02/2021 13:25 • Tiempo estimado de lectura: 8 minutos

Estaba viendo el noticiero con mi mujer cuando un periodista dijo “tengo noticia urgente, conmoción mundial», ¿qué habrá pasado?, me dije. «Murió Diego Maradona.» Me quedé callado, no podía creer que sea cierto, no creía, después lloré.

La frase es de José María Suárez, desde su casa de Villa Allende recuerda a su compañero de Boca Juniors campeón de 1981, en el año previo a su pase al Barcelona.

“Maradona fue lo más grande que vi, ya en Argentinos cuando lo enfrentamos en el 80 en el partido en que Gatti le dijo “gordito” y él nos hizo cuatro goles. Ese día estaba iluminado, no lo podíamos parar” recuerda el Colorado jugador que durante quince años vistió distintas camisetas desde su Unión Florida original hasta los poderos Belgrano y Boca Juniors.

Pero tuvo su año inolvidable: 1981, el año de Diego Armando Maradona en Boca, campeón del metropolitano  y el nacimiento de una relación de amor que perduró en el tiempo, el espacio y los entornos.

Sus comienzos  en el fútbol: de la plaza al Gigante de Alberdi

José María Suárez nació el primero de mayo de 1951 en Villa Dolores. “No tenía un año que mis padres vinieron a Córdoba”. Sobre su infancia recuerda se la pasaba jugando al fútbol en la plaza de los burros del barrio de San Martín y de purrete ya despuntaba el vicio del fútbol en el club amateur del barrio “Defensores de Bransen”. “Mi mamá era la portera de una escuela municipal en Bransen y Colombres y vivíamos allí mismo en la escuelita. Jugaba en el equipo del barrio con los chicos”.

Su tío Manuel Luna que jugaba en Unión Florida, que por aquel momento tenía todavía su cancha en el barrio Providencia, lo llevó a jugar en la tercera división. “Yo tenía catorce años, era chiquito, pero mi tío le dijo al técnico, ponelo que se la aguanta” Así comienza su trayectoria oficial en el fútbol, aunque seguía en el club de los amigos. “Los sábados jugaba en Unión  en la segunda ascenso (antigua primera “C”) y los domingos los torneos barriales con Bransen” .

El Colorado Suárez se haría conocido como un férreo marcador de punta en el Belgrano de la primera parte de los 70.  “En el 68 jugamos de preliminar con la tercera de Belgrano. Los dirigentes me vieron y me compraron el pase. Después de jugar un año en tercera, debuté en el año 70 “.  Belgrano tenía el impulso del famoso Belgrano del 68 y en la tribuna ya estaban “Los Piratas” como envión anímico. “Teníamos un equipazo, abajo jugábamos yo, Cuellar, Luppo (después el Gringo Coletti) y el Perro Pavon. Arriba estaban la Milonga Heredia, Quiroga, Laciar y el Cuchi Cos”. De a poco todos se fueron yendo y Belgrano ingresaría en una noche sin títulos que duró una década. La Milonga Heredia se va a Barcelona, Cos al Real Madrid, Pavon a Alaves, Cuellar se retiró y el Colorado Suárez seguiría su periplo en el fútbol en Boca Juniors.

Su paso por Boca: 

Así como un amistoso en el 68 le brindó la posibilidad de llegar a un grande de Córdoba, en otro amistoso llegó su chance de progresar en el fútbol. “En un partido en el 76 (17 de agosto) con el Boca del “Toto” Lorenzo, jugué muy bien”, recuerda el Colorado.  Corrían ocho minutos del primer tiempo cuando Suárez se manda al ataque por derecha, mandó un centro preciso y Beccerica abrió el marcador de una victoria celeste por dos a uno que tuvo al Colorado como una de las figuras. “Después del partido se acerca un hombre y me dice ‘el viernes tenes que presentarte en Boca’, yo no sabía quién era”. Era el mismo “Toto” Lorenzo que lo llevó al Boca multicampeón de la época. “Los dirigentes me vendieron, yo había tenido la chance de irme a Racing, pero yo quería seguir en Belgrano, también me quiso RIver, pero Boca me gustaba”.

En Boca estuvo del 76 hasta el 82. “Vivi años muy lindos, dos libertadores, una intercontinental, jugar con Diego y la hinchada que es impresionante ¡cómo alentaba!” recuerda José María Suárez. “ Mira que yo estaba acostumbrado a ver mucha gente por Belgrano, pero La Doce es una cosa impresionante”, recuerda con nostalgia.

El Maradona de Boca

El 20 de febrero de 1981 fue su presentación en el partido que jugó un rato para Argentinos y un tiempo para Boca. Dos días después debuta oficialmente en la primera fecha del torneo ante Talleres de Córdoba. Debut y gol para un Diego que, como vimos en la segunda entrega, llegaba con una contractura, según nos comentó Eduardo Beaulieu.

“En Boca le costó al principio, porque vino lesionado, tenía una contractura. nosotros le decíamos que fuera al médico del club, pero él al principio no quería, era retraído,los primeros partidos jugó infiltrado”, reconfirma José María.

Así, bien de cerca, el Colorado vivió ese comienzo de Diego. Debut con goles ante Talleres, segundo partido contra Instituto también en una Bombonera colmada, pero un Diego que no estaba bien físicamente y le costó esa primera rueda el torneo de 1981.

Debut de Diego en Boca y Víctor Hugo Morales en Argentna

“Él se enojaba porque la pedía y se quejaba de que no se la dábamos. Nosotros le decíamos, esto es Boca, no Argentinos. había que cuidarlo. Un partido, se enoja y en el entretiempo entra al vestuario y tira la remera. Se quejaba, que no me la dan, decía. nosotros, los más viejos, Pernía, Mouzo y yo, le decíamos que no le podíamos dar la pelota de espalda al arco, la doce lo iba a insultar si perdía la pelota. pero era un fenómeno el Diego. Un monstruo. Después en el segundo tiempo hizo dos goles.”

Con Diego llegan varios jugadores con la intención de lograr el campeonato. River contrata a Mario Kempes para pelearle el protagonismo a Boca y a Diego. Pero ese año hubo otro equipo que le peleó el torneo, el sorprendente Ferro Carril Oeste de Carlos Timoteo Griguol.

“Boca tenía un buen equipo con Brindisi, Gatti, Trobiani y Mouzo, pero con él era afano. Así y todo nos costó el campeonato del 81, porque veníamos con cuatro puntos de ventaja y en un momento se acerca Ferro. Faltando pocas fechas le ganamos y terminamos festejando.

Boca sale campeón del torneo de 1981.” la hinchada de Boca tardaría once años más para dar una vuelta olímpica. Para Diego es el único título jugando en Argentina. Luego juega el nacional, pero es eliminado en semifinal por Vélez. Los últimos partios oficiales y su último gol a River. «Era un tiro libre por la derecha, estaba Brindisi y yo, pero Diego me dice, anda Colorado que yo la embocó, la clavó al ángulo del Pato Fillol, no sé como hizo».

El gol dela anécdota. Fueron cuatro ese año a Fillol y a River

Durante el verano del 82 jugó en sus últimas giras con Boca por Centroamérica y Asia. Luego la decepción del Mundial España 82 y su pase al fútbol europeo. El 6 de febrero se despide con la camiseta de Boca en un clásico de verano ante River. Allí, José María Suárez  comparte por última vez la cancha.

Luego ya no se volverían a ver en una cancha, ni siquiera como rivales, pero cultivaron una amistad que llegó hasta el último momento

“Yo vivía en Villa Urquiza y Diego en Villa Del Parque, así que a los entrenamiento nos íbamos junto a Mouzo en el auto de él o a veces el mío. De los siete días, estábamos seis juntos. jugábamos dos o tres partido por semana, las giras. Muchas cosas. Hice una amistad muy linda con Maradona.”, recuerda el Colorado desde su casa en Villa Allende. “La última vez que lo vi, fue cuando vino con Gimnasia, lo vi desmejorado y siempre mal rodeado por gente de seguridad”.

Maradona se iba de Boca rumbo a Barcelona, años después a Napoli. El Diego que tuvo en sus manos al mundo. Pero antes así era el Diego, cuando ya era Maradona, pero todavía no era D10S. 

Próxima entrega: la memoria oral del Mito
No hay registro audiovisual o fotográfico de que Mario Bernio jugó con Diego Maradona. Pero el cordobés tuvo su mes de prueba en Argentinos y compartió vestuario y cancha con el el Diez.
Una micro relato dentro del gran relato