Córdoba obrera
La Universidad Católica de Córdoba: entre Dios, precarización laboral y prácticas antisindicales
Cuatro docentes de la Universidad Católica de Córdoba (UCC) que venían planteando reclamos por condiciones laborales sufrieron despidos. Desde el Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP) se denuncia arbitrariedad y prácticas anti-sindicales por parte de la institución. Hablamos sobre el conflicto con Silvia Loyola, secretaria gremial de la delegación Córdoba capital del sindicato.
Por Redacción Enfant Terrible. RMD • 05/07/2023 09:26 • Tiempo estimado de lectura: 6 minutos
Algo de historia de la “Católica”
La Universidad Católica de Córdoba (UCC) fue creada en 1956. Se define a sí misma como “la primera Universidad privada del país y es la única en Argentina confiada a la Compañía de Jesús.”. Afirma tener hasta el momento más de 40.000 personas egresadas (de sus 40 carreras de grado y 10 tecnicaturas universitarias).
En relación a su “misión”, la institución indica que la misma se podría sintetizar en “la formación de personas de ciencia, conciencia y compromiso”. Según su propia historia podríamos afirmar que seguro no se refiere a una conciencia – compromiso sindical. Silvia Loyola, secretaria gremial de la delegación Córdoba capital del Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP), al ser consultada sobre este punto afirmó
que la UCC: “históricamente niega la representatividad del SADOP, lo mismo que las demás universidades privadas de Córdoba y del país, que actúan corporativamente a través del CRUP que es el consejo de rectores de universidades privadas.”.
La referente sindical nos contó un ejemplo. La UCC en vez de enviar los aportes de obra social a OSDOP que es la obra social de los docentes privados, lo hace a la Obra Social de Relojeros, Joyeros y Afines (OSRJA) es una obra social del Sindicato Unificado de Relojeros Joyeros y Afines de la República Argentina la Joyeros y Relojeros. OSRJA tenía convenio con la universidad e incluso contaba con una oficina dentro de la institución. De mínima, esto llama la atención, pero tiempo atrás esto parecía no ser un problema.
Quienes daban clase en la UCC solían vivir del ejercicio de sus profesiones liberales o daban clases en otras universidades (como la universidad Nacional de Córdoba). Por eso, el tema de los aportes en la institución no era un tema relevante ni que preocupara. Sin embargo, algo cambió en los últimos años. Loyola nos comentó: “Desde hace un tiempo el colectivo docentes se proletarizó, por decirlo de alguna manera y comenzó a reclamar por salario y carrera docente, pero sobre todo por obra social”. Así se llega a la situación en la cual se enmarca el conflicto actual.
¿Qué está pasando ahora?
El conflicto actual es un ejemplo de lucha cuestiones laborales básicas como por salario, carrera docente y obra social. Hunde sus raíces a mediados de 2022, cuando OSRJA dejó de prestar funciones en Córdoba y la UCC no notificó la novedad. Docentes de la institución se empezaron a enterar cuando requirieron los servicios y no pudieron tratarse sus problemas de salud. Esta situación se fue repitiendo en diferentes casos y
entonces, esto comenzó a transformarse en un inconveniente repetido. Se intentó llegar a algún acuerdo que garantice la cobertura médica de la planta docente. Nunca se obtuvo una respuesta institucional. Desde la universidad se decía que se estaban evaluando posibilidades de un nuevo convenio. En algunos casos, se tuvo que pagar individualmente una obra social prepaga.
De la mano del conflicto, un grupo de docentes decidió afiliarse a SADOP y traspasar sus aportes a OSDOP. Frente a estos cambios, la respuesta institucional fueron despidos a quienes encabezaron el proceso.
En su momento, la situación no pasó a mayores. En este sentido, nos relató Loyola: “Este grupo no avanzó en reclamar la discriminación de este despido arreglado, podría decirse. Pasado un tiempito una compañera, comenzó a arengar a sus compañeros ante el silencio que el apriete disciplinatorio había generado en el resto de los compañeros.”.
No darse por vencida implicó buscar nuevos caminos para el reclamo. En ese sentido, envió un mail a RRHH consultando las razones de porque en su recibo de sueldo no aparecía el descuento por la cuota sindical si se había afiliado a SADOP. La respuesta a este correo electrónico fue una carta de despido. Desde el gremio denuncian que este accionar va contra resoluciones nacionales del Ministerio de Trabajo y fallos de la Corte
Suprema.
Por otro lado, al actual conflicto por la obra social se le han ido sumando reivindicaciones por otros aspectos de las condiciones de trabajo básicas. Por caso, resalta el problema de la forma de contratación. A quienes dan clases en la UCC se les contrata por un año. Hay docentes en esta situación hace 15 contratos. Esto viola la Ley
de Contrato de Trabajo ya que no está permitida la renovación de contrato por tiempo indeterminado.
Además, este formato lleva, entre otras cosas, a la falta de pago de antigüedad docente, la ausencia de indemnizaciones por despidos y a no tener dedicación docente. Además, la cantidad de horas que se pagan es solo la cantidad de horas de trabajo en el aula (y no las de preparación de las clases, correcciones, etc.). Todo este conjunto de situaciones expresan un conjunto de precariedades laborales que comenzaron a ser planteadas. En síntesis este conflicto relacionado a elementales condiciones de trabajo obtuvo nulas respuestas institucionales y practicas anti-sindicales por parte de la UCC.
La lucha actual
Según nos contó Loyola, SADOP se puso al servicio del reclamo docente por la mejora de las condiciones laborales y ahora, también por la reincorporación de las personas despedidas. Ella, citando el artículo primero de la Ley 23592, nos expresó: “El despido de los/as compañeros/as, para nosotros es discriminatorio porque atenta contra el derecho a expresar la opinión gremial al obstaculizar la libertad de afiliación y el
reclamo de los derechos laborales vulnerados.”.
En el marco del conflicto, el jueves pasado se realizó una protesta de docentes y estudiantes frente al campus de la UCC. También integrantes del gremio estuvieron presentes acompañando la actividad y denunciando el carácter arbitrario y discriminador del accionar que viene teniendo la universidad. Desde el sindicato denunciaron una actitud “patoteril, arbitraria, injusta, ilegal, anticonstitucional y disciplinatoria de la
UCC”. La medida sirvió para visibilizar la situación.
En este momento, se aguarda la respuesta institucional a los telegramas que enviaron las personas despedidas. Al mismo tiempo, SADOP espera que la UCC reconozca la representación del sindicato y se siente a dialogar y trabajar en pos de la mejora de las condiciones de trabajo en el marco de un convenio colectivo de trabajo. La moneda está en el aire.
FUENTE: Enfant Terrible. Por Mariano Schejter.