Ambiente y sustentabilidad
Minería ilegal la cuenca del Río Chavascate
Vecinos y organizaciones ambientales vienen denunciando desde hace años que en la Cuenca del Río Chavascate operan empresas mineras de forma ilegal. «Claramente no existe ninguna voluntad política, en ninguno de los niveles, provincial, comunal, municipal de proteger nuestro territorio. El poder económico, político y judicial forman un frente monolítico que ni la más grande explosión que escuchamos día a día es capaz de disolver», denunciaron en un comunicado.
Por Redacción Enfant Terrible. RMD • 10/04/2023 09:07 • Tiempo estimado de lectura: 5 minutos
La cuenca del Río Chavascate, que recorre la zona de Agua de Oro, el Manzano y Cerro Azul y todos los cordones montañosos de la Provincia de Córdoba, vienen sufriendo desde hace unos años el crecimiento exponencial de la explotación de canteras, con el daño ambiental y social que eso significa. Organizaciones ambientales y vecinos autoconvocados comenzaron a impulsar reclamos colectivos para exigir el fin del extractivismo.
«Nuestro territorio cuenta con una gran cantidad de materialidades que dan cuenta de asentamientos indígenas ancestrales. Hoy una zona de 76 hectáreas en Cerro Azul es reconocida como Sitio Sagrado, con múltiples registros de la Dirección de Patrimonio Cultural de la Agencia Córdoba Cultura» señalaron en un comunicado, y añadieron que:
«En la zona de Candonga en el año 1943 se ha encontrado lo que se conoce como “el niño de Candonga”, restos óseos que tienen más de 12 mil años de antigüedad, los más antiguos de Argentina. La cueva de Candonga, como se conoció el sitio, fue volada por la explotación minera. Se extrajo el sitio completo«
En el cordón montañoso de las Sierras Chicas, las canteras comparten territorio con el bosque nativo, un bien común cuya extracción irracional e ilegal llevó a limitarse al 3% de la Provincia de Córdoba. Estando en vigencia Leyes Nacionales y Provinciales que las protegen; y más teniendo en cuenta que se consideran ecosistemas protectores de cuenca, resulta inadmisible seguir avalando la explotación de canteras en esta zona;, que destruyen el monte, la flora y la fauna.. generan permanentes explosiones que hacen vibrar nuestras viviendas, dispersan polvo en suspensión sumamente dañino para nuestra salud, promueven un continuo tránsito de camiones de gran porte, todo esto nos pone en riesgo…
Además, Nuestras Sierras Chicas, llevan acumuladas cientos de miles de hectáreas quemadas por incendios en estas últimas décadas, la mayor parte de ellos intencionales y muchos de ellos incluyeron zonas en donde se desarrollan actividades de minería de canteras o donde se proyectan las mismas. La explotación minera se considera como pérdida de un bien común finito (por su no recuperación territorial) por ello, más allá de un título de propiedad, su autorización debe tener en cuenta su significado colectivo. La gran cantidad de canteras y la magnitud en términos de superficie en todo el Corredor de Sierras Chicas hacen que hoy, algunos autores lo definan como “megaminería de canteras”.
La extracción minera provoca cicatrices no remediables, pérdida de biodiversidad, de suelo, de sustrato y alteración de la dinámica hídrica. Nunca se ha tenido en cuenta el daño acumulativo, irreversible y sinérgico que esto genera. Nunca se ha realizado una Evaluación Ambiental Estratégica. Nunca se ha evaluado el daño socio-ambiental-cultural de manera integral.
En el comunicado emitido por el colectivo «Sierras Chicas Sin Mineras», los vecinos se preguntan: «¿Cómo se puede remediar el creciente pasivo ambiental si las canteras se multiplican día a día? ¿y el pasivo socio-cultural, cómo se recompone? ¿Qué tiempos son necesarios para remediar semejante destrozo?» y denuncian que «no existe ninguna voluntad política, en ninguno de los niveles -provincial, comunal ni municipal-, de proteger nuestro territorio».
«El poder económico, asociado con el poder político y el judicial forman un frente monolítico que ni la más grande explosión que escuchamos día a día es capaz de disolver. Hasta el año pasado estaban destruyendo el monte las canteras: Amadeo, San Cayetano y Candonga»
Según narran desde la Asamblea Sierras Chicas sin Canteras se han realizado varias presentaciones y pedidos de información y denuncias que sin embargo, caen en saco roto. «Cuando logramos alguna clausura en poco tiempo la levantan y autorizaron que sigan explotando. Ante la presión social y exigencia de respuestas por parte de la Asamblea, el Ex-Secretario de Minería, Bonalumi, presentó una denuncia penal contra los responsables de estas canteras en los Tribunales de Jesús María». Con esta denuncia habría quedado demostrado que se realizó una “violacion de la faja de clausura”, sin embargo inexplicablemente la causa fue archivada.
Por su parte, vecinos de Cerro Azul denuncian un nuevo frente de explotación minera en el Camino S-154, camino a Paso Blanco. Esta cantera, ubicada en el campo “El Gato”, en la naciente de cursos de agua tributarios del Río Chavascate, está destruyendo el monte sin ninguna habilitación. A pesar de haber hecho varias denuncias a la Policía Ambiental, la actividad de la minera continúa.
«También han producido un ensanchamiento del camino, para garantizar el tránsito pesado, con irregularidades como acumulación de rocas, levantamiento de alambrados y amojonamiento discrecional.
Nos preguntamos si este camino forma parte del proyecto de camino pavimentado entre la Ruta E-53 y Candonga, del que nos hemos enterado por los medios; ampliando la red de vías extractivistas que caracteriza las obras de la Provincia de Córdoba. Sumando que, en la zona del Algodonal pasa frente a la Escuela 9 de Julio, generando otro problema más de seguridad para esa comunidad educativa», señalaron los vecinos.
Por último, enfatizaron que «no aceptamos ser zona de sacrificio, ni la entrega de más bienes comunes,, al servicio de intereses privados o delirantes obras públicas, que claramente cuentan con la anuencia de los poderes políticos y judiciales. Vemos día a día desaparecer montañas enteras con su monte, flora y fauna. El monte y el río son el principal atractivo de nuestros pueblos, cuyos principales ingresos provienen del turismo. La mejor oportunidad de progreso es defender nuestros bienes naturales y culturales, nuestro modo de vida, nuestra identidad como pueblos serranos. No hay progreso posible si esto se destruye, si se atenta además contra nuestra salud».
FUENTE: Redacción Enfant Terrible