Salud

TikTok, salud mental y privacidad: una combinación nociva para niños, niñas y adolescentes en la Argentina

Amnistía Internacional[1] presentó los resultados locales del estudio global «Domar el algoritmo»: desafíos para la salud mental y privacidad en el uso de TikTok Argentina de Amnistía Internacional. El informe, que estuvo a cargo de Victoria Irisarri (doctora en Antropología social) y Martín Becerra (investigador principal en Conicet y doctor en Ciencias de la Información), busca respuestas al interrogante qué pasa cuando los jóvenes quedan atrapados horas en su celular en una espiral que puede ser perjudicial para su bienestar. A continuación, el resumen ejecutivo del estudio.

Por Redacción Esfera Comunicacional • 03/12/2023 23:59 • Tiempo estimado de lectura: 12 minutos

ikTok se vende como una plataforma online de entretenimiento, creatividad y comunidad. Recetas, coreografías y bailes, labios sincronizados, desafíos, información creativa. En pocos años se ha convertido en una de las mayores redes sociales del mundo, con más de mil millones de usuarios, muchos de ellos niños de entre trece y diecisiete años. En la Argentina, TikTok tenía 16.200.000 de usuarios mayores de diociocho años a comienzos de 2023.

La masificación de Tiktok a partir de la pandemia covid-19 es coincidente con la multiplicación de la descarga de la aplicación registrada en todo el mundo, catapultando a la plataforma entre las principales preferencias de usuarios jóvenes, adolescentes y niños. La combinación entre el aislamiento social obligatorio a causa de la pandemia, junto a la suspensión de las rutinas cotidianas y la expansión del uso TikTok entre jóvenes, produjeron mudanzas rápidas en el modo de uso de las redes sociodigitales.

Pero detrás de la infinita cantidad de vídeos y contenidos creativos se esconde un modelo de negocio altamente extractivo, que absorbe información de cada usuario, incluso sin permiso, poniendo en riesgo la privacidad de las personas. Además, la red puede ser un espacio tóxico y adictivo para niños, niñas y jóvenes que puede influir en su autoimagen, su salud mental y su bienestar, y donde corren el peligro de caer en espirales de contenidos desencadenantes de depresión y autolesiones.

En este sentido, las características propias de TikTok, sumadas a la imposibilidad de acceder a datos de la plataforma, motivaron a Amnistía Internacional a realizar este estudio etnográfico sobre usos y apropiaciones de TikTok entre jóvenes y adolescentes de entre trece y veinticinco años durante el primer semestre de 2023, en cinco localidades de la Argentina. Ello, con el propósito de acompañar, registrar e interpretar las vivencias y usos de TikTok por personas jóvenes a lo largo de casi seis meses.

Los hallazgos de la investigación local, por su parte, se centran en dos ejes principales: privacidad y datos personales, por un lado, y salud mental por el otro. En ellos se incluyen análisis de los condicionamientos algorítmicos de TikTok, la domesticación de la plataforma, la conflictiva gestión del tiempo de uso y navegación, las rutinas de uso, búsqueda y edición de contenidos, los miedos y la violencia.

Este informe, asimismo, se alinea con otras dos investigaciones actuales: Empujados a la oscuridad: El feed «Para ti» de TikTok fomenta la autolesión y la ideación suicida (en inglés) y «Siento que no se me protege»: Emboscada en la red de vigilancia de TikTok (en español), que revelan los abusos que sufren los niños y jóvenes que usan la app y las formas en que estos abusos son causados por su algoritmo.

Privacidad

La programación algorítmica de sus contenidos audiovisuales, su curaduría y los sistemas de recomendación activados sobre ellos distinguen a TikTok de otras redes. El algoritmo de TikTok es percibido como una entidad con vida propia que predice, casi mágicamente, los gustos, preferencias y hasta los pensamientos de los usuarios: «el algoritmo se dio cuenta de lo que me gusta», explica Daniela de quince años, pero es frase corriente en la vida cotidiana contemporánea.

La política de privacidad de TikTok es poco respetuosa de los datos personales y de la información generada por usuarios y usuarias. Su modelo de negocio se basa en la recopilación masiva de datos personales sobre el comportamiento de cada uno y esta extracción masiva no puede desactivarse. TikTok reconoce el resto de las aplicaciones instaladas en un dispositivo móvil y accede a datos del sistema operativo Android e iOS; puede leer mensajes de correo electrónico y de aplicaciones. Extrae «información inferida» en base a variables como intereses, gustos y motivaciones, género y rango etario; información técnica sobre el dispositivo móvil, dirección IP, proxy, operador de telecomunicaciones, zona horaria, tipo de red, identificadores del dispositivo, nombres y tipos de aplicaciones y archivos, patrones o ritmos de pulsación de teclas, estado de la batería, configuración de audio y dispositivos de audio conectados.

TikTok utiliza estos datos para crear perfiles de los usuarios y extraer conclusiones sobre ellos, lo que le permite agrupar a los usuarios en grupos que se ponen a disposición de los anunciantes para que se dirijan a ellos con contenidos y anuncios altamente personalizados.

Una de las claves del éxito de TikTok, y una parte esencial de la experiencia de usuario, es su página «Para ti»», la experiencia de usuario por defecto, que es un feed alimentado por un sistema algorítmico de recomendación que ofrece contenidos personalizados que probablemente sean de interés para el usuario en cuestión.

Asimismo, jóvenes entrevistados cultivan comportamientos que, directa o indirectamente, son indicativos de la conciencia de que sus datos y la huella digital son rastreables e identificables por personas conocidas y desconocidas, además de nutrir un modelo de negocios de los servicios digitales que utilizan («Siento que el algoritmo me escucha: hablo de casamiento, o de zapatillas, y me aparecen videos de eso»), lo que activa distintas estrategias de «cuidado» ante familiares, amistades, contactos y gente desconocida. Además, estas estrategias también apuntan a domesticar el algoritmo según preferencias y gustos.

Como complemento, los términos y condiciones de TikTok prácticamente no son leídos en ningún caso; además, en todos los casos, se ignora su contenido. Por otro lado, sus reglas difieren según el lugar en el mundo en que te encuentres: por ejemplo, en la Unión Europea o en algunas partes de Asia el sistema presenta más barreras para el acceso a los datos de los usuarios.

Salud mental

El uso de TikTok reconfigura la relación con el tiempo. El carácter absorbente de esta red conduce a testimonios de «pérdida» del tiempo, de descontrol, e incluso de «abducción» por parte de la plataforma. Ello genera culpas en las personas usuarias porque perder la noción del paso del tiempo es una forma de pérdida de control personal, de alienación. La sensación de adicción aparece vinculada con el teléfono móvil en general y con TikTok en particular. Aylén con catorce años reflexiona que cuando usa TikTok suele entrar en un «bucle», una sucesión de vídeos continua que, comparado con otras redes sociales como Instagram, solo genera esta app. Malena en la ciudad de Rosario, veintidós años, también considera que TikTok es más adictiva que otras aplicaciones porque su formato en video es «más llamativo» que otros.

Aunque hay estrategias personales e incluso funciones de control del tiempo en la plataforma, en general éstas no son citadas como eficaces por las/os usuarias/os. La dificultad para dejar de ver videos en TikTok es una de las características comunes que todos los interlocutores manifiestan, sin discriminación de edad y localidad geográfica y, en muchos casos, con angustia.

Un efecto importante de las redes sociodigitales es la desjerarquización del conocimiento y la simetrización de los enunciadores. La circulación acelerada de contenidos producidos por personas que parecen cercanas o celebrities que dan consejos o venden productos en lenguaje coloquial desarticula el conocimiento especializado e institucionalmente validado. Los tutoriales también encuentran en TikTok un ámbito audiovisual afín a su difusión masiva.

Victoria Irisarri y Martín Becerra

El autodiagnóstico emerge como una práctica frecuente que abarca desde dietas, cuidados de la piel, aprendizaje de técnicas de maquillaje y también de trastornos o enfermedades mentales. Por un lado, el ideal de belleza es comentado como un contenido muy visto, pero a la vez es sindicado como problemático porque induce conductas alimenticias dañinas para la salud. Es importante destacar que este carácter problemático es reforzado por el diseño de la propia plataforma, con filtros que refuerzan los mismos estereotipos problemáticos. Daniela transformó sus hábitos alimenticios por el consumo de contenidos generados por nutricionistas o influencers.

Por el otro lado, el trabajo realizado muestra la tendencia a tramitar los problemas de salud de las franjas más jóvenes de la población en forma de autodiagnósticos y consumos de contenidos relacionados con la salud mental carentes de curaduría profesional o científica, lo que coincide con la documentación registrada por las autoridades de salud en países europeos y en EE. UU. Estéfano (dieciséis años, Rosario) entiende que el algoritmo de TikTok «reivindica» sentimientos depresivos o «traumas» en vez de ayudar a superarlos, al proveer más contenido del tipo que se ha buscado.

Uno de los hallazgos del trabajo de campo fue la distinción que hacen casi todos los usuarios de TikTok entre el llamado «lado malo», «lado feo» o «lado peligroso» como antítesis de lo que denominan «lado bueno». En ocasiones los contenidos del «lado malo» son aludidos como «tóxicos». A no caer en el «lado malo» dedican tiempo y esfuerzos. Saber salir del «lado malo» o encontrar las estrategias y tácticas que permitan hacerlo es visto como una obligación, más que una opción, si, como fue expresado por todos los interlocutores, se quiere mantener una relación buena o saludable en ese ámbito. Para hacerlo hay que domesticar al algoritmo, esto implica entrenarlo a través de los «me gusta» y también de la elección «no me interesa» o «seguir scrolleando porque si no le das bola, después de un tiempo no te aparecen más».

Otra cuestión problemática es la violencia que, si bien no es novedosa ni privativa de las redes sociodigitales, en los entornos virtuales muestra patrones específicos. Al igual que en otros ámbitos, en TikTok circulan discursos agresivos en videos posteados y comentarios violentos (haters) en videos contenidos no violentos. Hay contenido ilegal y hay contenido ilícito. En comparación con otras redes, al ser contenidos audiovisuales de breve duración, los de TikTok tienen alta pregnancia, según se desprende de los testimonios de sus usuarias/os.

Este estudio partió de la intención de comprender cuáles son los usos e interpretaciones que diversos jóvenes en la Argentina hacen sobre TikTok, cuya masividad y uso cotidiano no pueden subestimarse. Entender a TikTok como un compañero permanente, que está al alcance en cualquier momento y lugar, trasciende la definición de TikTok como una red sociodigital que permite estar en contacto de modo más cercano o distante con otros individuos. Su relevancia, refiere a las transformaciones sobre los modos de generar vínculos de amistad, familia, amorosos, y también sobre las maneras de auto pensarse, diagnosticarse y narrarse en el mundo contemporáneo.

Al incidir en la subjetividad y en la socialización de las personas, al ocupar varias horas del cotidiano de sus usuarios y al exhibir comportamientos y prácticas en función de la organización algorítmica definida por la compañía dueña de TikTok en condiciones de opacidad y falta de transparencia, los resultados del presente trabajo exigen formular observaciones dirigidas al Estado, a la empresa y a organizaciones de la sociedad civil.

En efecto, todas las empresas tienen la responsabilidad de respetar todos los derechos humanos en cualquier lugar del mundo donde operen y a lo largo de sus operaciones. Para cumplir con sus responsabilidades según lo establecido en los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos, TikTok debería llevar a cabo una debida diligencia adecuada en materia de derechos humanos para identificar, prevenir, mitigar y rendir cuentas de cómo está abordando los posibles y reales daños que pueda causar.

Como parte de esta debida diligencia en derechos humanos, la empresa debería haber identificado los riesgos inherentes a los niños y jóvenes en el diseño de su plataforma. La falta de TikTok en implementar políticas adecuadas para respetar los derechos de los niños y jóvenes deja claro que se necesitan leyes y regulaciones más sólidas en protección de datos y amplificación algorítmica de contenido en las redes sociales, así como la aplicación efectiva de dichas leyes y regulaciones, para proteger a los niños de la recopilación y explotación de sus datos personales con fines de lucro.

Los gobiernos de todo el mundo deben avanzar con urgencia hacia la protección de las personas contra los riesgos sistémicos relacionados con el modelo de negocios de las empresas de redes sociales, tomando medidas efectivas para prevenir, investigar, sancionar y proporcionar reparación por abusos a través de políticas, legislación, regulaciones y adjudicación efectivas de acuerdo con el derecho internacional de los derechos humanos y sus estándares.

También requiere una transformación completa del modelo de negocios en el que TikTok y otras empresas de redes sociales han construido sus operaciones. Internet no necesita depender de la vigilancia masiva. De hecho, los abusos generalizados a los derechos de privacidad y libertad de pensamiento y opinión no son inherentes a los servicios en línea. Más bien, surgen de decisiones de diseño deliberadas que tienen como objetivo permitir que TikTok aumente su base de usuarios y sus ganancias.

Sin embargo, las acciones individuales de una sola empresa son insuficientes para controlar un modelo de negocios que es fundamentalmente incompatible con los derechos humanos, en particular el derecho a la privacidad, el derecho a la libertad de pensamiento y el derecho a la salud. Por lo tanto, los Estados deben regular de manera efectiva a las empresas de big tech como TikTok de acuerdo con el derecho internacional de los derechos humanos y sus estándares para proteger y garantizar los derechos de los niños y jóvenes.

FUENTE: Esfera Comunicacional.