Córdoba, la Docta
Pesar en la UNC por la muerte del ex rector Staricco
Este lunes falleció Eduardo Staricco, a los 86 años. Su muerte causó gran pesar en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), a la que dedicó gran parte de su vida, como estudiante, docente, investigador y funcionario.
Nació en Buenos Aires el 22 de abril de 1935. Fue doctor en Química y estuvo casado con una colega, Esther Ramondelli, también doctora en Química. Tuvo dos hijos y cuatro nietos. Fue vicerrector de Luis Rébora y de Francisco Delich. Fue rector de la UNC entre 1995 y 1998, período en que el actual rector Hugo Juri lo acompañó como vicerrector. Fue decano de la Facultad de Ciencias Químicas, presidente y miembro de número de la Academia Nacional de Ciencias y ocupó la titularidad de la Secretaría de Ciencia y Tecnología en el gobierno de Eduardo Angeloz.
Staricco fue un gran defensor de la educación pública y gratuita. En uno de las entrevistas con la prensa, agradeció por haber vivido en “los años mágicos de la ciencia”. “Es que, para mí, el punto de inflexión que tuvo la ciencia fue en los años 1957 y 1958, con la creación del Conicet, impulsado por el doctor Bernardo Houssay. Fue un hecho político muy interesante, ya que, si bien fue creado en un gobierno de facto, luego fue ratificado por el gobierno democrático de (Arturo) Frondizi. No sólo se ratificó al organismo, sino a su presidente (Houssay). Fue un momento mágico, que nos agarró a los investigadores del pescuezo para que nos comprometiéramos con la ciencia”, señaló Staricco a La Voz del Interior en 2012.
Junto a su esposa, Staricco hizo su doctorado en la Universidad Nacional de La Plata y siguió formándose en Alemania y Berkeley. “De todos modos, debo decir que conceptualmente para mí no hay que encerrarse en el laboratorio: hay que hacer docencia e investigación. El investigador debe ser el más humilde de todos. Yo no puedo aceptar el ego de decir que soy el gran científico”, declaró en aquella entrevista.
Impulso a la ciencia
“Staricco formó parte de un grupo de científicos que le dieron mucho impulso a la ciencia. Además, desde joven siempre estuvo muy comprometido con la militancia estudiantil, desde su posición como reformista fue autoridad de la Federación Universitaria de Córdoba (FUC). Fue impulsor de una ciencia de calidad y con pertinencia social. Muy involucrado para que Ciencias Químicas tuviera una mira social”, señaló Francisco Tamarit.
El ex rector de la UNC recordó a Staricco con mucho afecto: “Yo soy físico gracias a él. Nuestros padres fueron compañeros del secundario en el Otto Krasuse, en Buenos Aires. Soy amigo de Claudio, su hijo mayor, con quien hicimos juntos el secundario. Cuando tenía dudas sobre qué estudiar, él me llevó a conocer el Imaf (hoy Famaf). Guardo el mejor de los recuerdos de Eduardo”, dijo.
Por su parte, Gustavo Chiabrando, decano de Ciencias Químicas, remarcó que Staricco fue un ferviente creyente de la actividad científica. “Fue un gran defensor de la ciencia en la UNC, y en un plano específico, fue el fundador de la disciplina fisicoquímica. Con el doctor Ranwell Caputto, de la rama de la química biológica, crea un departamento con la fisicoquímica. Comenzó entonces un gran desarrollo en esa disciplina, hoy se asociada con doble dependencia al Instituto de Investigaciones en Fisico-Química de Córdoba (infiqc) y al Conicet”, expresó.
El titular de Ciencias Químicas agregó: “Además de poner en primer plano la academia y la ciencia, Staricco fue persona muy democrática. Militó como estudiante y también como docente e investigador. Dedicó su vida a la UNC. Fue una persona que les daba a las cosas siempre una impronta científica. Se terminó de formar en Alemania y Berkeley”.
El rector Juri coincidió con Chiabrando y Tamarit en cuanto a su pasión por la ciencia y recordó cómo se conocieron: “Staricco me propuso para presidir el Conicor (Consejo de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Provincia de Córdoba) sin conocerme, sólo por mis antecedentes. En ese entonces era secretario de Ciencia y Tecnología de la Provincia. Fue un gran impulsor de la ciencia, sobre todo de la fisicoquímica. Su figura será recordada así, con una gran pasión científica. Con él compartimos la gestión del Rectorado entre 1995 y 1998. En la UNC lamentamos su fallecimiento”, expresó.