Política y Economía
Desdoblamiento cambiario y dolarización
«Cada medida económica en el sentido de la dolarización total o parcial implica emprender caminos sin retorno. Ese es el riesgo del actual curso de la política económica», dice Alberto Gurruchaga en esta nota.
Por Alberto Gurruchaga • 08/10/2022 00:23 • Tiempo estimado de lectura: 3 minutos
Las medidas de desdoblamiento cambiario sectorial y el impulso al pago de salarios en dólares en algunos sectores exportadores son liquidadores de la moneda y de las posibilidades de una inserción mundial con integración social.
En la desesperación y tratando de evitar el impacto de una devaluación general, van creando todas las condiciones para experimentos dolarizadores.
Así, el objetivo del incremento de las exportaciones deja de ser un instrumento para resolver la restricción externa avanzando hacia una economía más integrada y se erige como el vector de una economía dual, de enclaves vinculados al mercado mundial con posibilidades de reserva de valor en dólares y otra de subsistencia regida por pesos devaluados. Visto en perspectiva esto tiene como punto de inicio la derrota de la resolución 125, que bloquea las estrategias de devaluaciones compensadas, sigue con la derrota electoral del 2015 y el endeudamiento condicionante del macrismo y termina de configurarse a la salida de la pandemia con la implosión del gobierno del Frente de Todxs, en un contexto de crecimiento restringido por la balanza de pagos.
La política de múltiples tipos de cambio le quita toda referencia y anclaje al proceso de formación de precios, disparando a otro nivel el proceso inflacionario, multiplicando la fragmentación económica y social.
Que además en ese marco se habilite la posibilidad de que los sectores generadores de divisas puedan pagar sueldos en dólares, implica un cambio sustancial en la política económica, abriendo el camino a experimentos dolarizadores.La decisión de una devaluación clásica con unificación de tipos de cambio era mucho menos dañina que esta variante, de devaluaciones sectoriales, que escala la inflación, pero no genera condiciones para un proceso de recuperación con integración social.
En el colapso de la convertibilidad una economía muy distinta a la actual logro zafar de la dolarización gracias al nivel de endeudamiento en dólares que tenían los principales grupos económicos locales, que le ganaron la pulseada a los servicios privatizados que pugnaban por la dolarización. La solución fue Duhaldismo y pesificación asimétrica.Hoy, a diferencia de aquella situación, el nivel de costos dolarizados por el lado de los insumos, con cepo cambiario y el escaso peso del costo de la mano de obra en las principales actividades exportadoras hace que la dinámica natural sea hacia la dolarización.
El efecto será devastador para la industria y para las pymes empleadoras. Pero hoy la idea de dolarizar sectores funciona como una solución en la cabeza de quienes no prevén las consecuencias de cristalizar una sociedad no ya desigual, sino dual. La expresión inmediata de esta dinámica la veremos en los próximos días, donde unos recibirán dólares y otros recibirán IFE.
Cada medida económica en el sentido de la dolarización total o parcial implica emprender caminos sin retorno. Ese es el riesgo del actual curso de la política económica.
El desarrollo de todo el potencial exportador de la Argentina requiere de políticas orientadas a recuperar la función de reserva de valor de la moneda nacional. Requiere de un programa antinflacionario como condición indispensable para convertir ese potencial exportador en una estrategia de integración social y no en la cristalización de una sociedad dual.