COVID-19

Acoso laboral y síndrome de burnout: urgencias en el mundo del trabajo

La pandemia por Covid 19 ha dejado en el mundo consecuencias para la salud mental. El autor advierte que durante este periodo de transición hay que prestar mucha atención y empezar a atender”.  Asimismo,  señala el “crecimiento de casos de agotamiento laboral que deriva en síndrome de burnout” y el acoso laboral. Por Matías Dreizik*

Por Redacción PrensaRed • 13/12/2022 21:21 • Tiempo estimado de lectura: 4 minutos

El paso de la pandemia ha dejado expuesta la problemática de la salud mental a nivel mundial. El miedo a contraer la enfermedad, la angustia causada por la ruptura de la cotidianidad, la incertidumbre omnipresente, y la soledad han sido algunas de las sensaciones y emociones con las que lidiamos durante casi dos años.

Pero el período que atravesamos de pospandemia ya evidencia consecuencias sobre la salud a las que hay que prestar mucha atención y empezar a atender. La vuelta al trabajo presencial y cierta sensación de normalidad ha corrido el velo de las condiciones en las que muchos sectores vienen desarrollando la actividad laboral desde hace muchos años, y por otro lado ha agudizado ciertas condiciones de la organización del trabajo que pueden ser perjudiciales para la salud de las personas.

Respecto de esto último, hace unos meses se publicó el “informe mundial sobre salud mental” de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) donde se destaca la importancia del lugar del trabajo en el entorno a transformar para mejorar la calidad de vida y salud mental. En este documento se indican dos elementos fundamentales que caracterizan esta etapa y sobre los que hay que intervenir rápidamente.

Por un lado, las múltiples situaciones de acoso laboral que se han facilitado por el uso de redes sociales para la comunicación interna entre jefes y jerárquicos con trabajadores y trabajadoras. Esto podemos verlo en nuestro entorno local y en los casos que se han hecho públicos de acoso mediante hostigamiento y solicitud de tareas fuera de horario laboral y con característica de intromisión en la vida privada de las personas.

Por otro lado, el informe indica el crecimiento de casos de agotamiento laboral que deriva en síndrome de burnout o cabeza quemada. Este síndrome es producto de la alta exposición a factores de riesgo psicosociales en el ámbito del trabajo y se caracteriza por un desgaste que se presenta o se puede identificar como en tres etapas distintas.

La primera que se denomina de esfuerzo y donde las personas sienten sobre exigencia y una sensación permanente de agotamiento.  En una segunda etapa, definida como de cinismo, las personas empiezan a comprometerse menos con su tarea y con su actividad en términos emocionales y tienen dificultades para disfrutar de su trabajo, llegando a sentir indiferencia.

Y en la tercera etapa, denominada burnout, donde a pesar de querer esforzarse y realizar las tareas no pueden hacerlo. Esta etapa se caracteriza por la falta de energía y la imposibilidad de afrontar problemas y situaciones que antes hacían sin inconvenientes.

Los trabajadores y trabajadoras más expuestos/as a estos riesgos son del ámbito de la salud y de la educación por el intrínseco compromiso emocional que conlleva el desarrollo de su profesión. A su vez, dos sectores fuertemente golpeados y saturados de trabajo durante la pandemia.

Ante esta realidad, es necesario abordar seriamente y sin demoras estrategias de prevención y protección en el ámbito laboral. Los y las empleadores/as deben mejorar las condiciones de trabajo y en el entorno donde se desarrolla de manera responsable, buscando mitigar los factores de riesgo psicosocial y eliminar las situaciones de violencia y acoso.

El estado tiene que hacer valer las herramientas y controles necesarios para lograr estos objetivos.

Y las organizaciones de trabajadores/as llevar adelante acciones comprometidas en la búsqueda de identificación de riesgos y mejoramiento de las condiciones de trabajo. En esa línea, hay que tener en cuenta que la primer protección que se puede brindar es la escucha y el poder compartir entre compañeros/as de trabajo las vivencias que se tienen, porque es el primer paso para la comprensión y acompañamiento empático de los casos actuales y posibles casos futuros.

FUENTE: PrensaRed. Por Matías Dreizik.

*Doctor en Psicología. Presidente del Instituto de Salud Laboral y Medio Ambiente (ISLyMA),  Profesor de las Cátedras de Psicología Laboral y de Psicología Sanitaria de la UNC. Fuente: Villa María Educativa. https://villamariaeducativa.ar/