Elecciones
Lecciones en Argentina: el candidato favorito promete recortar la financiación de la ciencia
Si es elegido presidente, el economista Javier Milei ha prometido eliminar el gasto público en investigación y cerrar los ministerios de Medio Ambiente y Salud.
Por Redacción ACN • 19/10/2023 05:19 • Tiempo estimado de lectura: 6 minutos
Los científicos argentinos están en vilo ante la proximidad de las elecciones presidenciales del 22 de octubre. El actual candidato, Javier Milei, ha prometido cerrar la principal agencia científica del país, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), que financia a unos 12.000 investigadores en 300 instituciones de toda Argentina.
El candidato libertario -que ha sido comparado con líderes populistas sin pelos en la lengua como el expresidente estadounidense Donald Trump y el expresidente brasileño Jair Bolsonaro- ha dicho que cerrar el CONICET, con su presupuesto anual de 80.000 millones de pesos (unos 400 millones de dólares en el momento en que se fijó el presupuesto), podría ayudar a poner fin a la crisis fiscal de Argentina. También cree que la inversión en investigación científica debería provenir de fuentes privadas, en lugar de públicas.
En las elecciones primarias presidenciales de agosto, el partido de Milei obtuvo el 30% de los votos, mientras que el partido de Patricia Bullrich, candidata conservadora y ex ministra de Seguridad, obtuvo el 28%. El partido del actual ministro de Economía, Sergio Massa, más centrista, obtuvo el 27%. (El Presidente en ejercicio, Alberto Fernández, va a dimitir; ha perdido el apoyo de su partido tras los errores cometidos durante su gobierno).
La comunidad científica de Argentina, tercera economía de América Latina, está alarmada ante la posibilidad de que Milei ocupe la presidencia. La Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Buenos Aires emitió un comunicado en el que afirma que «no hay futuro sin inversión del Estado en ciencia» y señala que «en los países más desarrollados… la investigación científica recibe una fuerte inversión del Estado«.
«La ciencia no es un pasatiempo artístico para nuestra sociedad, sino una forma de acabar con la pobreza y desarrollar definitivamente el país«, afirma Jorge Aliaga, físico de la Universidad Nacional de Hurlingham, en Buenos Aires. «Debe ser una prioridad«.
El ascenso de un político
Milei es relativamente nuevo en la política argentina, ya que se convirtió en legislador de la Cámara Baja del Congreso del país en 2021. Anteriormente, fue asesor económico de empresas como Aeropuertos Argentina 2000, que gestiona los aeropuertos del país. También ha ganado notoriedad como invitado a programas de entrevistas en los que hablaba de economía y de sus servicios como entrenador de sexo tántrico. Su ascenso se vio precipitado por ocho años de turbulencias económicas en Argentina: el país debe miles de millones a acreedores como el Fondo Monetario Internacional; la inflación anual ha alcanzado más del 120%; y el 40% de la población vive en la pobreza.
Para atajar la crisis, Milei ha propuesto no sólo privatizar la ciencia, sino también cerrar los ministerios de Medio Ambiente y Salud, y abolir los actuales sistemas de salud y educación públicas. Este político antisistema ha llegado incluso a plantear la idea de permitir que la gente venda sus propios órganos con fines lucrativos. En materia de medio ambiente, es igual de provocador: califica el cambio climático de «patraña socialista» y afirma que una empresa debería poder contaminar un río como le parezca. «Desde su punto de vista, cualquier intervención reguladora del Estado representa un ataque contra la libertad de mercado y, por tanto, contra la libertad individual«, afirma Maristella Svampa, socióloga del Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierda de Buenos Aires, financiado por el CONICET.
Milei ha sabido aprovechar la angustia de los ciudadanos. Actualmente lidera los sondeos, aunque los expertos electorales no se fían necesariamente de las cifras, y sus competidores aún esperan imponerse. Bullrich también ha propuesto recortar el gasto público, pero se ha comprometido a mantener en funcionamiento el CONICET. Por el contrario, Massa ha prometido aumentar el presupuesto científico de Argentina, de acuerdo con una ley aprobada en 2021 que obliga al país a invertir al menos el 1% de su producto interior bruto (PIB) en ciencia y tecnología para 2032. En 2021, Argentina invirtió alrededor del 0,52% de su PIB en investigación y desarrollo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico de París. En cambio, países como Israel o Corea del Sur, considerados buenos inversores en ciencia, contribuyen unas diez veces más (véase «Un largo camino por recorrer»).
Fuga de cerebros
Si Milei llega a la presidencia, dicen las fuentes que hablaron con Nature, los investigadores abandonarán el país en busca de trabajo. Podrán ganarse la vida en otro lugar porque tienen talento, afirma Aliaga. Pero «perder científicos es un problema para el país«.
«Ningún gobierno puede permitirse destruir la ciencia«, afirma Carlos Frasch, biólogo molecular y celular ya jubilado de un instituto financiado por el CONICET que forma parte de la Universidad Nacional de San Martín. Frasch destaca la larga serie de logros científicos de Argentina, como los premios Nobel ganados por sus investigadores, una vacuna COVID-19 desarrollada localmente que se encuentra en la última fase de pruebas y un sólido sector de energía nuclear. El país podría tener un futuro brillante, dado el número de jóvenes brillantes que trabajan en él, pero «no deben perderse por la emigración«, afirma.
Debido a las crisis económicas que persiguen a Argentina desde hace tiempo, la fuga de cerebros es una amenaza habitual. La hiperinflación de finales de los 80 y la crisis bancaria de 2001 empujaron a miles de científicos a buscar trabajo en Europa y Estados Unidos. Aun así, Argentina sigue teniendo una de las mejores proporciones de investigadores por habitante de América Latina, afirma Aliaga. En 2014, por ejemplo, contaba con unos 1.200 investigadores por cada millón de habitantes. En cambio, Brasil tenía unos 890 por cada millón de habitantes. «En ese sentido, Argentina tiene mejores números que Brasil y México«, añade Aliaga.
Para ganar las elecciones de octubre, un candidato debe obtener más del 45% de los votos, o al menos el 40%, con una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre el segundo. Cualquier otro resultado enviará las elecciones a una segunda vuelta, que se celebrará el 19 de noviembre y enfrentará a los dos primeros candidatos de la primera vuelta.
Un largo camino por recorrer
En 2021, Argentina invirtió alrededor del 0,52% de su PIB en investigación y desarrollo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico de París. Países como Israel o Corea del Sur, considerados buenos inversores en ciencia, aportan unas 10 veces más.
Para conocer y comparar los distintos niveles de Gasto Interior Bruto en I+D en distintos países y períodos: https://data.oecd.org/rd/gross-domestic-spending-on-r-d.htm
Fuente: Nature. Nota de Martín De Ambrosio et al. en revista Nature. Traducción: Irene Adler.