Elecciones

Extremadamente preocupante»: Los investigadores argentinos se tambalean tras la elección de un presidente contrario a la ciencia

Como parte de su plan para hacer frente a la crisis económica del país, Javier Milei ha prometido recortar drásticamente la financiación de la investigación y cerrar agencias científicas clave.

Por Irene Adler • 20/11/2023 23:28 • Tiempo estimado de lectura: 6 minutos

Argentina podría estar entrando en una nueva era. Tras la segunda vuelta de las elecciones de ayer, el candidato libertario Javier Milei se convirtió en Presidente al obtener el 56% de los votos. Desde que el país se convirtió en una democracia en 1983, ha sido gobernado predominantemente por diversos tipos de dirigentes peronistas, políticos que en su mayoría se adscriben al movimiento populista iniciado por el ex presidente Juan Perón, que hace hincapié en la justicia social y los derechos de los trabajadores. Pero el candidato peronista, el actual ministro de Economía Sergio Massa, no se impuso en las últimas elecciones, afectadas por una crisis financiera.

El resultado supone una gran incertidumbre para la comunidad científica argentina. Milei y otros miembros de su partido, La Libertad Avanza, han prometido cerrar o posiblemente privatizar la principal agencia científica del país, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), así como eliminar los ministerios de Salud, Ciencia y Medio Ambiente.

El CONICET, que financia a unos 12.000 investigadores de 300 instituciones de toda Argentina con su presupuesto anual de unos 80.000 millones de pesos (400 millones de dólares), es una de las instituciones científicas más destacadas de América Latina. Antes de las elecciones, los directores de los 16 centros de investigación del CONICET afirmaron en una declaración conjunta que «no es anulando el Estado como se logrará un país mejor». Muchos científicos del país apoyaron a Massa o llamaron a no votar a Milei. También organizaron manifestaciones contra Milei.

«A partir de las promesas y declaraciones hechas durante la campaña presidencial, la situación parece ahora sumamente preocupante«, dice Sandra Díaz, investigadora ambiental del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV) de la Universidad Nacional de Córdoba, en Argentina, que recibe fondos del CONICET. «Es probable que la comunidad científica tenga que demostrar, una vez más, toda su resistencia y determinación«.

Fuera de Argentina, los investigadores también expresaron su oposición a las ideas de Milei antes de las elecciones. Por ejemplo, la Red Interamericana de Academias de Ciencias, que incluye a las academias de ciencias de las Américas, desde Canadá y Estados Unidos hasta Argentina y Chile, emitió un documento en el que afirmaba que «la ciencia no es un gasto sino una inversión«, y añadía que las investigaciones del CONICET «dan soluciones directas a los problemas del país«.

El triunfo de Milei «no es una buena noticia para la ciencia, la educación pública, las universidades, la cultura, el medio ambiente y los derechos humanos en Argentina«, opina Alberto Kornblihtt, biólogo molecular del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias de la Universidad de Buenos Aires, que recibe financiación del CONICET.

Un recién llegado a la política

Milei -anteriormente asesor económico de firmas como HSBC Holdings, banco universal y grupo financiero con sede en Londres- es un relativo recién llegado a la política argentina. No entró en política hasta 2021, cuando se convirtió en legislador en la Cámara Baja del Congreso del país. Milei es comparado a menudo con líderes conservadores como el expresidente estadounidense Donald Trump y el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, y se ha proclamado admirador de la exlíder británica Margaret Thatcher.

En respuesta a la elevada tasa de inflación del país (más del 140%) y a la enorme deuda con el Fondo Monetario Internacional (miles de millones de dólares), Milei ha prometido recortar el gasto público equivalente hasta el 15% del producto interior bruto de Argentina. Argentina es la tercera economía de América Latina. Milei también ha dado rodeos sobre si también abolirá los sistemas públicos de salud y educación del país.

En la primera vuelta de las elecciones, el 22 de octubre, Massa obtuvo el 37% de los votos, y Milei sólo el 30%. Pero Patricia Bullrich, otra candidata conservadora, ex ministra de Seguridad, que obtuvo el 24% de los votos, apoyó más tarde a Milei. Esto, sumado al profundo descontento por la crisis económica, abrió la puerta a la gran victoria de Milei.

Los científicos reconocen que el país atraviesa una profunda crisis económica, pero afirman que invertir en ciencia e investigación es una de las mejores soluciones posibles.

«Es importante que las autoridades electas tomen conciencia de que la ciencia y la tecnología deben ser una política de Estado«, dice Gabriel Rabinovich, bioquímico del Instituto de Medicina y Biología Experimental de Buenos Aires, que recibe fondos del CONICET. Argentina no sólo puede importar o adelantar tecnologías de los países del norte global, dice Rabinovich. «Tenemos el talento humano y el poder para desarrollar ciencia innovadora [nosotros mismos] que impacte en el conocimiento universal».

Un enorme revés

La opinión de Milei de que el cambio climático es un «engaño socialista» también ha despertado inquietud en la comunidad científica. «Su posición es la típica de un negacionista«, afirma Matilde Rusticucci, científica atmosférica de la Universidad de Buenos Aires y autora desde 2004 de las evaluaciones climáticas globales publicadas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Milei ha dicho que se debería permitir a las empresas contaminar los ríos «todo lo que quieran», mientras que otros miembros de La Libertad Avanza han apoyado la privatización de los mares, sugiriendo que las especies amenazadas pueden protegerse como el ganado, cercándolas.

Milei «niega el valor de la ciencia, niega el valor del medio ambiente, niega el cambio climático«, afirma Rusticucci. «Su gobierno supondrá un enorme retroceso para toda la comunidad científica, para todos los avances que se están haciendo, que han requerido mucho esfuerzo«.

«Es probable que los esfuerzos nacionales en materia de cambio climático se vean interrumpidos«, predice Pilar Bueno, que estudia las relaciones internacionales y las negociaciones climáticas en la Universidad de Rosario (Argentina), financiada por el CONICET. «Una política climática que también suponga una oportunidad de negocio aún podría ser considerada [por Milei]. Sin embargo, verla sólo como una oportunidad de negocio sin las salvaguardas adecuadas podría generar muchos efectos negativos«, afirma.

Queda por ver cuántas de las ideas de Milei se pondrán en práctica. Tomará posesión de su cargo el 10 de diciembre.

FUENTE: Por Martín De Ambrosio & Fermín Koop para Nature. Traducción: Irene Adler