Ambiente y sustentabilidad

Argentina ante la COP26: La humanidad no puede hacerlo

Por Alberto Gurruchaga (*) • 26/06/2021 07:00 • Tiempo estimado de lectura: 4 minutos

Hoy los científicos advierten: “La vida en la Tierra puede reponerse de un cambio climático mayor evolucionando hacia nuevas especies y creando nuevos ecosistemas, la humanidad no puede hacerlo”

Con el claro objetivo de alertar a la humanidad y a los responsables políticos, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas, filtró esta semana un borrador de resumen técnico de 137 páginas. “La humanidad no puede hacerlo”.

Esta “filtración” de información tiene el claro objetivo de alertar y ayudar a posicionar, frente a la gravedad de la situación, a los líderes políticos que se reunirán en noviembre en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26).

Al firmar el Acuerdo de París en 2015, el mundo se comprometió a limitar el calentamiento a +2 °C respecto a la era pre-industrial, de ser posible + 1,5 °C. No respetar ese umbral podría tener “consecuencias progresivamente graves durante siglos, y a veces irreversibles”.

Hoy los científicos nos están diciendo que esta reducción puede ser insuficiente, sin contar que aún no está garantizado que la humanidad pueda cumplirla.

De manera contundente afirman: “La vida en la Tierra puede reponerse de un cambio climático mayor evolucionando hacia nuevas especies y creando nuevos ecosistemas, la humanidad no puede hacerlo”. Este será el tenor de la cumbre COP26.

Este escenario mundial implica un desafío enorme para la Cancillería Argentina porque el país se encuentra entre los más expuestos ante la situación actual, tanto por los efectos del cambio climático, como por su matriz productiva. En Argentina el 92% de sus emisiones vienen de la producción agroalimentaria y la generación de energía. Con lo cual, cualquier decisión en materia de emisiones nos afectara de manera sustancial.

Argentina se compromete, de acuerdo a lo afirmado en la “Segunda Contribución Determinada a Nivel Nacional”, a una meta consistente en no exceder las 359 megatoneladas de dióxido de carbono equivalente al año 2030. Cumplir este compromiso será un desafío importante que demandará la construcción colectiva de una visión de largo plazo de país y fondos para hacer frente a la inversión necesaria. Una de las cuestiones a tener en cuenta, quizás la más importante a la hora de la toma de decisiones, es el impacto de las políticas acordadas sobre el empleo en la Argentina. Muchas de las medidas a adoptar serán intensivas en tecnología, con poca capacidad de expansión de la demanda de mano de obra. Argentina debe concurrir a la COP26 con iniciativas de transición energética y medidas de mitigación y adaptación al cambio climático que multipliquen el empleo local.

Argentina debe reclamar fondos en la COP26 para:

•          Desarrollar, construir y exportar centrales nucleares modulares (CAREM) como solución de potencia frente a la generación basada en hidrocarburos.

•          Construir una red nacional de generación de hidrógeno rosa y verde, utilizando excedentes de generación nuclear y eólica.

•          Vincular la generación de hidrógeno con nuestras existencias de gas natural. El “dopaje” de gas natural con hidrógeno puede ser la vía para utilizar nuestras reservas de hidrocarburos, al mismo tiempo que reducimos nuestras emisiones.

•          En materia de vectores, desarrollar la industrialización del litio y la construcción de celdas de hidrógeno.

•          En materia de conservación urge inyectarle recursos al Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos, previsto en la Ley 26.331 de Presupuestos mínimos de protección ambiental de los bosques nativos. Los pagos por servicios ambientales previstos deben constituir un freno real a la dinámica de desmonte.

•          Desarrollar un plan nacional de forestación intensivo en mano de obra, que multiplique la instalación de viveros y acciones de forestación, combatiendo al mismo tiempo las especies exóticas invasoras.

•          Expandir la red de agua y saneamiento con criterios de resiliencia a los impactos climáticos.

•          Desarrollar infraestructura resiliente en todos los ámbitos, priorizando el impacto en la obra pública.

Es fundamental que esta estrategia se lleve adelante desvinculando los compromisos de la deuda con las responsabilidades climáticas.

Para hacer frente al cambio climático, Argentina necesita un flujo de fondos que en esta etapa debe provenir de la capitalización del “Fondo Verde por el Clima” (FVC).

Reafirmando que en materia de cambio climático Argentina asume “responsabilidades comunes pero diferenciadas”. De acuerdo a lo establecido en la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC), las decisiones en materia de prioridades, transferencia tecnológica y de fondos, deberán tener en cuenta el reconocimiento histórico de la responsabilidad desigual por los daños del calentamiento global.

Finalmente, las políticas globales para actuar hoy sobre los precursores del cambio climático, implican necesariamente un riesgo de restricción a las decisiones soberanas. Aun cuando Argentina logre imponer una visión de responsabilidades comunes pero diferenciadas, la propia dinámica de relocalización de actividades productivas nos puede convertir en importadores de actividades contaminantes.

La estrategia geopolítica, ambiental y climática debe contemplar estos impactos posibles.

(*) Economista, Magister en Gestión Sostenible del Ambiente