Córdoba obrera
Biblioteca Digital de la CTAA: Resguardar la memoria de la clase trabajadora
Por Myriam Mohaded • 13/05/2021 00:01 • Tiempo estimado de lectura: 6 minutos
La biblioteca de la CTA-A tiene como meta el resguardo de la memoria de la clase trabajadora en la historia, que como Central posee desde 1991.
Por Myriam Mohaded
El último 27 de abril, conmemoró su 12 aniversario (II etapa) la biblioteca de la CTA-A, con los desafíos de documentar registros orales de historias de vida y anécdotas de la resistencia de les trabajadores en contextos de persecución del período 1974 a 1983 e invitando a las demás bibliotecas de la Central a fortalecer sus propios acervos.
La historia de la biblioteca trae consigo registros de lucha. Nació un 27 de abril de 2004, conmemorando al 1er. Paro Nacional gestado en tiempos dictatoriales (27/4/1979). En esta oportunidad, celebró su 12 aniversario de la segunda etapa emprendida desde su creación, con la presencia de referentes históricos de la central, bajo el lema «Resistencia de les trabajadores a la dictadura: Primer paro organizado a nivel nacional». El encuentro fue coorganizado con ATE Cultura, y moderado por Mirtha Mateos, su secretaria».
Dialogamos con Graciela Córsico, directora del equipo de la biblioteca, que viene trabajando, desde sus inicios, en el resguardo de documentos, folletos, afiches, que posee la Central. “La Biblioteca Digital de los trabajadores y trabajadoras de Argentina de CTAA es especializada, del movimiento obrero y, como tal, recaba ese archivo institucional, nuestro derrotero como organización política y social dentro de un contexto más amplio.
–¿ Qué puede aportar una biblioteca sindical a la memoria colectiva de les trabajadores?
El archivo institucional, la existencia como Central de Trabajadores de Argentina, es nuestro aporte al movimiento obrero argentino. Como fundamento tenemos aquel texto de Rodolfo Walsh que dice: “Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece, así, como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas”.
Por eso, el mayor objetivo es el del resguardo de la memoria de clase en la historia, en la memoria institucional que como Central de Trabajadores tenemos desde 1991 con “El Grito de Burzaco” y, en el año 1992, el Congreso de Trabajadores Argentinos, donde se funda la Central, por citar algunos.
– ¿Qué implica una biblioteca sindical?
Cabe aclarar que, en principio, una biblioteca sindical está relacionada a toda la vida de la institución gremial. Entonces, en una biblioteca de las organizaciones sindicales tenemos una parte vinculada al funcionamiento de las áreas sociales, de servicios, previsión, organización y formación. En esta última, es posible que puedan hacer un relevamiento de temas que tienen que ver con su historia como gremio y sus aportes y derroteros a lo largo de la historia social y política de Argentina.
También es importante aclarar cuál es la diferencia entre una Central de Trabajadores y una Confederación Sindical. En la primera, son consideradas y considerados trabajadores todas las personas en situación activa, pasiva, tengan o no trabajo –desocupados-, las y los hijos de la clase, del pueblo. En la segunda, son sindicatos. Es importante decir esto porque da idea de qué cuando se habla lo hacemos de una sumatoria de gremios.
En el caso de la Central, es una organización de tercer grado, organización de organizaciones, pero eso también podría ser una unión de sindicatos, aunque acá lo distintivo son los y las sujetas sociales. Esa es, justamente, la diferencia porque eso es lo que desde hace treinta años, desde esa reunión del Grito de Burzaco donde, como clase, necesitábamos una forma organizativa nueva que no podía contener la forma tradicional en la CGT.
–¿Cómo se prepararon para el nuevo aniversario?
La biblioteca nació en el 2004, en el marco de los cursos de historia del movimiento obrero. Esta era una propuesta que la Central tenía, pensando ser parte de un movimiento político, cultural, y social de liberación que pudiera cambiar la vida del país, donde se expresaba la importancia de que la clase trabadora lo haría al integrar a sectores de la producción, la cultura y el trabajo. Se pensaban otras lógicas de sociedad, que fueron acompañados por numerosas campañas realizadas desde el momento fundacional de nuestra organización.
En el 2004, se inaugura la biblioteca que, desde el inicio, fue una de las primeras bibliotecas digitales, y luego tuvo que ser trasladada por numerosos inconvenientes del espacio físico. El 27 de abril último cumplimos once años desde que la biblioteca fue reinaugurada. La misma sigue teniendo una parte física,se tuvo que rediseñar por completo y nos ubicamos e hicimos en las instalaciones que tenemos hace once años.
Ese día fue en conmemoración del primer paro que les trabajadores le hacen a la dictadura, el 27 de abril de 1979. La fecha también marcó uno de los ejes de la resistencia de la clase trabajadora, a la dictadura cívico militar con apoyo eclesiástico. Además, incorporamos los crímenes a mano de la triple A que combatió y diezmó a gran cantidad de dirigentes sociales, políticos y sindicales. Y, para hacer memoria, en nuestro acto, tuvimos a nuestros memoriosos, como Víctor de Gennaro y Carlos Cusler, con una enorme trayectoria adjunto de la Confederación Mundial de Trabajadores.
– ¿Qué desafíos tienen por delante?
Nuestra perspectiva es siempre considerar que la experiencia documental, física, es una suerte de modelo de lo que se puede hacer desde la clase trabajadora para resguardar la memoria. Desde allí sumamos a las distintas organizaciones que forman parte de la central y las CTA-A provinciales en la posibilidad de resguardar las producciones y las memorias de lucha de cada región.
La idea es que sea una red de bibliotecas de CTA-A puesto que tenemos herramientas para hacerlo y que funcione de manera colaborativa, donde cada lugar tenga manejo autónomo de su unidad documental, pero que pueda ser un espacio de intercambio, de servicio, como lo que poseemos con nuestros documentos propios en la biblio digital.
En este momento estamos abocados a un proyecto de memoria oral. Vamos a abrir un lugar para documentar espacios de vida de las y los trabajadores que fueron perseguidos desde 1974 a 1983. Y no sólo eso, sino que también creemos que puede ser un muy buen espacio para recuperar nuestras historias de lucha en el tiempo.
Fuente: Centro de Documentación Juan C. Garat, Secretaría de Cultura Cispren (centrodocumentacion.com.ar)
Imágenes: www.ctaa.org.ar