Derechos Humanos

Conferencia de prensa de la comunidad Ticas

Denunciaron hostigamiento y persecución sistemática contra la comunidad. Señalan a grandes inmobiliarias y constructoras, que provocan incendios del bosque nativo, ataques con patotas y amenazas de violencia física y sexual.

Por Redacción ACN • 01/09/2021 08:00 • Tiempo estimado de lectura: 4 minutos

El sábado 28 se realizó una conferencia de prensa en el territorio de la Comunidad Ticas, del pueblo comechingón de Quisquisacate (Bialet Massé), en la cual se señaló la falta de justicia y de atención a los reclamos de los vecinos y vecinas.

Durante el encuentro denunciaron el constante hostigamiento y la persecución contra la comunidad. Señalaron como autores materiales y directos a inmobiliarias y constructoras que están quemando bosque nativo. Además hostigan y amenazan a quienes viven y trabajan en territorio.

Señalaron que la justicia local no ha respondido a los reclamos del pueblo comechingón de la zona. En contrapartida la fiscalía regional imputó a cuatro personas de la comunidad por “turbación de la posesión”.

Sobre estas acusaciones no consiguieron mayor información por el «secreto de sumario», informó Aldo Gómez, nawan de la comunidad Ticas y representante del pueblo comechingón ante el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y miembro del Consejo Provincial Indígena.

“Estábamos trabajando y aparece un móvil policial. Nos cita, preguntamos por qué y nos dice que, cuando lleguemos a la policía, se nos iba a informar. Cuando llegamos, nos dicen que no nos pueden informar porque es secreto de sumario”, señaló Gómez en la conferencia.

Se los acusa de posesión, pero no saben a qué se refieren, ya que la comunidad trabaja y vive dentro del territorio ancestral «¿nuestra propia posesión?», preguntó Gómez.

Además agregó que «este territorio es parte de un territorio mucho más amplio, el Quisquisacate, la traducción es Pueblo de las Tunas, como le dicen ahora» y agregó que el pueblo comechingón está presente en gran parte de Córdoba a pesar que durante muchos años fue negado e invisibilizado.

Desde el Estado se realizó una reivindicación de los derechos de los pueblos originarios y, tras estudios antropológicos, se constató que «tras las formas campesinas, había una unidad cultural que era los comechingones, se demostró después con pruebas genéticas y reconocimientos que hoy son más de 70.000 en Córdoba”.

Por su parte, Melina Dassano integrante de la comunidad Ticas y de la Unión de Trabajadores Rurales (UTR), junto a una cooperativa de economía regional y campesina, declaró que “las imputaciones vienen a poner en duda y silenciar la identidad indígena y la propiedad comunitaria que sí existe, que es pacífica, que es ancestral, pública y continúa en las generaciones presentes y futuras, porque no nos han matado”.

Agregó que estas acusaciones vienen asociadas al avance desarrollista, ya que “están siendo modificadas las zonas rurales sin ningún tipo de planificación conjunta con los pueblos, arrasando el bosque y el patrimonio arqueológico, como amenaza la Autovía de Punilla”.

Por su parte, Carmen Espinosa también de la cooperativa de economía regional y parte de la comunidad Ticas, informó que tiene custodia policial desde hace un año: recibió amenazas y agresiones por parte del empresario Miguel Ángel Girles.

“Tienen más de 50 denuncias por intentos de apropiación de terrenos, robos de postes y alambrados. Fueron los que empezaron los incendios el año pasado. Y aún así, ponen en duda la dignidad de este territorio y de tantos campesinos que viven desde siempre”, señala Espinosa.

“Al principio, era del mismo Girles. Después, como hice una denuncia en el Polo de la Mujer y salió a mi favor, me hicieron firmar un acta diciendo que el tipo no se podía acercar a mí” indica Carmen, pero señala que los ataques continúan “contrata y realiza intercambio permanente de peones para que puedan venir a amenazarme. Estos señores cuentan con gente armada, peones, sicarios sería el nombre apropiado”.

Agregó que recibieron amenazas de violencia física y sexual: “nos amenazaron que nos iba violar en un callejón cuando nos encontraran solas. Nos dijeron: vas a tener que convencer mucho al juez porque la denuncia no es vinculante”.

Sin embargo, el caso de la Comunidad Ticas no es aislado. En la zona de Sierras Chicas la Comunidad Pluma Blanca también ha recibido amenazas y ataques, mientras que en Casa Bamba también denunciaron accionar patotero por parte de empresas.

Por este motivo, el 17 de septiembre las comunidades realizarán una caminata en Córdoba, para reclamar su derecho ancestral al trabajo campesino y la propiedad comunitaria.

Fuente: Comunidad Ticas y La Tinta.