Medios

El recorte en publicidad oficial como ataque a la libertad de expresión

No pierde Clarín, pierde la democracia. La quita total de la pauta impactará de lleno en el escenario comunicacional: crisis para los medios autogestivos y ajuste en los privados. Festejan YouTube, Meta y las plataformas.

Por Redacción El Grito del Sur • 13/12/2023 13:52 • Tiempo estimado de lectura: 3 minutos

El recorte en publicidad oficial es un ataque a la libertad de expresión. La medida comunicada por el vocero presidencial Manuel Adorni y refrendada por el flamante ministro de Economía, Luis Caputo, es una decisión política -el monto que representa para el erario público equivale a apenas 0,05%- que viene a trastocar de fondo el escenario de comunicaciones en nuestro país.

Según garantiza nuestra Constitución, los actos de gobierno deben ser de libre conocimiento. Conocer el día de cobro de la jubilación, acceder a información sobre beneficios fiscales, conocer las políticas de seguridad o salud, las decisiones de gobierno y las campañas de bien público. Si la función de la pauta es dar publicidad a los actos de gobierno, ¿a quién afecta el recorte? A toda la ciudadanía, pero a algunos más que a otros.

Comencemos rebatiendo mitos: el principal golpe no es para Clarín. Pese a que el principal grupo mediático de Argentina concentra uno de cada ocho pesos destinados a publicidad, la pauta estatal representa solo el 4% de sus ingresos. No obstante, encabeza en la gran mayoría de los rubros. En 2022 (último año con datos completos), Clarín recibió unos 3 mil millones de pesos entre sus medios gráficos, audiovisuales y repetidoras fantasma. El equivalente a 11.436 Potenciar Trabajo, 6.375 jubilaciones mínimas o 34.880 AUH.

Pero los negocios del Grupo Clarín no están en sus medios: son el 5G, la telefonía móvil, el servicio de Internet, etc. La pauta estatal, según consigna el investigador Agustín Espada, representa una parte magra de sus ingresos. Entonces, ¿quiénes pierden con esta medida? Los medios populares y autogestivos.

El sector de la comunicación popular tiene raíces profundas e historia acumulada de muchas décadas en el país. Genera miles de puestos de trabajo, garantiza los derechos de las audiencias y la libertad de expresión. Representa un baluarte importantísimo en la defensa de la pluralidad de voces. Sin embargo y pese a algunos avances en la última gestión, se lleva apenas un 4% del total de la publicidad oficial. Montos pequeños y casi irrisorios si se los compara con los grandes grupos, pero que son cruciales para sostener trabajo y democracia.

Los negocios del Grupo Clarín no están en sus medios: son el 5G, la telefonía móvil, el servicio de Internet, etc.

El Grito del Sur, por ejemplo, recibió entre enero y octubre de este año $1.800.000 en concepto de pauta, a razón de 180 mil por mes. Dividido entre 10 trabajadores y trabajadoras que componen la cooperativa, equivale a 18 mil pesos por cabeza. Menos, mucho menos, que los ATP que Alberto Fernández le pagó en pandemia al Grupo Clarín. Es poco, pero resulta fundamental para la subsistencia del sector.

FUENTE: El Grito del Sur. Nota completa aquí.