Córdoba independiente
Instalaron en Unquillo un Menhir inspirado en la investigación de Guido Buffo
Por Lucía Gregorczuk • 30/12/2020 14:00 • Tiempo estimado de lectura: 4 minutos
Se orientó hacia el norte, ya que Buffo sostenía que los monolitos miraban originalmente “al Dios Inti”.
Luego de casi dos años de trabajo, se instaló la réplica del Menhir de la Figura Coronada de Tafí, obra que analizó Guido Buffo.
Actualmente quedó emplazado en el terreno de Villa Leonor, zona ubicada en la Reserva Los Quebrachitos en Unquillo, al lado de la Casa Museo Guido Buffo.
En la instalación estuvieron presentes autoridades de la Municipalidad de Unquillo, el Intendente Jorge Fabrissin y la directora de Cultura y Turismo Anabella Astrada; representantes de la Fundación Guido Buffo, presidente, Gustavo Díaz y su tesorera, Karina Rodríguez; los escultores José Said Nisi y Noelia Martinez Degregorio, la directora de la Reserva Hídrica Recreativa Natural Municipal, Noel San Martín y personal de la Casa Museo y de la Reserva.
Sobre el Menhir
Según la raíz celta, el Menhir es la “piedra larga”, pero en Latinoamérica suena más acertado en quechua “huanca” o “wanka”: guardianes, protectores.
En algún momento de su carrera, el artista, estudioso y genio Guido Buffo (1885-1931), creador de la Capilla ubicada en Villa Leonor, Unquillo, investigó a las culturas ancestrales de Argentina y Latinoamérica.
En su libro El Menhir de la Figura Coronada de “El Mollar” (1940), pone en la dedicatoria “al antiguo artista aborigen – de cuya habilidad, fe y saber, es testigo mudo su propia obra esculpida en el monolito de Tafí – humildemente dedico estos estudios como exponente de sincera admiración y de íntimo respeto”.
Desde ese momento quedó pendiente el sueño del gran pensador (italiano de nacimiento, cordobés por adopción) de recrear y seguir estudiando las huancas.
Y esta idea escultórica prendió en Noelia Elina Martinez Degregorio y José María Said Nisi, dos alumnos de la UNC que en su tesis se propusieron tallar el Menhir de la Figura Coronada de Tafí.
El proyecto fue acompañado por la Fundación Guido Buffo, cuyos representantes admiten que “era un proyecto que sólo veían en sueños”, ya que durante 2018 y 2020 estuvieron abocados a diversas obras de la puesta en valor del terreno de Villa Leonor.
Los meses pasaron entre la restauración del Teatrino Griego de Villa Leonor, junto al equipo con la Municipalidad de Unquillo; el emplazamiento de la cartelería – señalética y el alambrado perimetral para impedir el ingreso de animales que dañaban los escalones de acceso a la Capilla.
Más recientemente trabajaron en el techo de la Casa Museo y la Turris Eleonórica, donde se podrá disfrutar de obras de Leonor Allende, Guido Buffo y Eleonora Buffo.
Cuando el proyecto del Menhir comenzó a verse lejos, empezaron a aparecer manos solidarias: alguien donó una piedra de 2 metros de alto para que los escultores trabajaran, el transporte apareció casi milagrosamente y la producción fue paso a paso y sin detenerse.
“Una serie de eventos fueron llevando a los largo de este año y medio a unir esos lazos con muchas personas que han participado y participan de este mega proyecto”, dicen desde la Fundación.
El emplazamiento del Menhir fue posible y agrega un gran valor histórico a la Casa Museo y al patrimonio de museos municipales de la ciudad de Unquillo.
En diálogo con ACN, Karina Rodríguez, tesorera de la Fundación, indicó que “el Menhir significa el reconocimiento del Legado de Guido Buffo en homenaje a 60 años de su aniversario 1960-2020. Un encuentro en Villa Leonor entre el pasado y el presente, del arte europeo del renacimiento en interior de la Capilla con los Frescos a los pueblos originarios en conexión de la Tierra al Cielo. En un año donde estuvimos unidos por los Lazos del Corazón para materializar este Sueño, logramos cumplir la Misión. Solo me queda por expresar ¡Infinitas gracias!”
Datos técnicos
Según los datos que provee la Municipalidad de Unquillo, la reconstrucción se realizó mediante la técnica de talla directa en Piedra Tonalita, a la que se aplicó una pátina para resaltar los volúmenes del bajorrelieve.
Mide 2,70 mts de alto, 45 cm de ancho y tiene 50 cm de profundidad. Pesa más de dos toneladas.
Su emplazamiento se orientó hacia el norte, ya que Buffo sostenía que los monolitos miraban originalmente “al Dios Inti”, en concordancia con el simbolismo religioso de estas culturas.