Cultura

Investigadoras del CONICET participaron de la Encuesta Nacional de Consumos Culturales

Marina Moguillansky y Brenda Focás trabajaron en el diseño, monitoreo y análisis de la encuesta que testea el escenario mediático cultural argentino.

Por CONICET • 17/07/2023 10:15 • Tiempo estimado de lectura: 3 minutos

Se realizó, por tercera vez, la Encuesta Nacional de Consumos Culturales (ENCC), a través del Sistema de Información Cultural de la Argentina (SInCA) del Ministerio de Cultura de la Nación. En esta edición, participaron Marina Moguillansky y Brenda Focás, investigadoras del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales, (IDAES, UNSAM) donde dirigen el Núcleo de Estudios en Cultura y Comunicación. Las científicas aportaron desde su recorrido académico y experiencias a la obtención de información confiable sobre el presente entorno cultural.

“Es una política de estado muy importante porque da un marco estadístico sobre las prácticas y consumos culturales a nivel nacional”, subraya Moguillansky sobre la relevancia de la encuesta. La ENCC, como único relevamiento oficial de los hábitos, consumos y preferencias culturales de los argentinos, busca reunir datos sobre estos tópicos de consumo cultural, promueve la investigación académica y el desarrollo del sector privado, detecta brechas de acceso y genera información para el diseño de políticas públicas y tomas de decisión. “Proporciona series históricas sobre la cual es posible conocer tendencias y cambios”, puntualiza la científica.

Con la colaboración de especialistas de la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales (IDAES), Moguillansky y Focás realizaron un trabajo de revisión teórico-metodológica sobre el cuestionario. El mismo contó con ciento setenta y nueve preguntas, dirigidas hacia mayores de 13 años, residentes de hogares de aglomerados urbanos de todo el país, en un período de trabajo que se extendió entre noviembre del 2022 a enero del 2023.

Inicialmente, el equipo llevó a cabo una ronda de consultas con diversos expertos que supervisaron secciones temáticas afines y realizaron grupos focales con adolescentes para explorar posibles nuevas prácticas. Más adelante, las investigadoras colaboraron con las pruebas piloto del cuestionario y aportaron al proceso de actualización de preguntas y categorías de respuesta. Por último, en conjunto con el SINCA, participaron del procesamiento, análisis y difusión de los resultados.

Así, la tercera edición de la ENCC arrojó información sobre diversos sectores de las industrias culturales, las transformaciones de sus modalidades de producción y monetización desde el punto de vista de la demanda, las prácticas digitales, los consumos masivos, el uso de plataformas, el acceso y participación en el ámbito del patrimonio material e inmaterial y las prácticas vinculadas a la formación artística y cultura comunitaria.

Como explica Focás, los datos más destacables están vinculados al entorno digital: “Si se compara con otras ediciones de la encuesta el crecimiento es exponencial: en 2013, el 57 por ciento de la población usaba redes, mientras que en 2017 lo hacía el 70 por ciento y en 2022 el 95 por ciento”. “A su vez las redes sociales son intermediarias o vehiculizan muchas otras prácticas culturales, como lectura de noticias, recomendaciones de cine, teatro, libros, publicidad de eventos, recortes de tele y de radio”, agrega.

Además, la encuesta permite observar un alza en las salidas presenciales y en los usos de las plataformas, tanto para consumo de información, como para el entretenimiento. “Los medios tradicionales continúan ostentando un rol importante, que se combina con los usos de medios digitales en un nuevo ecosistema mediático”, apunta Focás. En tanto, Moguillansky destaca la centralidad de los datos sobre contenidos nacionales y/o extranjerización de ciertos consumos, como cine, libros y música: “Permiten pensar políticas públicas”.

Para las investigadoras, participar de la ENCC fue una experiencia gratificante y fructífera en términos de aprendizaje. “Es interesante trabajar desde el inicio en una encuesta a nivel nacional, donde es posible nutrirse de todo el proceso que lleva un trabajo de tal magnitud”, opina Focás. Por su parte, Moguillansky reflexiona: “Nos permitió conocer más de cerca la lógica de trabajo desde el Estado con la construcción de estadísticas”.

FUENTE: CONICET