Derechos Humanos
Las mujeres y las normas de tutela masculina en Qatar
La tutela masculina que rige en Qatar es un sistema discriminatorio que niega a las mujeres el derecho de tomar decisiones clave sobre sus vidas.
Por Irene Adler • 22/11/2022 08:31 • Tiempo estimado de lectura: 6 minutos
Dios, Patria, Emir (الله الوطن الأمير) es el lema del joven Estado de Qatar donde se desarrolla la Copa Mundial de la Fifa 2022, una nueva edición del espectáculo deportivo con violaciones sistemáticas a los derechos humanos para locales y visitantes.
Qatar es gobernada por la familia Al Thani desde mediados del siglo XIX pese a que logró su independencia como protectorado de la Corona Británica recién en 1971. Con importantes reservas de hidrocarburos – petróleo y gas natural- es el país con la renta per cápita más alta del planeta. El último golpe de Estado en la monarquía absoluta fue en 1995 donde el hijo Al Thani depuso pacíficamente a su padre, iniciando una serie de reformas estructurales con fuerte impacto en el crecimiento económico financiero del país que alcanzó relevancia y protagonismo en el plano internacional. Desde finales de los 90, Al-Jazeera, la corporación mediática estatal qatarí, también es la responsable de lo que en occidente sabemos sobre lo que ocurre en el mundo árabe.
La ley
La ley en Qatar es la senda del Islam, o sharia شريعة إسلامية, un sistema legal que se articula con las creencias religiosas del mundo árabe marcando “el camino correcto”. Se trata de un código detallado de conducta que abarca todos los aspectos de la vida pública y privada bajo 5 matices o categorías: obligatoriedad, recomendación, permitidos, desaconsejados y prohibiciones.
La sharia encuentra sus fuentes primero en el Corán (القرآن), considerado la revelación divina de hechos y dichos del alcángel Gabriel quien se presenta ante el profeta Mahoma pero también en el hadiz o narración, el ijma o consenso y el ijtihad o esfuerzo, todos aportes culturales del mundo islámico pese a que la población de Qatar es solo un 65% musulmana, 16% hinduista y 14 % cristiana.
Derechos Humanos
En cuanto a la situación de Derechos Humanos en Qatar, el informe de Human Rights Watch, presentado en 2021 a la comunidad internacional y titulado “Todo lo que tengo que hacer está ligado a un hombre: Las mujeres y las normas de tutela masculina en Qatar”, revela mediante un complejo análisis del marco legal y las prácticas de tutelaje que casi la mitad de la población se encuentra sometida por su condición de género.
Si bien el informe reconoce que las mujeres en Qatar han logrado importantes avances sobre todo en materia de derecho a la educación en los últimos años, el régimen de tutela masculina limita la capacidad de llevar adelante vidas plenas, productivas e independientes en virtud de su condición de género. Para la investigadora senior sobre derechos de las mujeres, Rothna Begum: “La tutela masculina refuerza el poder y el control que tienen los varones sobre las vidas y elecciones de las mujeres y puede alentar o propiciar situaciones de violencia, lo cual deja a la población femenina con menos opciones viables para escapar de abusos en la familia y por parte de los esposos.”
El informe de 94 páginas presentado por Human Rights Watch no omite señalar que el Estado de Qatar ha ratificado las convenciones de Derechos Humanos como los dos pactos de New York (1966)* en 2018 y anteriormente, en 2009, la Convención Internacional para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, lo que evidentemente entra en coalición con la práctica de tutelaje.
En la vida cotidiana, las mujeres qataríes no son ciudadanas plenas ni en la ley ni en la práctica. El sistema de tutelaje implica que por el solo hecho de ser mujeres están ligadas a un varón, generalmente el padre o hermano pero también tíos o abuelos antes de que esa responsabilidad sea cedida al esposo desde el momento del matrimonio. Esto significa que las decisiones vitales como casarse, estudiar en otro país, trabajar en ciertas áreas del gobierno o acudir al servicio de salud están supeditadas a la opinión del varón que ejerza la tutela de ellas. Una vez casadas, las mujeres pueden ser consideradas como “desobedientes” si abandonan el hogar o se niegan a mantener relaciones sexuales con el esposo sin que medie lo que consideran una “razón legítima” pero los varones pueden estar casados hasta con 4 mujeres al mismo tiempo sin tener que pedir autorización a nadie. Como corolario, aquellas mujeres que consiguen el divorcio después de innumerables trabas, se encuentran impedidas de ejercer la tutela de sus hijos aun si el tribunal les ha ordenado vivir con ellos en un sistema de “custodia” o el padre hubiera fallecido. Cuando los hijos se quedan sin padre y no se puede asignar a ningún familiar varón para ejercer la tutela, es el propio Estado de Qatar quien asume la responsabilidad.
El informe de Human Rights Watch basado en el análisis de leyes qataríes también se nutrió de numerosas entrevistas y comunicaciones oficiales con el gobierno. En estos relatos, varias mujeres revelaron que se les había negado el derecho a estudiar tanto en el extranjero mediante un sistema de becas como en las universidades mixtas de Qatar donde necesitan el permiso del tutor para ir al Campus en taxi o vivir en residencias estudiantiles porque sus tutores varones les habían prohibido ejercer este derecho.
No existe ninguna ley que impida a las mujeres qataríes trabajar pero tampoco existe ninguna ley que prohíba la discriminación por género en materia laboral. De manera análoga, hay una falta de transparencia en la legislación sobre derecho de tránsito internacional: las mujeres qataríes necesitan el permiso de su tutor para viajar solas a cualquier edad pero en 2020 se reportaron casos de mujeres que fueron detenidas por funcionarios aeroporturarios alegando que estaban “escapando” incluso cuando ellas podían demostrar que contaban con la autorización de su tutor para realizar el viaje. Sin embargo, quizás lo más acuciante sea el derecho a la salud ya que las mujeres solo pueden ser atendidas con el permiso expreso de su marido aunque se trate de controles relativos al embarazo.
Pero este tipo de restricciones en completa violación de los Derechos Humanos no se limita exclusivamente a las mujeres qataríes. Las extranjeras también dependen de sus tutores como patrocinadores de visa en virtud de la tutela masculina donde necesitan permiso para obtener una licencia de conducir, acceder a un empleo o aceptar una beca de estudios superiores.
Resulta al menos llamativo que las normas de la tutela masculina se contradigan con algunas de las nuevas leyes qataríes e incluso con la propia Constitución que establece el fin de la tutela a los 18 años, además de la flagrante violación de los pactos y convenciones de Derechos Humanos ratificados ante Naciones Unidas. Es esta la razón principal por la que Qatar se ve impedida de concretar su Visión Nacional 2030 aunque no suficiente para que la FIFA le haya concedido ser sede de un mundial.
*Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.