Derechos Humanos

Más mujeres para el desarrollo argentino: Mesa de Políticas Económicas con Perspectiva de Género

En Argentina, las mujeres tienen ingresos 24,5% inferiores a los varones y dedican 3 veces más tiempo que ellos al Trabajo Doméstico y de Cuidados No Remunerado (TDCNR). Así, las mujeres están sobrerrepresentadas en el decil de ingresos más bajos y subrepresentadas en el de ingresos más altos. Para hacer frente a esa problemática, el Ministerio de Economía trabaja en el diseño de medidas que reduzcan las brechas de desigualdad. 

El PDF del informe puede encontrarse aquí: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/2023/02/mas-mujeres-para-el-desarrollo-argentino.pdf 

Por Redacción ACN • 07/03/2023 09:09 • Tiempo estimado de lectura: 9 minutos

En la Argentina, las mujeres enfrentan mayores niveles de desempleo y de precarización laboral que los varones. Al 3er trimestre de 2022, la brecha de ingresos fue de 24,5% y aumenta cuando se trata de trabajos informales. Estas diferencias se ven reforzadas por una distribución asimétrica del Trabajo Doméstico y de Cuidados No Remunerado (TDCNR): las mujeres le dedican 3 veces más tiempo que los varones. A su vez, 9 de cada 10 mujeres realiza estas tareas y esta jornada de trabajo no pago se extiende, en promedio, 6:31 horas diarias. Esta segunda jornada, que se realiza en los hogares, es un factor relevante a la hora de explicar por qué las mujeres tienen mayores niveles de precarización laboral y desempleo (DNEIyG, 2022ii).

El resultado de las desigualdades en el mercado de trabajo y las brechas del trabajo doméstico y de cuidado es la feminización de la pobreza: las mujeres están sobrerrepresentadas en el decil de ingresos más bajos y subrepresentadas en el de ingresos más altos. En suma, las mujeres y los varones no cuentan con las mismas oportunidades en el terreno del trabajo y la producción. Esta desigualdad se incrementa aún más al considerar la situación de las personas travestis y trans, sobre las cuales la información oficial disponible es aún escasa.

Los resultados del Censo Nacional 2022 otorgarán, por primera vez, información exacta y representativa sobre esta población. De acuerdo a los únicos datos oficiales disponibles, correspondientes a la Primera Encuesta sobre Población Trans: Travestis, Transexuales, Transgéneros y Hombres Trans (INADI e INDEC, 2012), el 20% encuestadas declaró no realizar ninguna actividad por la que obtuviera dinero y el 80% restante expresó dedicarse a actividades vinculadas a la prostitución y trabajos informales de precaria estabilidad.

El dato de cobertura de salud refuerza un panorama de fragilidad: el 80% no tenía obra social, prepaga o plan estatal. Todas las políticas públicas, por acción o por omisión, tienen efectos de género. Por este motivo, desde el comienzo de la gestión, el Gobierno Nacional asumió el compromiso de trabajar en transversalizar el enfoque de género en todas las políticas públicas.

En el ámbito del Ministerio de Economía, la Dirección Nacional de Economía Igualdad y Género (DNEIyG) se creó para incorporar este enfoque a la programación y a las políticas económicas. Desde su conformación, la DNEIyG trabaja en articulación con otras áreas del Ministerio y organismos del Estado, para elaborar indicadores y diagnósticos sobre las desigualdades de género en la Argentina, y participa en el diseño de propuestas y políticas económicas que busquen achicar estas brechas.

Así, desde su creación en diciembre de 2019 hasta agosto de 2022, cuando el Ministerio de Economía creció en sus funciones y capacidades, se alcanzaron avances significativos en materia de inclusión de un enfoque de género y diversidad en sus distintas políticas. En 2020, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), una de las políticas de contención de los efectos de la pandemia, incluyó a las titulares de la Asignación Universal por Hijo (prestación que en un 95% de los casos está adjudicada a mujeres trabajadoras informales) y a las Trabajadoras de Casas Particulares y estableció que, en caso que se presentaran dos miembros del mismo grupo familiar, se priorizaría a las mujeres.

La incorporación de la perspectiva de género y diversidad en esta medida contribuyó, al mismo tiempo que a contener la indigencia y la pobreza, a reducir la inercia de la desigualdad: 55,7% de quienes percibieron el IFE fueron mujeres. La medida alcanzó a 8,9 millones de personas, de las cuales 4,5 millones no poseían cuenta bancaria al momento de comenzar a percibir la prestación, por lo que también favoreció la inclusión financiera.

En 2021, en el marco de una recuperación asimétrica en la que los varones regresaban al mercado de trabajo más rápido que las mujeres, se creó el Programa Registradas, una política de incentivo a la formalización y permanencia en el empleo de las trabajadoras de casas particulares. Esta medida fue producto de la articulación entre el Ministerio de Economía, el Ministerio de Trabajo y el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. El trabajo en casas particulares es, en la actualidad, la rama de actividad que más mujeres emplea después del comercio y la enseñanza.

Antes de la pandemia era la principal actividad económica de las mujeres, empleando a 1,2 millones. Luego de una pérdida de más de 400 mil puestos de trabajo en 2020 por efecto de la pandemia, el sector mostró una recuperación marcadamente más lenta que los demás, lo cual dio origen a la formulación de este programa. A casi un año y medio de su implementación, se generaron más de 220.000 altas en el sector. Se trata, además, de un programa que incrementa el nivel de bancarización de las trabajadoras mediante la apertura de una cuenta gratuita en el Banco Nación, que permite el acceso a servicios y beneficios bancarios.

Desde 2021, el Presupuesto Nacional se diseña y monitorea con perspectiva de género y diversidad (PPGyD), destinando aproximadamente el 15% del gasto a políticas que contribuyen a cerrar brechas de género. El enfoque de género también fue central en el acuerdo con el FMI y, por lo tanto, también para las revisiones trimestrales.

El acuerdo propone alcanzar el crecimiento con igualdad, sobre la base de compromisos específicos tales como fortalecer los sistemas de apoyo al cuidado, incluyendo la expansión de programas clave de protección social para las mujeres; aumentar el acceso a facilidades de cuidado infantil, vivienda e infraestructura social para madres; promover la inclusión laboral a través de programas como Registradas; promover la inserción de mujeres en sectores estratégicos; asegurar los recursos fiscales adecuados para reducir las brechas de género a través del fortalecimiento del PPGyD.

La política tributaria también comenzó a incorporar, cada vez con más fuerza, una mirada que contempla las desigualdades por motivos de género, con el objetivo de diagramar un sistema de impuestos que apunte a compensar esas desigualdades. En este sentido, se logró la modificación de la Ley de Impuesto a las Ganancias y del Impuesto a las ganancias de empresas, y se creó el Régimen de promoción de empleo en Norte Grande.

Por su parte, la política de Reintegros a sectores vulnerados, constituye una vía para reforzar ingresos en sectores focalizados, incentivando la inclusión financiera y la formalización de los consumos. El Ministerio de Economía promovió su prórroga, vigente hasta junio de 2023, y el incremento del monto máximo, que asciende a $2.028. También promueve el lanzamiento de campañas masivas que comuniquen la existencia de este mecanismo, que cuenta con un universo potencial de más de 6 millones de personas. La Mesa Federal de Políticas Económicas con Perspectiva de Género, una iniciativa creada en 2020 por la DNEIyG y la Jefatura de Gabinete del Ministerio de Economía, apunta a generar herramientas de política pública para acelerar la igualdad y abordar la economía en clave federal.

Reúne a 50 ministras y secretarias de 22 provincias del país, con el objetivo de delinear de manera conjunta políticas, diagnósticos y herramientas de política económica con perspectiva de género. Entre un gran número de políticas económicas, productivas y laborales, la Mesa permitió impulsar las iniciativas de Gestión Menstrual. Para ello, la DNEIyG elaboró, junto a UNICEF, un manual de políticas de gestión menstrual que constituye un potente motor para movilizar a los activismos feministas en distintos municipios y provincias del país. Finalmente, las políticas con perspectiva de género son buenas para la macroeconomía.

La pandemia tuvo un impacto desigual, afectando más a las mujeres, jóvenes y diversidades. Argentina inició un proceso de recuperación económica y crecimiento: en el 4to trimestre de 2021, ellas alcanzaron índices récord de actividad (50,3%) y empleo (45,9%). Esta tendencia se sostiene este año, con un nuevo récord: 51,7% de actividad y 47,7% de empleo. Este proceso fue resultado de políticas de contención de la pandemia y de recuperación, abordadas con perspectiva de género. 

La transversalización de la perspectiva de género es una herramienta fundamental para cerrar las brechas de desigualdad. Al mismo tiempo, acelerar la igualdad es una condición para que el crecimiento sea con inclusión y para que el desarrollo sea sostenible. Para lograrlo, la DNEIyG trabaja en la elaboración y el seguimiento del Presupuesto Nacional, que desde 2021, y por primera vez en la historia del país, tiene perspectiva de género. Se trata de un instrumento clave de transformación política, ya que contribuye a acelerar la igualdad de género en la Argentina. El presente documento recoge las acciones salientes desarrolladas desde el conjunto de Secretarías del Ministerio de Economía de la Nación, orientadas a reducir las brechas de desigualdad por motivos de género. Confiamos en que sirva como insumo para la planificación y el desarrollo de más acciones en este sentido, a fin de lograr la transversalización del enfoque de género en el Ministerio de Economía.