Derechos Humanos
Mujeres de la Lof Winkul Mapu: «Entraban a los tiros, entraban a matar»
Las mujeres mapuches detenidas tras el operativo del Comando Unificado de las fuerzas federales en Bariloche dialogaron con Agencia Presentes y cuentan como vivieron la brutal represión y posterior encarcelamiento.
Por Redacción Enfant Terrible. RMD • 17/10/2022 17:49 • Tiempo estimado de lectura: 4 minutos
“Entraban a los tiros, entraban a matar. No importaba nada, si había niños, si había embarazadas, si había gente mayor,” cuenta Celeste Guenumil, mientras sostiene a su bebé de un mes de vida, en la Ruka Mapuche, la casa comunitaria en Bariloche donde se encuentra bajo prisión domiciliaria junto a tres mujeres más: la machi Betiana Colhuan Nahuel, Luciana Jaramillo, y Romina Rosas, quien cursa un embarazo de 40 semanas. Otras dos, Débora Vera y Florencia Melo, siguen presas en la Policía Aeroportuaria de Bariloche (PSA). La séptima detenida, Andrea Despo Cañuqueo, fue liberada y sobreseída ayer (horas después de realizada esta entrevista).
Celeste relató a Presentes como vivió el operativo del 4 de octubre de 2022 en Villa Mascardi, Río Negro. Ese día, alrededor de 250 efectivos del Comando Unificado -entre fuerzas federales y provinciales- entraron a la Lof Lafken Winkul Mapu, comunidad mapuche donde hace casi cinco años la Prefectura Naval Argentina mató a Rafael Nahuel con un tiro en la espalda.
El 4 de octubre, relata Celeste, “primero tiraron un tiro y dijeron ‘¡Tirate al suelo, tirate al suelo!‘. Yo estaba con mi bebé, y con mi otra nena, y nos tiramos al suelo enseguida. Vinieron dos oficiales y nos tenían apuntadas con las armas. Mi bebé tiene una cunita negra que parece un bolso, y lo empezaba a patear y me decía ‘¿qué tenés allí?’. Estaba pateando a mi hija. Yo decía ‘calmate que está mi bebé‘. No me creía y me decía ‘¿qué tenés allí, decime la verdad, qué tenés allí?’ y lo pateaba así, y mi nena le decía, ‘no, es mi hermana,’ le abre el cierre y le ve la cara y ahí bueno, se calmó un poco”.
“Estaban dos tipos, que eran, se ve, los jefes. Decían ‘si no se bajan al piso matenlas,’ decían. Venían las otras lamuen bajando y les decían que se calmen, ‘nazis de mierda,’ y uno le mira y le dice ‘si, con mucha honra.’
(…)
Los traslados a Ezeiza
Al día siguiente, cuatro detenidas – las que no son ni lactantes ni embarazadas- fueron trasladadas a Buenos Aires, a la unidad 31 de la Policía de Seguridad Aeroportuaria en Ezeiza. Las llevaron en avión durante la madrugada, sin dar aviso a su abogada defensora.
Mientras tanto Romina, embarazada de 40 semanas, estaba en el hospital con contracciones generadas por lo vivido en el operativo, con custodia policial. Entre los traslados forzosos y un inminente parto, las comparaciones con el siglo XIX son inevitables. Celeste, anticipándose a la idea de que las cosas cambiaron, sentencia: “Hablan siempre de derechos, de derechos de pueblos originarios. Para nosotros siempre sigue siendo, desde el momento de la Conquista del Desierto hasta ahora, lo que han pasado nuestros ancestros. Seguimos viviendo lo mismo.”
En esto coincide Andrea Reile, abogada defensora de cuatro de las detenidas. “Aquí, además de violar varias garantías constitucionales que protegen a cualquier persona presa, se han violado a los derechos específicos que protegen a las mujeres, a los niños y niñas, y a los pueblos originarios”, dijo Reile a Presentes.
Esas violaciones de derechos provocaron también la renuncia de la Ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta. En su carta de renuncia, dijo que tanto el encarcelamiento como la denegatoria de excarcelación a todas ellas y en especial a una mujer embarazada de 40 semanas, la incomunicación y el traslado a más de 1.500 kilómetros de su lugar de residencia, “constituyen violaciones evidentes a los derechos humanos”.
Cómo están hoy las mujeres mapuche detenidas
Ante la enorme movilización y repudio de comunidades y organizaciones, tanto en Bariloche y en la Patagonia como en Buenos Aires y otros lugares, el 8 de octubre el Poder Judicial resolvió traer de vuelta a Bariloche a las cuatro mujeres mapuche que se habían llevado a la Unidad 31 del Complejo Penitenciario Federal en Ezeiza, y además conceder la prisión domiciliaria a Betiana, Celeste, Romina y Luciana. Ahora se encuentran alojadas en esta casa grupal, donde les niñes corren y juegan mientras sus madres intentan ordenar las donaciones de ropa y provisiones que han llegado.
Respiran un poco más liviano, pero todavía no están libres. La casa está a metros de la Escuela de Policía. Siguen preocupadas por las dos lamien privadas de su libertad en la Policía de Seguridad Aeroportuaria de Bariloche. También por los que se escaparon hacia la cordillera y llevan una semana a la intemperie, y por su espacio sagrado, el rewe.
Todas remarcan: lo que hace única a esta comunidad en todo Puel Mapu (tierra del este, lo que hoy se llama Argentina) es la presencia de la machi.
FUENTE: Enfant Terrible.
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