Salud

“Necesitamos un sistema sanitario que empiece a evitar que nos enfermemos”

Por Miguel Apontes • 06/01/2021 16:22 • Tiempo estimado de lectura: 10 minutos

Pablo Lutterini, médico, asesor de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) en Córdoba, conoce como pocos el sistema de salud argentino. “El subsistema social, que incluye las obras sociales sindicales o provinciales, más las empresas de medicina prepaga, más allá de su complejidad, alberga al 70 por ciento de la población”, explicó.  

«Debemos ir hacia un sistema que contenga a todos los sectores», afirmó Pablo Lutterini.

A propósito de las declaraciones de Eugenio Zanarini, Superintendente de Servicios de Salud, en tanto planteó la inviabilidad de algunas obras sociales sindicales y la necesidad de reformar el sistema, más lo que dijo a mediados de diciembre la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, cuando propuso “reformular el sistema de salud”, ACNoticias conversó con Lutterini para profundizar sobre estos temas.

El asesor de la SSS tiene otras aristas, más allá de su condición de funcionario: es delegado sindical de UPCN (Unión Personal Civil de la Nación); miembro de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social (ALAMES) y secretario de Salud de la CGT Regional por la Asociación de Médicos de la República Argentina (AMRA). En su despacho de la calle Deán Funes, predomina una estética particular: los cuadros de Perón, Evita, Ubaldini y Carrillo, denotan sus referencias políticas.

ACNoticias: ¿Estamos ante el fin del sistema de obras sociales?

P.L.: El Sistema Sanitario Argentino está basado en tres grandes pilares: el subsistema público, el subsistema privado y el subsistema social, que incluye a las obras sociales (provinciales, universitarias, PAMI y sindicales). Si nos detenemos en el subsistema social, encontramos casi 300 obras sociales sindicales, que responden a las directivas de la normativa nacional y están regidas por la Superintendencia de Servicios de Salud; 24 obras sociales provinciales (sumando CABA) que tienen, cada una, sus propias directrices prestacionales que varían según la normativa de su jurisdicción; 30 obras sociales universitarias, regidas bajo normativa propia (Ley 24.741) y el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (PAMI, por las siglas de “Programa de Atención Médica Integral, parte sustancial pero no única del Instituto). Y en el caso de empresas de medicina prepaga, en el Registro de la Superintendencia encontramos 670 registradas.

Este simple repaso de los actores ya nos muestra la complejidad del subsistema que alberga aproximadamente el 70 por ciento de la población beneficiaria. Sin mencionar los vínculos existentes desde los años 90’s entre obras sociales sindicales y actores del subsistema privado, bajo la modalidad de gerenciamientos, desregulaciones o contratos con redes prestacionales.

ACNoticias: Algunos sostienen que el sistema como está planteado es inviable.

P.L.: Históricamente, Argentina invierte un 10 por ciento de su PBI en salud, distribuidos en sus distintas modalidades (Público, Seguridad Social o Privado). Una cifra para nada despreciable en términos monetarios. Nuestro problema, a mi entender, está más vinculado a la accesibilidad a los servicios de salud y a la integración de los distintos actores para optimizar el sistema, con una mirada en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades. Hoy tenemos un gran sistema sanitario preparado para atender enfermos. Necesitamos que este sistema empiece a evitar que nos enfermemos.

Por otro lado, tenemos la cantidad de actores que describíamos recién en el subsistema de obras sociales. De las 300 obras sociales descriptas, la mitad no poseen más de 5000 afiliados, lo que hace que si alguna llegase a tener alguna “enfermedad catastrófica” (patología que posee una bajísima incidencia y tratamientos que llegan a costar un millón de dólares anuales) vea seriamente comprometida su subsistencia.

En los próximos meses escucharemos mucho una frase que repetimos quienes formamos parte del sistema sanitario “El Sistema de Salud Argentino esta segmentado y fragmentado”; esta afirmación da cuenta que en nuestro sistema de salud las prestaciones pueden ser dadas por prestadores públicos o privados y que el financiador (quien paga) puede ser el Estado, el Sistema Social o pagar directamente cada paciente de su bolsillo (ya sea en cada acto o pagando una prepaga).

ACNoticias: ¿Ahí se explica el planteo del gobierno de Mauricio Macri y la Cobertura Universal de Salud?

P.L.: El proyecto iniciado durante el gobierno anterior estaba más ligado a reducir el gasto público en salud, lo que llevaría sin lugar a dudas a un aumento en el gasto privado, ya que la salud no tiene precio, pero tiene un costo y alguien debe afrontarlo. Si el Estado se desentiende de la salud, como sucede en otros países de la región o en el sistema estadounidense, el gasto privado aumenta sideralmente.

El análisis realizado por la entonces Secretaria de Salud es correcto y lo compartimos todos: nuestro problema es la accesibilidad a un Sistema de Salud que nos garantice por ley la cobertura a todos. La estrategia de la CUS (Cobertura Universal de Salud) era proporcionar distintas coberturas según los aportes de cada habitante y el Estado proveería una cobertura a quienes no pudieran acceder a una cobertura por sí mismos. Mario Rovere (sanitarista, exviceministro de Salud de la Nación) lo describió como la carnetización de la salud, ya que lo único que garantizaba la CUS era proveer certificados de pobreza para los sectores que no pudieran pagar una cobertura privada (ya fuera con sus aportes o de manera privada).

ACNoticias: Hace pocos días el sindicato de conductores de trenes realizó un paro por la situación de su obra social (OSFE). ¿Considera esta metodología como un “caso testigo” de cara a lo que viene?

P.L.: Tomó a todos por sorpresa. Se podría haber solucionado antes de la medida de fuerza, más teniendo en cuenta el momento sanitario en el que nos encontramos. La medida fue intempestiva, sin ningún pedido hasta el momento del anuncio del paro. Ese mismo día se recibió al Secretario General del Sindicato La Fraternidad (que no posee mayoría dentro de la OSFE, Obra Social conformada por los tres sindicatos ferroviarios). El pedido de reintegros va atrasado por las demoras administrativas, pero la misma OSFE no había presentado oficialmente ningún reclamo.

Es necesario una solución de fondo, hay problemas estructurales en un sistema que tiene 50 años. El ministro Ginés González García ha planteado la posibilidad de aumentar tres por ciento los aportes y contribuciones (2 por ciento de aportes patronales y 1 por ciento de contribución del trabajador) para hacer más solvente el sistema. También el Superintendente Eugenio Zanarini plantea la posibilidad de trabajar en conjunto entre distintas obras sociales, y hasta se analiza la posibilidad de integrar pequeñas obras sociales para evitar mayores zozobras económicas.

ACNoticias: O sea que la integración es el camino a seguir.

P.L.: Es una de las posibilidades que se analizan en este momento. La realidad indica que siguiendo en el camino en el que vamos, con una medicina centrada en la enfermedad, donde la tecnología médica es cada día más sofisticada, y a su vez cada vez más cara y con tratamientos farmacológicos de altísimo costo, corremos serio riesgo de producir el derrumbe de todo el sistema sanitario. Es hora de ponernos los pantalones largos como sector salud y empezar a explorar soluciones para el bien común. Antes de llegar a “la integración” es necesario pasar por varios peldaños previos, donde el primero es, sin dudas, escucharnos entre todos los actores del sistema, que ya vimos que son muchísimos. Cada uno tiene todo un bagaje de conocimientos y experiencias que le son propios, y de los que podemos y debemos enriquecer para llegar al Sistema de Salud que mejor nos represente y nos cuide.

ACNoticias: ¿Esta integración no generará resistencia por parte de los distintos actores? La Unión Argentina de Entidades de Salud Privada deslizó que hay un intento desde el Gobierno para generar un monopolio estatal en la salud.

P.L.: Sin lugar a dudas que el solo hecho de insinuar la posibilidad de repensar el sistema de salud argentino, generará la crítica encarnizada y casi sin argumentos por parte de los grandes ganadores en el contexto actual de un sistema ineficaz, inequitativo e inaccesible para muchos sectores (generalmente sectores populares). Ojo, desde luego que existirán tensiones. Todo cambio lo genera y sin lugar a dudas que cambios en lugares tan sensibles más aún. Es tarea del Estado garantizar representación a todos los actores de la salud ya sean públicos, sindicatos, PAMI, obras sociales  provinciales, prepagas, prestadores, colegios profesionales, centros formadores, etc. También es necesario que el interior esté realmente representado en las mesas de decisiones. Un verdadero acuerdo federal de salud debe gestarse si hay un deseo real de optimizar el sistema de salud que tenemos.

En el año 1974 durante, la tercera presidencia de Perón, se crea el SNIS (Sistema Nacional Integrado de Salud). Colaboraron médicos especialistas de todos los partidos políticos de la Argentina, entre otros Aldo Neri, (Mario) Canitrot y (Alberto) Prieto. Intervinieron todas las fuerzas políticas del país en la redacción: radicales, socialistas, no solo peronistas. Esto evitó ríspidas confrontaciones en el Congreso. Fue presentado en Ginebra en la Organización Mundial de la Salud (OMS) por Domingo Liotta, secretario de Salud de la Nación, en mayo de 1974. Fue derogado en forma abrupta por el gobierno militar en 1976. Las leyes 20748 y 20749 regulaban automáticamente todo el sistema sanitario argentino, incluso la carrera sanitaria. Nunca más se pudo reponer, a pesar de 37 años de democracia

ACNoticias: ¿Cómo evitar que tres o cuatro obras sociales conformen un oligopolio que actúe en detrimento de los beneficiarios?

P.L.: El desafío es evitar el desarrollo de cuatro o cinco monstruos que fagociten el sistema. Es necesario que las obras sociales se integren por actividad, por jurisdicción o por afinidad. Lo que se planea son convenios de cooperación, de manera voluntaria. El rol del Estado es fundamental, como rector y articulador entre las obras sociales integradas y con el resto de actores del sistema de salud.

ACNoticias: El Gobierno Nacional parece entender que es vital organizar el Sistema de Salud Argentino. Lo sostuvo hace unas semanas, en La Plata, la vicepresidenta.

P.L.: La crisis del sistema sanitario ya no es ningún secreto. Cristina (Fernández de Kirchner), como dirigente lo sabe al igual que el Presidente, quien ya se reunió con el doctor Liotta a principios del año 2020, antes que la pandemia entrara a escena y dejara la agenda sanitaria reducida al conteo de casos diarios y camas críticas. La finalidad del Presidente era justamente interiorizarse en los principios básicos del SNIS, lo que nos muestra que hay voluntad política de encarar esta crisis. Solo el tiempo dirá si somos lo suficientemente inteligentes desde la salud para confeccionar un sistema que contenga a todos los sectores o las mezquindades del pasado vuelvan a aparecer y todo quede en las buenas intenciones de un sector político.