Elecciones

¿Qué hay detrás de la fachada liberal de Villarruel?

La candidata a vicepresidenta por La Libertad Avanza, fórmula que encabeza junto a Javier Milei, es defensora de los genocidas de la última dictadura militar y, no esconde sus expresiones en contra de pueblos originarios -como el Mapuche- y de leyes como la Educación Sexual Integral o la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Victoria Villarruel, reúne el combo perfecto de ideas medievales con una narrativa libertaria que busca pintarlas de rebeldes y modernas. Ante la avanzada de los discursos de odio, surge el debate: ¿es mejor ignorarlos o, por lo contrario, es necesario dar la discusión?

Por Redacción Enfant Terrible. RMD • 11/09/2023 23:52 • Tiempo estimado de lectura: 6 minutos

Villarruel nació en 1975, proviene de una familia militar de la cual se muestra orgullosa. Es activista de larga data en organizaciones afines y abogada muy conocida en el ambiente por sus defensas en los procesos judiciales a integrantes de las Fuerzas Armadas. Es la única compañera en la Cámara de Diputados de la Nación que acompaña a Milei en La Libertad Avanza (LLA) y es la candidata elegida para vicepresidenta del partido. En caso de ganar, panorama posible entendiendo que es la fuerza electoral que más votos obtuvo en las PASO, Victoria sería la encargada de llevar adelante la cartera de seguridad, defensa y justicia del país.

“Por las víctimas del terrorismo… sí, juro”, dictaminó al momento de su asunción como diputada, en noviembre del 2021. En una corta oración, se apropia de dos palabras claves para disputar lo sucedido con la última dictadura cívico-militar: víctimas y terrorismo. Su intención de reinstalar la narrativa de guerra, de violencia política provocada por dos bandos en igualdad de condiciones durante ese período, es clara y peligrosa. Sin embargo es astuta, porque esconde detrás del dolor una reivindicación directa al genocidio, a sus ideas, a sus razones y a los métodos que utilizaron.

¿Bajo qué argumentos? Primero, sostiene que había un clima de violencia social provocado por la militancia de izquierda; segundo, que para restablecer el orden democrático, debieron emplear las fuerzas y “capaz hubo abusos”. Siembra, de esa manera, un manto de dudas sobre los miles de testimonios y pruebas sobre la persecución, los secuestros, torturas y desapariciones de aquella época. Tercero, niega la existencia de un plan económico y político militar que pudo implementarse únicamente por la usurpación del poder y mediante la violencia. Se escuda, sobre todo, en las víctimas de las organizaciones ERP Montoneros para correr el eje de lo sucedido: “Ninguna de estas víctimas puede saber la verdad de lo que padecieron ni tener una reparación, ni siquiera moral, del sufrimiento que padecieron a manos de aquellos que trataron de imponernos un Estado autoritario, comunista, basado en la tiranía”, dijo en el “Homenaje a las Víctimas de Terrorismo” realizado recientemente en la Legislatura porteña. 

Hubo colegas de Villarruel que le hicieron críticas por haber ablandado su discurso previo a las PASO. Una de las más estridentes fue Cecilia Pando, que le recordó a Villarruel su cercanía con el represor de la ESMA Alberto González, condenado a prisión perpetua. El marido de Pando, el mayor retirado Pedro Rafael Mercado, habló de cómo se había olvidado de su pasado, cuando supuestamente organizaba visitas a Jorge Rafael Videla. Sin embargo, Villarruel recupera esa rudeza en su discurso de inmediato ¿por qué? Porque con los primeros resultados electorales, se vieron ganadorxs. “Después de 40 años de una visión amputada de nuestra historia, después de arrancarnos a nuestros seres queridos, de demonizarnos y tratar de poner una mordaza en nuestra boca, ya no le tenemos miedo. No tenemos miedo”, dijo en su último acto.

Esos supuestos pueblos originarios

Además de ser conocida por su retórica reivindicación de la dictadura militar y el terrorismo de Estado, otro de los temas predilectos de la candidata a vicepresidenta, es la situación mapuche. Durante la sesión de la Cámara de Diputados en la que se aceptó la renuncia de Sergio Massa y se votó a Cecilia Moreau para reemplazarlo, usó los minutos que le correspondía a su bloque para denigrar, en esta ocasión, a las comunidades.

La diputada sostuvo que: “Vamos a perder nuestra Patagonia que se ganó con sangre, sudor y trabajo por unos oportunistas disfrazados de originarios que ponen en peligro nuestra soberanía y la paz de quienes allí habitan”.

Victoria se refiere a los conflictos por las actividades económicas (propias de un modelo extractivista, sobre todo en el caso de Vaca Muerta en Neuquén) y a la “usurpación” de los mapuches de las “tierras fiscales y de algunos ciudadanos”, principalmente en las provincias de la Patagonia. Además, expresa estar profundamente preocupada por el rol mediador del Estado con los pueblos originarios: “En la ciudad de Buenos Aires, debo serte muy franca, no se escucha de lo que está pasando con la causa mapuche en las provincias de Río Negro, Chubut, Neuquén. Yo soy profundamente amante de lo que es nuestra Patagonia Argentina y estoy muy preocupada porque año a año la situación se pone más violenta, se agrava y no vemos que el Estado instrumente las medidas necesarias para asegurar la paz de quienes habitan las provincias”, dijo en una entrevista con El Seis TV, un programa de Bariloche.  

Hay una fija en Victoria: agarrar cualquier colectivo que esté en una posición vulnerada y volverlos enemigos, ¿cómo logra esto? Poniendo en duda la veracidad de los hechos y torciendo narrativas. En todas sus apariciones televisivas, cuestiona sin eufemismos ni anestesia, la identidad mapuche y lo acompaña, además, con una teoría conspirativa. Es que si algo queda claro, es que nada vende como la ficción: “Es puramente ideológico. Pretenden construir una nación mapuche que nunca fue realidad en la República Argentina, que se pretende extender hasta el Atlántico y comerse más de un tercio de nuestro territorio”.

En otra entrevista con Pulso Continental, cuando le preguntaron por la situación de Mendoza con respecto a esta temática, dijo que con la excusa de la “presencia ancestral” se le van otorgando tierras a supuestas comunidades indígenas. Esto, según ella, hace que el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, le reparta tierras en el sur de esa provincia, generando un peligro “porque se protegen las usurpaciones y no se los puede desalojar”. Explicó, muy simplificada y prejuiciosamente, que se corre el riesgo de que cualquier persona pueda tomar tierras con el argumento de que la habitan hace años y el Estado se las conceda.

FUENTE: Enfant Terrible. Nota completa Aquí.