Política y Economía

Reprivatización del Paraná, ¿la gran despedida de nuestra soberanía?

Con la llegada de Javier Milei a la Presidencia se prevé la privatización total de la mal llamada «Hidrovía», es decir, la nula intervención del Estado en las tareas que se hacen sobre nuestra principal ruta marítima-fluvial.

Por Redacción Enfant Terrible • 23/11/2023 22:11 • Tiempo estimado de lectura: 4 minutos

Durante el año pasado y también en este, desde Enfant Terrible hicimos un especial foco en el tema de la mal llamada “Hidrovía”, porque -sin ser economistas ni politólogos, pero sí periodistas comprometidos con el interés nacional- entendimos la importancia crucial que tiene esta vía fluvial, no sólo para Argentina, sino también para todo el continente.

Asimismo, abordamos la problemática desde una óptica soberanista, pues no amerita otra perspectiva, ya que por allí entran y salen el 80% de las exportaciones e importaciones realizadas en el país, y circula el 50% del comercio global de las proteínas vegetales y animales que se consumen en el mundo.

Además, en términos históricos, es en el Paraná -no en la “Hidrovía”- donde esta Nación forjó su proyecto de país independiente de los vestigios colonialistas, venciendo hace 177 años a los dos imperios más importantes de aquella época, recuperando para sí el control sobre sus dos ríos más importantes.

En otras palabras: sin Paraná en manos argentinas, no hay tal Argentina.

Sin embargo, esta situación se revierte cuando el Paraná pasa a estar manos privadas, con la decisión explícita de Carlos Menem, implicando, de esta manera, que lleguemos a ser una República única en su región, que dice:

  • Tener comercio exterior, pero sus puertos, vías navegables y ganancias pertenecen a las empresas trasnacionales que operan en su territorio: DreyfussCOFCOBungeCargillBarrick GoldBlack Rock y muchas más.
  • Rener soberanía, pero contando con 4500 kilómetros de costa y siendo un país bicontinental, no tiene siquiera una salida soberana hacia su mar desde sus ríos más importantes.
  • Contar con el control y la administración, pero concesiona las tareas de dragado y balizamiento (teniendo dragas y balizadores propios), al tiempo que permite el contrabando ilegal de estupefacientes, minerales, armamento y granos (incluso trata de personas) estimados en más de 30 mil millones de dólares al año, según estimaba la investigadora Alcira Argumedo.

Dice, pero no

Argentina es un caso particular en el mundo. No cuenta con una flota mercante, cuando casi el 80% de sus exportaciones se transporta por vía marítima; y no apuesta al transporte ni a la industria fluvial de bandera, cuando le pertenecen 1400 kilómetros de una de las vías fluviales y comerciales más importantes del mundo.

En el último cuarto de siglo, ningún gobierno hizo algo al respecto para transformar esta realidad de entrega extrema a grandes capitales trasnacionales, más bien, todo lo contrario; siendo que la recuperación total de la Vía Troncal Navegable (VTN) es la única manera de avanzar en una proyecto de Nación que pueda desendeudarse, al tiempo que recupere su soberanía económica, política, social y comercial.

Ahora bien, dicho esto, seguimos con lo que pasó en el último tiempo respecto del Paraná, para luego avanzar sobre lo que podemos anticipar que pasará, según las inclinaciones y antecedentes del modelo que propone el nuevo presidente electo, Javier Milei, y cómo ello nos afectará el día a día.

Los pequeños avances de la AGP

Apenas asumió como Presidente, Alberto Fernández continuó con los planes de Mauricio Macri de llamar a concesionar (eufemismo de privatizar) la VTN, debido al vencimiento de la licitación que usufructuó “Hidrovía S.A” (compuesto por las empresas Jan de Nul – Emepa) durante los últimos 25 años. Esto, entendiendo que recuperar las tareas de dragado, balizamiento, control y administración de su río más importante no era algo que el Estado argentino pudiera garantizar. Es decir, cedió una oportunidad histórica para re-estatizar su comercio exterior, puertos y vías fluviales.

En este sentido, desde el 2020, el Gobierno Nacional intentó licitar (de nuevo, privatizar), a través del Decreto 949 el Paraná. Pero no pudo, y no porque quisiera, sino primero, por las constantes postergaciones a la publicación de los pliegos y segundo, por las impugnaciones de las empresas partícipes de la licitación a las reglas establecidas. De esta manera, el Estado -sin querer queriendo- tomó las riendas de la situación mediante la Administración General de Puertos (AGP), quien concesionó las tareas fluviales operativas a privados, estableció un peaje en la parte norte de la VTN, y empezó -de forma tímida pero eficiente- a recuperar el control del transporte trasnacional circulante, a medida que finalizaba la tarea de reescribir los pliegos licitatorios.

Aquella idea de Alberto Fernández de que el Estado no podía hacerse cargo de tareas que por décadas hizo de forma soberana y efectiva, le fue quedando contradictoria, al encontrarse con que la AGP no solo lo hizo -y hace- mejor que los privados, sino que además conseguía -y consigue- los dólares que el país necesita.

Pero ahora, esos avances están por verse. Con la llega de Javier Milei a la Presidencia de la Nación, no habría dudas en volver al esquema menemista y macrista de privatización total de la “Hidrovía”.

FUENTE: Enfant Terrible. Nota completa aquí.