Córdoba independiente
Intervención de Elián Chali en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires
El artista urbano cordobés presenta «Plano inesperado», una obra de sitio «que toma la forma de olas» de color rojo, amarillo y verde, a lo largo de 330 metros cuadrados de la fachada del edificio.
El artista urbano cordobés Elián Chali presenta su intervención «Plano inesperado» en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, una obra de sitio específico «que toma la forma de olas» de color rojo, amarillo y verde, a lo largo de 330 metros cuadrados de la fachada del edificio como acción dialógica en el espacio público entre el adentro y el afuera.
«Plano inesperado» surgió a partir una invitación del Museo para realizar un proyecto específico para su frente. En palabras de Victoria Noorthoorn, directora del museo, «fue invitado a disolver la fachada», que califica de «cuasi medieval, pesada, de ladrillo». El desafío fue transformar el frente «para que el adentro se convierta en el afuera y el afuera en el adentro», como una puesta en diálogo del acervo con la ciudad.
El artista retoma la tradición del arte urbano -graffiti y muralismo- como modo de expresión y disputa de las narrativas históricas que construyen las ciudades y determinan la circulación de los cuerpos. Sus obras están en más de 30 ciudades alrededor del mundo y es autor del libro «Hábitat». A su vez, forma parte de un colectivo de identidades y corporalidades con diversidad funcional y/o discapacidad.
La obra
Su flamante obra, un mural de formas abstractas, geométricas, de colores principalmente primarios, se despliega a lo largo de 330 metros cuadrados y hace aparecer un plano inesperado que siempre estuvo presente. Se trata de una intervención que utiliza como lienzo a otra obra arquitectónica y realza una superficie que hasta entonces estaba en sombras.
Carla Barbero, curadora del museo y coordinadora del proyecto, estuvo trabajando desde mayo del año pasado con el artista a la distancia, una experiencia en un momento de incertidumbre al que calificó como «caótico en el buen sentido de lo creativo. Así como no sabíamos que estaba sucediendo ni cómo se iban a desarrollar los eventos, también era un período de absoluta libertad».
Desde el trabajo formal, el artista cordobés utiliza una paleta de colores plenos y una abstracción que identifica como «elástica» y que imprime una vitalidad diferente a esa fachada intervenida por el mural. «Lo que más me interesaba era que el museo se animara a meterse en problemas también, no salir indemne. Vamos a dialogar con una institución dentro de otra institución, la ciudad. Hasta dónde tensionar, no solamente desde lo técnico y formal sino también desde lo conceptual», planteó el artista
Chali trabaja en Córdoba con un grupo sin el cual no sólo no podría hacer la obra a nivel formal y físico por las dimensiones -le gusta trabajar obras grandes-, sino también por el acompañamiento y sostén, explica. «La idea de sostén no es algo cerrado, las personas discapacitadas aprendemos mucho sobre la interdependencia y el apoyo mutuo. Ahí hay un reconocimiento político interno y al grupo», aseguró. «Que el museo haya invitado a una persona con diversidad funcional es todo un gesto, porque al igual que la diversidad sexual que ahora está muy en agenda, entre las personas con diversidad funcional hay muchos artistas que son borrados también o son negados a los espacios culturales», remarcó.
La obra está protegida por las rejas, sobre una pared de un espacio usado en algún momento como tránsito para la accesibilidad al edificio de personas con discapacidad motora. Como una «hoja en blanco» de una obra realizada por otros, que se reescribe desde la intervención.
Fuente: Télam