Política y Economía
Responsabilidad Empresarial: Un film sobre los empresarios de la dictadura
El cineasta Jonathan Perel basa su obra en la relación del cine con la construcción de memoria. A través de un informe realiza este film, donde va empresa por empresa, en un total de 25, relatando la participación directa de los directorios para facilitar el exterminio de obreros por parte de los militares. Da cuenta que, sin la responsabilidad empresarial, la historia hubiera sido otra.
Por Redacción Enfant Terrible. RMD • 10/05/2023 09:53 • Tiempo estimado de lectura: 9 minutos
El ejercicio de memoria colectiva no deja de ampliar las visiones, revisiones y alcances en las responsabilidades por los crímenes perpetrados durante la última dictadura en Argentina. Los juicios por delitos de lesa humanidad se han centrado en su mayoría en militares, policías y fuerzas paraestatales.
En Córdoba, por ejemplo, en 2018 también sucedió el histórico juicio a los Magistrados. Un proceso que, vale recordar, dejó mucho que desear debido a la lentitud procesal, el otorgamiento del beneficio de prisión domicialiaria e incluso el sobreseimientos y la doctrina dos por uno (2×1). Sin embargo, la importancia de estos juicios fue que subrayaron la complicidad judicial con el terrorismo de estado.
Una deuda pendiente de la lucha por Memoria, Verdad y Justicia es la que le corresponde a los responsables empresariales, el llamado “sector cívico”. En este sentido, Jonathan Perel, cineasta y director de El predio y 17 monumentos, a través del documental Responsabilidad Empresarial, refleja la participación de este sector.
El documental, basado en el informe Responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad, publicado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación -el primero de estas características-, documenta 25 casos de participación empresarial en la represión clandestina a través de la entrega de recursos, cifras millonarias e información, para facilitar el asesinato, desaparición y tortura de trabajadores y delegados sindicales.
A lo largo del film Perel recorre distintos distritos de Buenos Aires, Córdoba, Salta, Jujuy, Tucumán, Corrientes y Santa Fe, y se acerca -literalmente-, a algunas de las empresas señaladas en el informe: los ingenios Concepción y Ledesma, las automotrices Fiat, Ford y Mercedes Benz, Astilleros Río Santiago, Grafa, Molinos Río de la Plata, Siderca, Acindar, Swift, Alpargatas, Loma Negra y La Nueva Provincia.
De esta manera, distintos apellidos reconocidos en Argentina son nombrados, como los Blaquier, Bunge y Born, Rocca, Fortabat, Massot, Martínez de Hoz, Levín, entre muchos más cuya gran mayoría permanece impune.
“¿Otra vez una película sobre la dictadura?”
El trabajo cinematográfico de Perel podría decirse comienza en 2008. Desde entonces, su obra se ha basado en la relación del cine con la construcción de memoria.
“De alguna forma, yo voy tratando de que mis películas dialoguen con la actualidad de los debates en torno a la construcción de la memoria. Yo filmo mi primer película en la ex ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada), donde acababa de liberarse el predio y echar a los militares, se empieza a discutir cómo hacer ahí un sitio de memoria. Era un momento de apogeo de la política de señalización de los centros clandestinos de detención”, contó en diálogo con este medio.
Las inquietudes sobre la dictadura, esas manchas de tinta sobre las letras de nuestra memoria colectiva, despiertan inquietudes. Perel usó esa tinta.
“Hace mucho tiempo quería hacer un documental sobre este tema”, dice, “incluso antes de encontrarme con el informe, pero no sabía cómo hacerlo y luego me cruzo con el informe del Ministerio que sistematiza la responsabilidad de las empresas con los militares”.
En Argentina vivimos un momento de apogeo en política de memoria que otros países del Cono Sur no, o al menos, no hay comparación. A los vestigios de la dictadura los convertimos en monumentos, banderas, justicia, memoria y verdad, pero también hubo retrocesos importantes a partir de 2015. “El informe estaba listo para ser publicado antes del cambio de gobierno en 2015, pero cuando el kirchnerismo pierde las elecciones, los organismos de DDHH se apuran a presentarlo en público, asegurarse de que exista. Y no es un libro censurado o prohibido, pero cambia el gobierno y también la política de derechos humanos, los juicios comienzan a ir más lentos, comienzan a proponer la reducción de penas a los militares y el libro queda en el olvido”.
“Una de las empresas principales que aparece en el libro pertenece al grupo Macri, uno de los principales responsables de haber estatizado la deuda privada”.
Perel remarca que el informe, al igual que el documental, son recortes de la cantidad de empresas que aportaron a la dictadura, pero aún así no son pocas y el cineasta se tomó el trabajo de recorrer por los territorios de cada una, algo a destacar. Se nota un auto, ¿estará sólo?
-¿Cómo fue esa recorrida y ese acercamiento a las empresas?
-Viajar a los lugares lo hacía en mi auto, ya lo había hecho en dos películas anteriores, en viajes largos por todo el país, por lugares muy remotos. Empecé por las fábricas más cercanas en Buenos Aires, como para comenzar a entender qué iba a filmar porque no sabía, cuántos planos iban a ser, a qué hora del día. Recién después comencé a viajar más lejos y en una ocasión hice un sólo tirón cruzando Córdoba, Santa Fe, Salta, Jujuy, Corrientes y volví. Fue un gran viaje.
Es un sistema de trabajo con el que me siento productivo y cómodo, que de alguna forma lo fui descubriendo en otros lugares que funcionaron como centros clandestinos de detención, porque no podías entrar con todo un equipo de rodaje, es mucho más barullo. Entonces era repetir el sistema que yo ya conocía, ocuparme sólo de la cámara y el sonido. Yo filmo mis películas en solitario, hago el sonido, la fotografía. Estaba sólo en el auto.
“Uno ve el documental y parece sencillo, pero más allá de que es un sola toma, es un momento del día donde está el sol saliendo, que es cuando llegan los trabajadores a sus puestos de trabajo, que también es cuando los secuestraban. Yo tenía una idea de conectar ese momento del día, como unión entre presente y pasado”.
Obviamente no tenía permiso de las empresas y el tema que más llevaba tiempo, era encontrar dónde poner el auto. La idea de filmar desde adentro era para ocultarme a mí y ocultar la cámara, al mismo tiempo se ve el borde del auto y se ve cómo está hecho. Trataba de no apurarme, probar distintos ángulos, estudiar la luz, a veces estudiar los movimientos de la seguridad, los cambios de turno, dónde me veían y dónde no.
En lo posible, Perel respetó el orden de aparición de las empresas tal como se presenta en el libro, es una adaptación, o una lectura viva donde no faltan ni el sonido de los autos que al transitar relejan. Así por 25 empresas, no falta ninguna: “Hay una licencia que me tomé con la Fiat que era la anteúltima y no la última, porque era la que tenía las listas con los nombres, entonces queda mejor como final de película”.
-Me imagino que implica un involucramiento en carne con la problemática, vos me lo dirás, en ese sentido quería preguntarte, ¿Cómo ves hoy en día esa temporalidad que está presente, que la dictadura y esta responsabilidad empresarial, podría decirse que está en la comida que consumimos, en los autos que usamos, en los edificios que construimos?
-A veces pasa con las películas de la dictadura que hay cierto cansancio o hartazgo en la repetición del tema, y lo digo pensando en que todas mis películas son sobre eso, suelo recibir el tipo de comentarios “¿otra vez una película sobre la dictadura, la próxima también va a ser sobre la dictadura?”. Para mí tenemos que hacer más películas sobre la dictadura, yo las voy a seguir haciendo, porque cuando uno mira hacia atrás, cuando uno mira el pasado, es para discutir el presente y el futuro del país.
“En esta película en particular a mí me parece bastante evidente, ¿no? Es la implantación de un sistema económico con la ayuda de los militares, que pervive hasta hoy”.
Antes de la dictadura se estaba discutiendo, no por la jornada laboral, sino por la participación de los obreros en las ganancias de las empresas, algo que hoy parece imposible de tener. Todos los grupos económicos que triunfan en ese momento desarticulando todos los movimientos sindicales y toda la clase trabajadora, imponen un sistema económico que parece que ya no se puede discutir.
“No hay que ir muy lejos, esto pasa en Brasil, en Europa, en muchos lugares, Alberto Fernández le dio subsidios a Ledesma”.
La carne y la emoción son eso que a veces no se pueden separar, el hacer cuerpo algo, ese involucramiento que se le pregunta a Perel, se responde de una u otra manera: “Yo no me siento vencido. No siento que este sistema sea el menos malo, sigo pensando que existen otras formas de organización económica y que se puede cambiar. Cuando uno hace películas es pensando que trata de reconfigurar el mundo porque trata de cambiar el mundo, y no lo digo de una manera utópica, como pensamiento de los 70’s. Creo que podemos seguir cambiando el mundo, sino no haría películas, me dedicaría a otra cosa”.
-¿Cuál es tu próxima película sobre la dictadura?
-Estoy haciendo una sobre el río, un tema que ya exploré en algunos cortos, también hice un corto sobre los aviones de los vuelos de la muerte, algo que estoy explorando y buscando hacer un poco más largo. Tiene que ver con el destino final de los cuerpos, esa problemática del cuerpo que no tiene tumba, que no hay dónde visitar a los muertos. Pero es algo inicial, no podría describir mucho más.
- Responsabilidad Empresarial en el Cineclub Municipal Hugo del Carril: https://cineclubmunicipal.org.ar/production/responsabilidad-empresarial/
FUENTE: Enfant Terrible. Por Lautaro Palacios.