Ambiente y sustentabilidad

Crisis Hídrica: Sierras Chicas, pueblos sin agua

La situación es extrema. Córdoba atraviesa una de las crisis hídricas más graves de su historia. Incendios, desmonte, gran crecimiento demográfico de la mano del negocio inmobiliario desmedido. Todo conspira para que la falta de agua sea una triste realidad. Las políticas ambientales brillan por su ausencia. En esta nota, ahondamos en las causas de la sequía, el estado de situación del corredor Sierras Chicas e indagamos en posibles soluciones.

Por Redacción La Tinta • 16/12/2022 09:14 • Tiempo estimado de lectura: 4 minutos

Algo tienen en común todas las localidades de Sierras Chicas, la falta de agua para el consumo, ecosistemas completamente deteriorados y la pérdida de posibilidades económicas que habilitan los ríos como atractivos turísticos. 

Desde La tinta, nos contactamos con vecinxs, referentes y especialistas para entender las causas de la sequía, conocer el estado de situación en el corredor Sierras Chicas e indagar en posibles soluciones. 

Agua para vivir y disfrutar es lo que deseamos todxs, pero los ríos están secos y las lluvias son escasas. 

Juan Smith es abogado ambientalista y activista, e integra la Asamblea Vecinos del Chavascate y la Asamblea Sierras Chicas Sin Canteras. “No es casual que todos o casi todos nuestros ríos estén secos”, detalla. Se refiere al maltrato a las cuencas hídricas y a la prefactibilidad del uso del suelo que se le dio a negocios inmobiliarios, canteras y emprendimientos públicos y privados. 

Todos tuvieron lugar en el corredor Sierras Chicas, es una realidad. El crecimiento urbanístico desregulado y permitido durante tantos años, hoy, es imparable. Hace un par de meses, como ejemplo, La tinta dio a conocer la aprobación ilegal del primer barrio privado de Salsipuedes y la pérdida de monte, flora y fauna nativa ocasionada. Por otro lado, Smith apunta a la desinformación: “El gobierno provincial y los gobiernos municipales y comunales han cercenado de forma muy grave el derecho al acceso a la información pública ambiental. No solo negando la información cuando se solicita, sino también cuando, desde el Estado, se omite difundir con claridad, por ejemplo, que el agua en nuestras zonas surge de ese delgado equilibrio entre bosque nativo y escasas lluvias. No se abrieron canales de información certera, veraz, oportuna, completa sobre la composición de nuestros ecosistemas y cómo deben cuidarse”.

El abogado habla de las consecuencias de esta situación: “Hay que decirlo, esto afecta en forma directa tres derechos fundamentales: el derecho a la salud, el derecho a la vida y el derecho al ambiente sano. Nos llama poderosamente la atención que los sistemas de salud, tanto de la provincia como de municipios y comunas, no hayan comenzado a intervenir”, afirma contundentemente.

Juliana Enrico es doctora en Ciencias de la Educación y vecina de Salsipuedes. Es integrante de las Asambleas por El Monte Salsipuedes y Salsipuedes No Puede Dormir, que pertenecen al Asambleón de Sierras Chicas. Explica la tragedia que se vive por estos días en su zona: “Somos aproximadamente 1.700 familias las que dependemos de la provisión de camiones, seguimos pagando el agua de red y estamos dependiendo de la provisión por camiones”, dice y, en su voz, se siente la preocupación.

El agua no es solo un servicio público, es un derecho fundamental y, en este sentido, Juliana afirma que: “El Estado debe garantizar la provisión del servicio. No se puede negociar con un bien de la naturaleza. Toda la población debe acceder al agua en igualdad de condiciones”.

“Somos pueblos sin agua”, dice Enrico. Basta pasar por el puente de Salsipuedes para darse cuenta. Todos los ríos del corredor están secos y hay una explicación, una palabra que resuena: desmonte. 

“La cuenca está seca justamente porque se ha permitido un desmonte desmedido en esta zona de sierras. El principal argumento para vender lotes en sierras chicas es el turístico: que hay monte, montaña y río. Pero acá no hay agua, no hay paisaje, no quedan montañas. No queda río y sufrimos. Venimos padeciendo el crecimiento de esta problemática desmedida año a año”, explica Enrico y apunta a que la causa tiene que ver con gobiernos que permiten el desmonte a favor de grandes negocios inmobiliarios, que no cuentan con autorizaciones ni, mucho menos, estudios serios de impacto ambiental, realizados por especialistas idóneos.

Todo el corredor de Sierras Chicas es zona roja, por lo que no se debería permitir ningún tipo de edificación. “Sólo se puede habitar para mantener el monte y esa es la forma de habitabilidad que está permitida por ley en zona roja. No se puede permitir otro tipo de construcción artificial”, cuenta Enrico. Pero ya sabemos que el negocio inmobiliario avanza igual. Ya no hay superficie viva que guarde el agua, solo monte nativo perdido. Para tener agua, hay que regenerar el monte y cuidar el que nos queda.

FUENTE: La Tinta. Por Inés Domínguez Cuaglia. Nota completa: https://latinta.com.ar/2022/12/sierras-chicas-sin-agua/