Córdoba independiente

Carnaval: la fiesta pagana que se convirtió en tradición popular

Por Valentina Micca • 11/02/2021 14:30 • Tiempo estimado de lectura: 5 minutos

Con distintas versiones sobre la forma en la que surge esta festividad, el Carnaval hoy se distingue por sus colores, disfraces, bailes, música, máscaras y alegría que se apropian de los espacios públicos del pueblo.

Se celebra una vez al año, en el mes de febrero y, si bien interpela a todas las clases sociales, los escenarios más comunes son las calles de los barrios, lo que lo ha convertido en una verdadera tradición popular.

La palabra “Carnaval” proviene de “carnem levare” que significa “quitar la carne”. Su nombre se debe a que esta celebración pagana, tiene en realidad un origen cristiano. El Carnaval se festeja días antes del Miércoles de Ceniza, día en que comienza la Cuaresma hasta el domingo de resurrección de Jesucristo. La Cuaresma -período que dura seis semanas- es un tiempo de penitencia y oraciones de profundo significado para las personas de creencia católica, es por eso, que el Carnaval era un festejo en donde el desenfreno y el anonimato eran sus características principales.

En este 2021, el feriado por Carnaval es el lunes 15 y martes 16 de febrero, el Miércoles de Ceniza es el próximo 17 de febrero y el domingo de Pascuas es el 4 de abril. 

El origen. Algunos historiadores afirman que esta fiesta surge en Egipto, en honor al dios de la fertilidad Apis. Otros, lo identifican con el dios del vino romano Baco o con las fiestas dedicadas al dios griego Dionisio, que incluían presentaciones teatrales con máscaras en lugares públicos. También aparece el Dios Momo, dios de la burla y el sarcasmo, que se ha ganado un lugar central en los carnavales actuales sobretodo en América Latina. 

Esta celebración se difundió por distintas partes del mundo, principalmente desde la Edad Media en adelante, y en cada lugar tiene sus características particulares que hacen que este festejo sea una atracción única. Entre los Carnavales más famosos del mundo encontramos el de Venecia en Italia, el de Cádiz en España, el de Río de Janeiro en Brasil y el de Gualeguaychú en Argentina. 

Carnaval en Argentina.

La historia de los Carnavales en Argentina se remonta a la época colonial. Esta celebración llegó con los colonizadores españoles y en distintos momentos estuvo condicionada, sancionada, excluida y hasta censurada. 

Carnaval en el norte argentino (medium.com)

Inicios: “costumbre bárbara”

Durante la época del Virreinato y hasta luego de la sanción de la Constitución Nacional en el año 1853, los festejos por Carnaval eran considerados por las clases altas como “costumbres bárbaras”, relacionadas no solo con las clases más bajas sino también con las costumbres afrodescendientes. Los festejos fueron sancionados de distintas maneras a través de la historia, según la información que se encuentra en la página oficial de cultura de la nación argentina. 

Entre 1770 y 1784, bajo el gobierno del Virrey Vertiz, los bailes se limitaban a lugares cerrados y el sonido de los tambores se castigaba con azotes y hasta un mes de cárcel. 

Entre 1829 y 1852, gobiernos de Juan Manuel de Rosas, los festejos por Carnaval se censuraron, se castigaron y se prohibieron por decreto. Recién en 1854, el gobierno de Buenos Aires autorizó la realización de bailes de máscara y juegos de agua. 

Época de Sarmiento

Luego de viajar por distintos lugares de América y Europa, Sarmiento queda impresionado por el carnaval de máscaras de Venecia en Italia. Las máscaras permitían el anonimato y que los ricos y los pobres se mezclaran en un mismo festejo. Por eso, durante su presidencia, en 1869 promueve el primer corso oficial de la ciudad de Buenos Aires.

Los festejos incluían disfraces, máscaras, murgas y comparsas compuestas principalmente por afrodescendientes, quienes entendían a este festejo como un espacio en donde compartir su música, danzas y costumbres. En cambio, el sector de la sociedad “blanca”, vivía esta celebración al estilo europeo, relacionado al desenfreno y a la liberación bajo el anonimato de las máscaras.  En un viaje de a Estados Unidos, el ex presidente conoce a las compañías de minstrels, un tipo de género teatral racista formada por blancos que se pintaban la cara de negro para caricaturizar a las personas afrodescendientes y estigmatizarlos como inferiores.

Sarmiento invita a una de esas compañías a Argentina y las clases altas tomaron esta costumbre de burla a los afroamericanos, lo que terminó por ofender a los afroporteños quienes se retiraron de los espacios públicos y relegaron sus festejos y costumbres a ámbitos privados.

De comparsas de candombe a murgas

Con la llegada de inmigrantes de España e Italia en el siglo XX, se introdujeron al país nuevas vestimentas, danzas y ritmos que produjeron el pasaje de comparsas de candombe a murgas que se hicieron presente en los corsos. 

(diarioz.com.ar)

Nueva etapa de censura

La dictadura cívico militar del año ‘76 inauguró un nuevo capítulo de censura al festejo de carnaval en nuestro país. Se eliminó del calendario oficial de festejos y se detuvieron sus manifestaciones callejeras.

Sobre este período histórico de nuestro país la antropóloga Alicia Martín expresa: 

(…) “Aunque en 1976 la última dictadura cívico militar anuló los feriados de carnaval y recién en 2011 fueron reincorporados por decreto presidencial, no pudieron callar la celebración a pesar de lo reiterados intentos de silencio. Y eso, destaca, es porque en «cada barrio quedaba siempre algún grupo de muchachos alegres, de jóvenes soñadores que mantenían viva la llama insolente y desafiante y la rebelión de los cuerpos». De ahí su carácter popular y de libre expresión. 

Vuelta a la democracia

Desde 1983, con la recuperación de la democracia de la mano de Raúl Alfonsín, volvieron lentamente los corsos a las calles hasta que, en 2010, durante el primer mandato de Cristina Fernández, fueron restituidos oficialmente al calendario nacional de feriados.